El calentamiento global es un fenómeno con el que estamos muy familiarizados. Existe una alerta mundial alrededor del calentamiento global, y no es para menos, pues las consecuencias de este serían drásticas. Algunas ya las estamos viviendo, y otras podrían llegar a ser tan graves como la conversión de la Tierra a un planeta inhabitable. Lo curioso es que tu coche y el calentamiento global están más relacionados de lo que parece.
¿Qué es el calentamiento global?
Es un fenómeno según el cual la franja habitable de la Tierra acumula una temperatura superior a la normal. El calentamiento global se debe principalmente a la acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera generados por el ser humano. Estos gases contribuyen a que la radiación solar reflejada por la Tierra en forma de radiación térmica no salga al espacio en la cantidad que debería, sino que se mantenga en el planeta, produciendo un recalentamiento.
El uso del coche como medio de transporte tiene una importancia clave en la emisión de dióxido de carbono, tanto por las emisiones de la producción de los coches, como por los propios gases expulsados como fruto de la combustión del motor. Así que podemos decir que, en cierto modo, el uso masivo de los coches forma parte del problema: hasta un 30% de la emisión de dióxido de carbono provendría de los coches.
Los peligros del calentamiento global
No es algo para tomarse a broma o algo que considerar un cuento. El calentamiento global es real, y afecta de múltiples formas a nuestro planeta, y de una manera u otra a nuestro día a día. Las consecuencias más evidentes de un aumento generalizado de temperatura las vemos en el ecosistema: veranos más calurosos, y climas más extremos. Y es que el calentamiento global no significa que nos vayamos a bañar en las playas de San Sebastián en invierno como si fuera la costa de Florida.
Un calentamiento global implica también el deshielo de los polos, cambios de temperatura bruscos, fenómenos climatológicos inesperados, y todo aquello que aún no conocemos. Esto lleva a que tengamos inviernos todavía más fríos, incapacidad para prever cambios repentinos de clima en diferentes ecosistemas, y desastres naturales como tsunamis o huracanes. Zonas cálidas aun más cálidas, y zonas frías, aun más frías.
Coches que frenen el calentamiento global
Esto nos lleva inevitablemente a la necesidad de frenar el calentamiento global. E implica, por tanto, optar por los coches con cifras de emisiones mucho más bajas. A raíz de todo esto llegaron las limitaciones en los grandes núcleos urbanos, las normativas de emisiones, y la condena a los coches con motor de combustión. Así, no solo es que tu coche fomente el calentamiento global, es que el calentamiento global va a determinar qué coche te vas a comprar.
Para el año 2035 deberían haber desaparecido de los concesionarios los coches con motor de combustión. Eso hace que ahora mismo, a 2022, muchos se planteen que su próximo coche tenga que ser sí o sí un eléctrico 100%. El problema es que no tenemos claro si va a ser el eléctrico de batería el que perdurará, o si veremos un auge de los coches FCEV de pila de hidrógeno, o si en el camino encontraremos una fórmula más efectiva para inventar un coche. Sea como sea, hemos pasado de la decisión diésel o gasolina, a una difícil decisión de modelo eléctrico o híbrido.
El calentamiento global y el funcionamiento de los coches
Por cierto, no podemos olvidar reseñar que el funcionamiento de un coche eléctrico está también muy relacionado con las condiciones ambientales. Los coches con batería eléctrica, que ahora mismo son la inmensa mayoría, cuentan con una batería de litio. Estas baterías pierden rendimiento en condiciones de mucho frío. Si ahora mismo ya vamos bastante justos de autonomía, en climas muy fríos la cosa se complica de forma seria.
Tampoco es que el calor sea lo mejor para las baterías, y cuanto más extremas sean las temperaturas, más problemas habrá para obtener un rendimiento óptimo de las baterías.
Así las cosas, el calentamiento global y los coches están extremadamente relacionados. El uso del vehículo y el motor de combustión ha contribuido negativamente al calentamiento global. La alarma por esto nos hace tener que dejar atrás los coches con motor de combustión. Y a la vez, las condiciones climáticas cada vez más complejas complican el desarrollo de coches con baterías de litio. Un círculo que ya es inevitable, y donde estar informado sobre las diferentes tecnologías será clave a la hora de elegir un nuevo vehículo.