Las aguas han vuelto a su cauce después de que Alemania haya enterrado el hacha de guerra tras conseguir su objetivo: una excepción que permita vender coches nuevos de combustión más allá de 2035. Modelos, eso sí, que sólo podrán funcionar con combustibles sintéticos neutros en carbono. Una medida que, de momento, beneficia a la inesperada pareja formada por Ferrari y Porsche.
Pocos en el mundo del motor esperaban ver una alianza entre la marca italiana y la alemana, pero se suele decir que “nada une más que un enemigo en común”. Y en eso se había convertido la prohibición de 2035: Alemania e Italia formaron una alianza junto a cinco países más para bloquear la medida hasta conseguir su objetivo.
El mismo camino recorrió Oliver Blume (CEO del Grupo Volkswagen y Porsche) cuando, en un evento interno, confesó que había presionado con éxito para que los combustibles sintéticos formaran parte del acuerdo de coalición del nuevo gobierno alemán… quien inició el bloqueo vivido estas semanas.
Porsche: la mayor apuesta
Y es que para Porsche suponen “una contribución a la movilidad sostenible: el acuerdo brinda a los fabricantes y, sobre todo, a los consumidores, una perspectiva clara para la planificación. Los vemos como una útil suma a la actual flota de motores de combustión y, también, para aplicaciones más especiales”.
O lo que es lo mismo: para modelos de bajo volumen. La presencia de los combustibles sintéticos será un aliado para vehículos como el Porsche 911 para el que, de momento, no hay planes de electrificación. No en vano, la apuesta del Grupo Volkswagen por los e-fuels está liderada por la marca de Stuttgart: ha invertido (junto a Siemens Energy y ExxonMobil) en la planta piloto Haru Oni, ubicada en Punta Arenas (Chile).
Allí pueden dar forma a 130.000 litros anuales de e-fuels, aunque cuando estén funcionando las plantas de Chile, Estados Unidos y Australia podrán hablar de producción a escala industrial. Porsche cree que en 2027 ya podrán vender de forma masiva gasolina sintética cuyo litro, según los cálculos de Oliver Blume, podría costar algo menos de dos dólares. Una cifra, eso sí, que dependería de factores como su propia evolución, su producción y los apoyos que consiga dentro de la industria del motor.
Los combustibles sintéticos de Porsche se pueden usar, directamente, en un motor de combustión o combinarlos con carburantes fósiles en cualquier proporción: una opción que facilitaría su difusión… y que iría en contra de las condiciones de Europa, ya que los vehículos impulsados por e-fuels no podrán funcionar con cualquier otro carburante.
Ferrari: larga vida a los motores de combustión
Benedetto Vigna, director ejecutivo de Ferrari, también ha celebrado la noticia porque para ellos significa que podrán “continuar con nuestros motores de combustión interna. Esta decisión es muy interesante porque permite vayan más allá de 2036”. Y también espera que su precio baje a medida que se vayan desarrollando en los próximos años: “Son una nueva tecnología y, como todas las nuevas tecnologías, tienen tiempo para abaratarse”.
Ferrari es conocida, entre otras cosas, por sus potentes motores de gasolina y nunca ha proporcionado una hoja de ruta para volverse totalmente eléctrica: en 2030, tienen previsto que los modelos eléctricos (el primero llegará en 2025 y según asegura la propia marca, será un vehículo “único”) e híbridos representen el 80% de su gama.
El 20% restante seguirá funcionando con motores de combustión interna: “Eso no cambia. No queremos decirles a los clientes qué coche usar: queremos poner a su disposición tres tipos de propulsión (híbrido, eléctrico y combustión) y que ellos elijan”.
