Los coches descapotables son iconos de deportividad. Pero a lo largo de los años hemos visto dos tipos de «capota», la capota blanda, de tela o lona, y la capota dura, de metal o plástico. ¿Qué prefieres? Así ha evolucionado la capota dura a lo largo de los años hasta convertirse en la referencia y en la opción común en los descapotables.
¿Qué es una capota dura?
Las capotas duras, también conocidas como techos rígidos retráctiles, son una característica distintiva en el mundo de los coches deportivos y elegantes que combina la emoción de conducir al aire libre con la seguridad y comodidad de un techo sólido.
En su esencia, una capota dura es un tipo de techo de automóvil fabricado con materiales sólidos, como metal o plástico rígido, en contraste con las capotas blandas tradicionales hechas de tela.
Ventajas de la capota dura
La principal distinción respecto a un techo estándar radica en su capacidad para plegarse de manera retráctil, ofreciendo a los conductores la posibilidad de disfrutar de la sensación de conducción al aire libre o de cerrar el techo para obtener mayor seguridad y aislamiento.
Este ingenioso diseño busca resolver la dicotomía entre la experiencia descapotable y las demandas prácticas de un techo sólido. Entre todas las ventajas que ofrece una capota dura respecto a una de lona, hay algunas que son clave:
- Seguridad estructural: La construcción con materiales sólidos, como metal o plástico rígido, brinda una mayor seguridad estructural al vehículo.
- Aislamiento acústico y térmico: La solidez de las capotas duras contribuye a un mejor aislamiento acústico y térmico cuando el techo está cerrado, mejorando la comodidad del conductor y los pasajeros.
- Estética elegante: el diseño cuidadoso de las capotas duras busca integrarse armoniosamente con la estética del automóvil, proporcionando líneas limpias y una apariencia aerodinámica tanto con el techo abierto como cerrado.
- Versatilidad: la capacidad retráctil de las capotas duras brinda a los conductores la flexibilidad de disfrutar de la conducción al aire libre cuando lo desean y cerrar el techo para enfrentar condiciones climáticas adversas.
El origen de la capota dura
El concepto de capotas duras tiene sus raíces en la búsqueda de una solución que combine lo mejor de ambos mundos: la libertad de un automóvil descapotable y la seguridad de un techo sólido. La versión inicial de esto fueron los coches que permitían retirar el techo, de forma que durante el verano pudiera llevarse el coche en modo descapotable, y en la llegada del invierno se pudiera volver a instalar la capota.
A medida que los diseñadores automotrices enfrentaron este desafío, nacieron las capotas duras retráctiles, marcando un hito en la evolución de los vehículos convertibles.
En sus primeras iteraciones, estas capotas duras eran rudimentarias y requerían intervención manual para su apertura o cierre. Sin embargo, con los avances tecnológicos, especialmente a partir de la segunda mitad del siglo XX, surgieron sistemas automatizados que permitían cambiar de conducción descapotable a conducción cubierta sin esfuerzo.
El gran problema: requieren de mucho mantenimiento
A pesar de lo llamativos que pueden ser los coches descapotables, lo cierto es que también es verdad que requieren de mucho mantenimiento, y sufren toda una serie de problemas habituales.
Los sistemas de plegado y desplegado automáticos pueden experimentar problemas mecánicos con el tiempo, como fallos en los motores, actuadores o mecanismos de bloqueo. Estos problemas pueden dificultar la apertura o cierre suave de la capota dura.
A esto hay que sumar los posibles problemas eléctricos que sufren los actuadores o motores que desplazan todo el mecanismo de forma automática. En cuanto algo falla, la capota se queda bloqueada.
Por otro lado, que sea rígida no implica que no pueda entrar agua al llover. Como tiene piezas móviles, cuenta también con juntas en las uniones de todas las piezas. Estas juntas puede deteriorase y necesitan cambiarse con el tiempo.
Y todo ello sin olvidarnos del espacio que ocupa la capota dura en el maletero. Si queremos plegar la capota para circular en modo descapotable tendremos que renunciar prácticamente a tener maletero. Pero es innegable que un vehículo descapotable es uno de los coches más geniales que se pueden tener.