La DGT hace unos años (2016) implementó una medida para reducir la contaminación, en concreto para reducir las emisiones de CO2 de los coches. Esta medida consiste en poner unas pegatinas llamadas distintivos ambientales, que nos ayudan a clasificar los coches de más eficiente a menos eficiente. Esto a su vez supone algunas limitaciones de movilidad en determinadas zonas urbanas, donde no podremos entrar si no tenemos etiqueta, y si nos corresponden algunas de ellas. Es una medida que ya está puesta en marcha en ciudades como Madrid y Barcelona. Hay cuatro pegatinas: Cero Emisiones, ECO, B y C, en este caso nos vamos a centrar en la etiqueta B.
¿Qué es la etiqueta B?
Como decíamos es uno de los cuatro distintivos ambientales que existen, en este caso la etiqueta es de color amarillo y se pone en la esquina inferior derecha del parabrisas delantero, de esta manera les facilitamos el trabajo a los agentes de tráfico a la hora de identificar nuestro coche.
La etiqueta B es la menos eficiente de todas las que hay, ya que son las etiquetas que corresponden a los vehículos más contaminantes, aunque es cierto que hay vehículos más contaminantes todavía a los que ni siquiera les corresponde una etiqueta ya que no cumplen los requisitos para ser considerados vehículos limpios.
¿A qué coches les corresponde la etiqueta B?
Esta etiqueta la llevan los vehículos de combustión interna que aunque no cumplan con las últimas especificaciones de las emisiones EURO, sí que lo hacen con las anteriores. Son los siguientes:
- Turismos y furgonetas de gasolina matriculadas ente el año 2000 y el 2005.
- Turismos y furgonetas ligeras diésel matriculados entre el 2006 y el 2013.
- Vehículos de más de 8 plazas y transporte de mercancías de gasolina o diésel que estén matriculados a partir del 2005.
- Las motos y ciclo motores que cumplan con la normativa Euro 2.
¿Tiene alguna ventaja tener la etiqueta B?
A pesar de que esta etiqueta la llevan los coches que más contaminan, sigue teniendo ventajas, pero no son tan grandes como las que tienen las etiquetas Cero y ECO.
La ventaja de esta etiqueta es que pueden moverse con menos restricciones que aquellos coches que no cuentan con ningún tipo de etiqueta. Estas restricciones vendrán reguladas por el ayuntamiento de cada municipio.
Además, el llevar esta etiqueta puede evitarte una multa al llevarla, los agentes de tráfico verán que cuentas con un distintivo ambiental y que puedes circular por zonas por las que los coches que no tienen distintivo no pueden. Por ejemplo, hoy por hoy no podrás acceder a muchas zonas de Madrid o Barcelona si no cuentas con una etiqueta. Ciertamente con la Etiqueta B tendrás problemas incluso con las zonas más restringidas, pero al menos no estarás tan limitado como si no tienes etiqueta.
La etiqueta B en el futuro
Es probable que te estés preguntando si ahora mismo te merece la pena comprarte un coche de segunda mano que lleve la etiqueta B.
Aunque es cierto que los coches con la etiqueta B pueden circular libremente por la ciudad, excepto en algunas zonas o escenarios, eso es por lo menos hasta el 31 de diciembre de 2024, luego no se asegura que los coches con etiqueta B puedan seguir haciéndolo. Por lo tanto, quizá comprarse un coche de segunda mano con la etiqueta B no es lo más inteligente, ya que dentro de 3 años es probable que no lo puedas conducir libremente por muchas zonas. De hecho a día de hoy, estos coches ya cuentan con restricciones de acceso y movilidad.
Las etiquetas además, son una manera de ir eliminando los coches que más contaminan y de obligar a los usuarios a comprar coches menos dañinos para el medioambiente, y una forma de hacerlo es restringiendo el paso de algunos vehículo. Por esto mismo, deberíamos pensarnos bien lo de comprarnos un coche con etiqueta B, ya que en un futuro no nos saldrá rentable.