Una de las cosas que más puede preocuparnos si hemos adquirido o vamos a adquirir próximamente un coche eléctrico probablemente sea cómo cargarlo.
Podemos tratar de cargarlo en sitios públicos como centros comerciales o incluso en nuestro trabajo si se dispone de un cargador. Sin embargo, si contamos con garaje particular o comunitario, lo suyo sería instalar nuestro propio punto de carga.
Instalar un punto de recarga no es «llegar y ya está», como te habrás imaginado, es algo más complejo. Por ejemplo, tendremos que decidir si queremos un cargador monofásico o trifásico, una decisión importante porque influirá en el tiempo de carga y en la factura de la luz.
En otro artículo ya explicábamos lo que es la carga trifásica, esta vez nos centraremos en la monofásica para que sepas qué es lo que te conviene más instalar según tus circunstancias.
¿Qué es la carga monofásica?
Un cargador monofásico es aquel que cuenta con una sola fase y una corriente alterna. Usualmente cuentan con un voltaje de 230 voltios.
Lo normal es que en las viviendas contemos con una instalación monofásica, con una potencia contratada de hasta 10 kW, las más habituales van desde 3,45 kW a 9,2 kW, pues normalmente no se necesita mucho más. Todo depende de cuántos electrodomésticos tengamos en casa y cuánta sea la demanda eléctrica que tengamos.
Claro, si vamos a comprar un coche eléctrico y a cargarlo en casa, lo normal es que nos preguntemos si es suficiente un cargador monofásico o si tendremos que instalar uno trifásico.
A continuación te dejamos algunas cosas que debes tener en cuenta antes de decidir cambiar la instalación por una trifásica.
¿Qué clase de cargador admite tu coche?
Esta es la primera pregunta que debes hacerte y probablemente la más importante.
Lo decimos porque, aunque ya hay varios coches que cuentan con carga trifásica, todavía hay muchos que no la admiten. Entonces, si tienes un coche que no admite carga trifásica, la respuesta está clara, tendrás que instalar uno monofásico.
Si admite carga trifásica entonces tendrás que hacerte otras preguntas.
¿La potencia contratada es suficiente?
Si actualmente ya sufrimos cortes de luz sin tener el coche cargando lo tenemos que tener en cuenta. Cargar el coche en estas circunstancias supondría tener que desenchufar algunos electrodomésticos y no hacer uso de ellos. Vamos, un tostón.
Pero eso no quiere decir que tengas que hacer una instalación trifásica sí o sí. Siempre puedes revisar la potencia contratada y aumentarla, siempre que sea menos de 10 kW.
Si no, tendrás que optar por un cargador trifásico, con lo que ello conlleva, un cambio de instalación, otro contrato diferente y un aumento de precio en la factura de la luz. Porque sí, tendremos más potencia, pero tenemos que tener claro que la corriente trifásica también es mucho más cara que la monofásica.
¿Quiero que el coche se cargue rápido o el tiempo no me importa demasiado?
La principal razón por la que las personas se plantean cambiar la corriente monofásica por una trifásica suele ser que al repartirse la corriente en tres fases, el coche se carga mucho más rápido que en monofásica.
Es una ventaja muy grande, porque podríamos pasar de cargar el coche completamente en 7 horas a tenerlo cargado en 3 o incluso 1 hora.
Pero claro, lo que comentábamos antes es, ¿merece la pena pagar más por tener el coche cargado antes? Eso dependerá de la circunstancias de cada uno.
Si no usamos el coche mucho y no gastamos toda la batería en el día o tenemos la posibilidad de cargarlo por la noche completamente, no sería necesario. Quien necesite cargar el coche en el menor tiempo posible, entonces sí que tendría que plantearse un cargador trifásico en casa.
Si el tiempo de carga no te importa mucho y no sufres cortes de luz en casa, lo mejor es quedarse como se está. Como decimos, la ventaja que tiene la carga monofásica es que es más barata y teniendo en cuenta la subida de precio de luz, combustible, comida, etc… Lo lógico es no querer tener que pagar más de la cuenta, por eso es necesario analizar bien nuestra situación antes de tomar una decisión en cuanto a la carga con la que cargaremos nuestro coche, pues puede repercutir mucho en nuestra economía.