Conforme ha ido pasando el tiempo, a los coches se les ha ido incorporando cada vez más sistemas para que sean más seguros. De hecho, es probable que no sepamos con todo lo que cuenta nuestro coche para evitarnos accidentes. Uno de esos sistemas de seguridad que tienen es el ESP. Aunque ahora pueden haber circulando coches que no tienen este sistema, desde el 1 de noviembre de 2014, todos los coches nuevos deben incorporarlo. Esto se debe a que es un sistema muy importante y aquí te explicamos por qué.
¿Qué es un ESP?
Las siglas ESP vienen de «Elektronisches Stabilitäts Programm», así es como se llama en alemán, la traducción al español es «Programa Electrónico de Estabilidad». Es un sistema de seguridad activa que permite que el coche mantenga la trayectoria que ha marcado el conductor. Este sistema es muy importante en situaciones extremas en las que el conductor tiene que hacer algún movimiento repentino. Con él podemos evitar perder la estabilidad del coche y tener un accidente por derrapes o pérdidas de control.
¿Qué necesita el ESP para funcionar correctamente?
Para que el sistema funcione, cuenta con varios sensores:
- Sensor de ángulo de dirección: este sensor informa sobre el movimiento del volante, la dirección que marca el conductor.
- Sensor de velocidad de giro de rueda: informan si las ruedas están bloqueadas o si patinan. Son los mismos sensores que los del ABS.
- Sensor de ángulo de giro y de aceleración trasversal: estos sensores nos indican cuál es el comportamiento del coche. Nos indican los desplazamientos y fuerzas del vehículo alrededor de su eje transversal.
- Y por supuesto, necesita una unidad de control para comparar todos los datos y saber si hay que actuar o si por el contrario todo va bien.
A parte de todo esto, para que el ESP funcione, es necesario que que los neumáticos y el sistema de frenos funcionen correctamente.
¿Cómo funciona el ESP?
Su función es frenar la rueda que se necesite para corregir la trayectoria y de esta manera seguir con la dirección marcada del conductor.
Esto lo hará cuando a través de sus sensores detecte incompatibilidad entre el comportamiento del vehículo y el giro que queramos hacer. En este momento frenara la rueda o las ruedas que sean necesarias. Para ello utiliza el sistema de frenos y con él consigue estabilizar el vehículo.
Momentos en los que el ESP puede ser muy importante
Este sistema puede ser vital en algunas circunstancias, por ejemplo cuando vamos a tomar una curva. En estos momentos hay dos cosas que nos pueden pasar que subviremos o sobreviremos.
El subviraje es cuando el coche pierde adherencia en la parte delantera y da la sensación de que se abre en la curva. Y el sobreviraje es cuando es el tren trasero el que pierde adherencia lo que hace que el coche se deslice hacia el exterior de la curva. Es lo que todos conocemos como hacer un derrape.
En estos casos, el coche no está siguiendo la dirección que estamos trazando con el volante. El ESP actuará de inmediato, frenando la rueda que corresponda (delantera o trasera) y manteniendo el coche en la dirección que indicamos. Así no derraparemos ni nos saldremos de la carretera, lo cual puede evitarnos muchos accidentes.
¿Se puede desactivar este sistema?
Aunque es un sistema que siempre está activo en nuestro coche, podemos desactivarlo. Esto es debido a que algunos conductores más expertos que tienen coches deportivos, prefieren desconectarlo porque el coche pierde eficacia.
Pero también hay otros momentos en los que nos vendría bien desactivar este sistema. Imaginamos que ha nevado, hay hielo y estamos intentando sacar nuestro coche. Es probable que el sistema detecte que las ruedas estén patinado y simplemente las frene. De esta manera será imposible sacar el coche del aparcamiento.
Aunque se puede desactivar, no es aconsejable hacerlo sin motivo, ya que es un sistema que puede evitarnos muchos accidentes, dentro de lo que las leyes físicas le permitan. El ESP sin duda es un sistema de seguridad muy importante que ha hecho que los coches sean más seguros.