Algo que hacemos habitualmente si tenemos coche y dinero, es ir a repostar. Normalmente cuando vamos a la gasolinera podemos encontrar gasolina sin plomo 95, 98, diésel… Nosotros sabemos qué tenemos que echarle porque nos han dicho que a nuestro coche hay que echarle esto o lo otro y no nos cuestionamos más. ¿Sabemos lo que le estamos echando al coche? ¿qué es la gasolina sin plomo? ¿por qué se usa este tipo de gasolina? Es normal hacerse estas preguntas y no saber la respuesta, por eso mismo hoy te las respondemos.
¿Por qué se empezó a usar la gasolina sin plomo?
La gasolina utilizada desde el inicio de los coches no contaba con las etiquetas con plomo o sin plomo. Simplemente era un combustible inflamable que resultaba muy útil para los motores de combustión. Sin embargo, se hizo necesario contar con un combustible que soportara bien los esfuerzos de compresión, para que no se incendiara antes de que el cilindro hubiera comprimido al máximo la gasolina, sino solo cuando la bujía diera la chispa, para así generar más potencia.
Se descubrió que añadiendo a la mezcla tetraetilo de plomo se conseguía mejorar la resistencia a la compresión. Y aquí nació la gasolina con plomo, como algo bueno para los coches, pues mejoraba el rendimiento del combustible. O bien se recorrían más kilómetros con los mismos litros, o bien obteníamos más potencia de la misma cantidad de combustible y con el mismo motor.
Por cierto, esta capacidad para resistir bien la compresión la denominamos de forma convencional como octanaje, y se mide en un índice de octanos. Hacia los años 20, la gasolina disponible tenía un octanaje de entre 40 y 60, y el uso de plomo ayudó a mejorar esa cifra de forma notable.
No obstante, el plomo se expulsaba a la atmósfera junto con los gases de escape, y es un producto altamente peligroso para el ser humano, siendo responsable del desarrollo de cáncer y accidentes cerebrovasculares. Además es altamente contaminante.
Por esto se comenzó a trabajar en la búsqueda de una gasolina con aditivos que mejoraran la resistencia a la compresión y que no tuviera plomo.
¿Qué es la gasolina sin plomo?
Lo que estaba claro inicialmente es que había que prescindir del plomo, pero igualmente teníamos el problema de que al eliminar los aditivos a base de plomo, el octanaje se reducía de forma notable.
Se encontró que una mezcla de gasolina sin plomo con aditivos antidetonantes como el metil t-butil-eter (MTBE) aportaba ventajas muy similares a los aditivos con plomo, pero sin los inconvenientes para la salud que tenían estos últimos.
De hecho, hoy en día se ha conseguido un rendimiento tan alto que hemos llegado incluso a cifras de octanaje de 95 y 98, no utilizando nada por debajo de esta cifra desde hace ya muchos años.
¿La gasolina sin plomo no contamina?
Podríamos pensar que, si hemos sustituido una gasolina por otra, es porque no contamina.
Es cierto que esta gasolina no contamina tanto como la gasolina con plomo, pero aún así sí que contamina. Sigue emitiendo gases que son perjudiciales para el medioambiente.
Lo bueno es que los coches hoy en día llevan un conversor catalítico para reducir las cantidades de sustancias emitidas a la atmósfera. Los gases que proceden del motor entran en el conversor antes de ser expulsados del coche. En el interior del conversor hay una sustancia, llamada catalizador, que puede ser platino, rodio u óxidos de metales. Este catalizador ayuda a transformar las sustancias contaminantes (monóxido de carbono, óxido de nitrógeno) en otras sustancias que no son tan contaminantes (dióxido de carbono, nitrógeno). Aún así, siguen siendo gases contaminantes.
El conversor catalítico es incompatible con los aditivos con plomo ya que contaminan el catalizador y lo inutilizan, es otra de las razones por las que se debía buscar una gasolina que no tuviera plomo.
Gasolina sin plomo hoy
La gasolina actualmente se puede clasificar de dos maneras:
Por índice de octanos: normalmente encontraremos sin plomo 95 o sin plomo 98.
Aunque varía el octanaje de una a otra, lo cierto es que ambas son gasolina sin plomo. Con la llegada de los coches eléctrico es bastante probable que esta sea la última gasolina que veamos en los surtidores de todo el mundo, al menos en nuestro país.
Es cierto que el etiquetado está cambiando y que ahora en lugar del octanaje podrían clasificarse por el porcentaje de bioetanol con el que cuenta la mezcla. Pero aun así, es muy probable que sigamos viendo el octanaje en las gasolineras como una referencia, aunque no debería extrañarnos si en alguna no fuera así.
Por el porcentaje de bioetanol que lleva la mezcla: E5, E10 y E85. Esto quiere decir que llevan un 5%, 10% y 85% de bioetanol en la mezcla respectivamente.
Si vamos a una gasolinera podemos encontrar gasolina sin plomo 95 E5, esto quiere decir que esa gasolina tiene un octanaje de 95 y un 5% de etanol en su mezcla. Aunque podría parecer que el 5% tiene algo que ver con el 95, lo cierto es que no tiene absolutamente nada que ver. Esa pequeña cantidad de etanol ayuda a reducir las cifras de contaminación globales, al provenir de un biocombustible.
De ahora en adelante cuando vayas a echar gasolina, sabrás qué combustible le estás echando a tu coche con exactitud, solo tendrás que fijarte en el etiquetado. A efectos prácticos, la existencia de la gasolina sin plomo, lo que es, y por qué surgió, no afecta a nuestro día a día.
Pero es bueno entender el porqué de las cosas para saber cómo funciona nuestro vehículo y no caer en errores de concepto que en ocasiones se producen, como considerar que la gasolina sin plomo es peor porque «le falta algo», cuando en realidad fue un paso adelante que permitió que los coches no fueran tan peligrosos para la salud humana.
El próximo paso es lograr que no sean tan peligrosos para el medioambiente, pues al final esto también tendría consecuencias fatales en nuestro medio de vida. El desarrollo de los biocombustibles, los vehículos eléctricos, y la reducción de emisiones, son un buen paso para conseguirlo, siempre y cuando tengan fundamento y se ejecuten de forma correcta, evitando el greenwashing.