Los coches han ido evolucionando con el tiempo, integrando cada vez más sistemas que nos permiten disfrutar de una conducción cómoda y segura. Y no, no solo nos referimos a contar con una dashboard o con cámaras que nos ayuden a aparcar, los coches han evolucionado en muchas más cosas.
Por ejemplo, en algo tan básico e importante en un coche como es el sistema de dirección. En la historia del coche han existido muchos sistemas de dirección, sin embargo el que usamos hoy en día es el de cremallera de dirección, un sistema muy importante y que también hemos ido desarrollando para hacer que la conducción sea cada vez más cómoda.
¿Qué es la cremallera de dirección?
La cremallera de dirección es la que permite que las ruedas delanteras del coche giren y por tanto guíen según las maniobras que haga el conductor mediante el volante, marcando así una dirección.
Esta cremallera es un mecanismo que hace posible convertir un movimiento circular en uno lineal, el que necesitamos para girar las ruedas.
Podemos encontrar la cremallera de dirección en la parte posterior del eje delantero del coche para que en caso de tener un accidente, esté protegido del impacto y no se averíe, pues poder girar las ruedas puede ayudarnos a evitar que el accidente sea aún más grave.
Tipos de sistemas de cremallera
Actualmente podemos encontrarnos con diferentes sistemas de cremallera, ya que cada vez se intenta que los coches sean más fáciles y seguros de conducir.
- Cremallera mecánica: Es la más básica, piñón y cremallera. El volante está muy duro y es difícil de girar con este sistema, no asiste al conductor y aparcar se convierte en una pesadilla ya que cuesta mucho maniobrar.
- Cremallera hidráulica: Esta cuenta con una bomba hidráulica que puede ser con sistema de poleas o servomotora. En el primer caso se activa de manera mecánica y en el segundo caso mediante un motor eléctrico. Este sistema sí que lleva dirección asistida y permite que los movimientos del volante sean más suaves.
- Cremallera eléctrica: En este caso también se utiliza un motor eléctrico para dar asistencia al volante pero no se utiliza una bomba hidráulica. Según la velocidad el motor adapta la dureza del volante, lo que facilita mucho las maniobras para aparcar. Lo bueno de este sistema es que al llevar menos componentes, el peso es menor, pero también es más complicado de reparar si sufre una avería.
¿Cómo funciona la cremallera de dirección?
Como decimos, transforma el movimiento circular en lineal y para esto se vale de un piñón y la propia cremallera. El piñón es un engranaje circular que está colocado en la parte inferior de la columna de dirección y que se acopla a la cremallera, de esta manera cuando el piñón sufre un giro, tanto a la izquierda como a la derecha, provoca el desplazamiento lineal de la cremallera.
Este sistema, al tener pocas piezas permite que los giros sean más precisos, una de las razones por las que todos los coches llevan este sistema.
Cuando el sistema de cremallera lleva dirección asistida, el diseño cambia un poco ya que se coloca un pistón con líquido a ambos lados. Cuando se aplica presión a este líquido en uno de los lados del pistón, este se mueve y gira la cremallera, asistiendo a su vez el volante y permitiendo que los movimientos sean más suaves.
Averías en la cremallera de dirección
Cuando se nos avería la cremallera de dirección es fácil de identificar pues tiene unos síntomas muy característicos.
Las señales de que el sistema de cremallera no funciona bien podrían ser:
- El volante se endurece cuando lo giramos, vibra a altas velocidades o se bloquea al arrancar el coche
- Encontramos charcos en el suelo de color rojo o rosa, lo cual significaría que ha habido una fuga en el sistema de dirección asistida.
- Hay un desgaste irregular en las ruedas o incluso al conducir notamos un desequilibrio en ellas, lo que nos impide mantener el vehículo en línea recta.
- Se escuchan ruidos al conducir, como si fueran golpes.
Tener estas señales presentes nos ayudará a saber si hay algo mal en la dirección del coche rápidamente y así acudir al taller cuanto antes para evitar una avería aún mayor.
