Los problemas de suministro de gas natural como consecuencia de la guerra en Ucrania, han hecho que para la sociedad se conviertan en comunes términos que antes no tenían relevancia. Algo tan simple como un gasoducto puede ser capaz de generar un conflicto internacional.
Entender bien qué es aquello que nos rodea y que puede afectar a una sociedad es el primer paso para estar preparado para cualquier evento que pueda acontecer. Los gasoductos juegan un papel clave en el suministro energético de cualquier país. Transportan gas natural pero también pueden servir como conductos para otros gases, e incluso podrían ser muy relevantes para el futuro del transporte y los vehículos de nueva generación.
¿Qué es un gasoducto?
Los gasoductos son tuberías de acero con alto contenido en carbono que transportan un gas combustible de un lugar a otro. Tienen capacidad para transportarlos a gran escala y a grandes distancias.
Cuando hablamos de «gran escala» nos referimos a que el gas que llega sirve para abastecer a una población tanto a nivel individual como a nivel industrial. Y con «grandes distancias» queremos decir que puede viajar de un país a otro o incluso de un continente a otro.
Los gasoductos se encuentran enterrados en zanjas de uno o dos metros de profundidad de la superficie terrestre. En algunos caso también pueden encontrarse en la superficie. Como hemos explicado antes también pueden cruzar océanos y llegar a otros continentes, por lo que pueden estar construidos sobre el lecho marino.
¿Qué tipos de gases han estado viajando por los gasoductos?
Los gasoductos como su propio indica, transportan gases. ¿Qué gases? Actualmente se usan para transportar gas natural el cual es casi todo metano (90%) y una mezcla de etano, propano y butano, y también cantidades pequeñas de gases no combustibles como es el nitrógeno o el dióxido de carbono.
A nivel teórico, aunque ahora mismo se use solo para transportar gas natural, los gasoductos pueden transportar cualquier gas.
Estos es bueno porque, si queremos cumplir con los planes de la Unión Europea para llegar a ser neutros en carbonos, tendremos que dejar de utilizar el gas natural o por lo menos reducir su uso. Pero el que se puedan transportar otros tipos de gases nos permite poder seguir usando los gasoductos. Y esto nos abre una puerta muy interesante para el futuro, como veremos más abajo.
Nord Stream, el gasoducto más «popular» de los últimos años
Seguro que te suena el gasoducto Nord Stream. Este gasoducto cuenta con más de 1.200 kilómetros de longitud y va desde Víborg (Rusia) hasta Greifswald (Alemania). Pasa por el fondo del mar, atravesando las costas de Finlandia, Suecia y Dinamarca.
El hecho de que sea tan popular es que, como consecuencia de la guerra en Ucrania, hubo un sabotaje en este gasoducto. El 26 de septiembre de 2022 se detectaron fugas de gas y una serie de explosiones en este gasoducto. Aún no se sabe exactamente quienes fueron los responsables de estas explosiones, hay quienes apuntan a Rusia como los responsables y otros a Ucrania.
El caso es, que es un gasoducto que suministraba Gas Natural a gran parte de Europa, y por tanto el que lo vuelen, supone un problema de suministro y económico. Todos hemos notado que desde la guerra en Ucrania, el precio del Gas se ha elevado bastante, mucho más si no hay tanto suministro.
Por eso es importante buscar otras fuentes de energía que nos permitan no tener que depender de un país y por tanto que no suba tanto el precio del gas o la luz cuando haya conflictos de este tipo.
El futuro incierto de los gasoductos con el auge de las energías renovables
Estamos de acuerdo en que queremos eliminar todas aquellas energías que produzcan gases perjudiciales para el planeta. Y aunque vamos poco a poco, hemos evolucionado mucho en este sentido.
Ahora mismo, muchas casas, en vez de tener calefacciones por gas, están utilizando bombas de calor, que son eléctricas y pueden utilizar energías renovables para funcionar.
Otros muchos tienen instalaciones de geotermia o aerotermia para no utilizar gas. Esto además de ser mucho mejor para el medioambiente, también es mucho más barato.
Las administraciones están fomentando la instalación de todas estas opciones, de hecho, dan subvenciones para poder pagar las instalaciones.
Podemos decir que el Gas Natural se está quedando anticuado y habrá un momento en que se deje de utilizar. Y en ese momento ¿qué pasara con los gasoductos? ¿ya no servirán para nada? Bueno, no es del todo así, porque como hemos comentado antes, los gasoductos pueden transportar cualquier gas.
El hidrógeno, un salvador de los gasoductos y del aprovechamiento de infraestructuras
El hidrógeno es un combustible. Un combustible que no produce gases con efecto invernadero, solo vapor de agua y que puede sustituir al Gas Natural en muchas de sus funciones.
Por ejemplo, puede servir para propulsar coches con pilas de hidrógeno, para almacenar energía, se puede utilizar para la electricidad y la calefacción…
Lo mejor de todo es que en España tenemos mucha energía renovable, y con esa energía podemos hacer fácilmente hidrógeno verde mediante electrólisis. Y ahí hay una oportunidad muy interesante de negocio. Somos una país en el que nos sobra el hidrógeno, por decirlo de alguna manera.
Pero para que el negocio sea viable, necesitamos formas de transportarlo, y una forma de hacerlo es mediante los gasoductos. Por lo tanto, podemos utilizar los gasoductos que hay ahora para transportar ese hidrógeno que tenemos y de esta manera conseguir comerciar con otros países.
Es más, ya hay un proyecto de gasoducto entre España y Francia. El problema de ese gasoducto es que Francia quiere transportar hidrógeno rosa también, mientras que España solo quiere transportar hidrógeno verde. Esto se debe a que Francia produce mucho hidrógeno rosa y puede ser un competidor para España. El conflicto podría llegar a anular el proyecto y por tanto que no se lleve a cabo.
El caso es que los gasoductos, lejos de extinguirse con el Gas Natural, seguirán siendo medios de transporte para combustibles, pero esta vez, combustibles más limpios, que al quemarlos no liberen CO2.
