La tecnología evoluciona a pasos agigantados, y eso aplica al mundo del motor. Queremos buscar soluciones que nos permitan vivir en un mundo mucho más respetuoso con el medioambiente. Por eso mismo hemos ido pasando poco a poco a una movilidad eléctrica. Esto implica que, además de nuevas tecnologías que desconocemos, surgen nuevos términos que probablemente nos suenen a chino pero que realmente son cosas que conocemos o que, si nos dicen con otro nombre, no suenan más.
Es el caso de las electrolineras, retrofit, gigafactoría… Hay una infinidad de nuevos términos pero hoy hablaremos de uno que aunque tenga un nuevo nombre, es algo que conocemos desde hace muchísimo tiempo, los ICE.
¿Qué son los ICE?
Los ICE no son nada más ni nada menos que los coches con motor de combustión interna. Este término nace de sus siglas en inglés, Internal Combustion Engine.
Es fácil preguntarse por qué ha surgido este nuevo término para lo que de toda la vida hemos llamado «coche». Bueno, la realidad es que tiene lógica, vivimos en un momento en el que ya no solo existen los coches gasolina o de diésel, ahora también hay coches eléctricos.
Aunque somos muchos los usuarios que aún tenemos coches de gasolina o de diésel, muchas otras personas tienen coches eléctricos y a esos también les llamamos «coche». El término ICE sirve para diferenciar un coche de gasolina o diésel de un coche eléctrico sin tener que decir «coche de motor de combustión interna», es una forma de abreviarlo.
¿Qué es un coche con motor de combustión interna?
Sí, un ICE es un coche con motor de combustión interna, pero ¿qué significa eso?
Analicemos el término, «motor de combustión interna». La primera palabra que tenemos es «motor» ya nos dice que el coche cuenta con un motor, eso ya lo sabíamos. Eso no es una diferencia clave porque los coches eléctricos también cuenta con un motor, aunque en vez de cilindros y pistones cuentan con rotor y estator.
La segunda es combustión, esto significa que para que el motor funcione se quema un combustible que tiene una energía química (como es el diésel o la gasolina) de la cual se obtienen energía mecánica.
Y por último tenemos «interna», se llama así porque la combustión se produce en el interior del propio motor.
Son estas dos últimas palabras las que establecen una diferencia clave entre los vehículos que conocemos como ICE y los de otra categoría como los eléctricos conocidos como BEV.
¿Son los híbridos coches ICE?
Cuando hablamos de ICE es un término que más que definir al coche, define el motor que tiene. Los coches híbridos cuentan con un motor eléctrico y uno de combustión interna, es decir, ICE.
Se puede considerar que los híbridos son coches ICE, y más todavía teniendo en cuenta que entran dentro de los coches que no se pueden comercializar a partir de 2035 para luchar contra el cambio climático y reducir las emisiones de C02.
Y esto aplica tanto para los híbridos no enchufables como para los enchufables. Lo que pasa es que los coches híbridos sirven de transición de coches de combustión interna a coches eléctricos.
Es más, estos coches cuentan con algunas ventajas con las que los coches de un único motor ICE no. Y es que pueden tener las pegatinas Cero o Eco de la DGT, dependiendo de si es enchufable o no y de la autonomía que tenga.
Esto quiere decir que tienen más libertad para circular por las ciudades y por las zonas de bajas emisiones. Pero aunque produzcan menos emisiones, en 2035 se acabará el comercializarlos.
Los ICE en 2035
Como hemos comentado, entre los planes de la Unión Europea para luchar contra el cambio climático y conseguir la neutralidad en 2050, está el de dejar de comercializar coches ICE (incluidos híbridos enchufables y no enchufables). Esto tendrá lugar en 2035, a partir de esta fecha, las marcas de coches deberán dejar de comercializar coches de gasolina o diésel.
¿Significa eso que un coche de combustión interna no podrá circular a partir de 2035? No, solo que se dejarán de comercializar. Los ICE podrán seguir circulando hasta 2050, a partir de esa fecha ya no se podrá usar un coche que emita gases perjudiciales para el medioambiente.
Es de suponer que para esa fecha la movilidad será en su mayoría eléctrica.
Alternativas para los ICE
Aún así, si quieres seguir conservando tu coche porque te encanta o porque comprarte un coche eléctrico te parece muy caro, tienes la opción de convertirlo a eléctrico mediante un kit de conversión a eléctrico. Al cambiar el motor por uno eléctrico y la batería, tenemos el mismo coche, totalmente eléctrico y por tanto sin emisiones de gases.
Por otro lado, tenemos los e-fuel. Los e-fuel son combustibles sintéticos neutros en CO2. Estos combustibles se producen a partir de CO2, agua y energía renovable, como la solar o la eólica.
Este tipo de combustible se puede utilizar con los coches que utilizan combustibles fósiles, es decir, con los ICE. Este combustible abre la posibilidad de seguir comercializando coches que cuenten con un motor ICE, siempre y cuando estos no se reposten bajo ningún concepto con gasolina o diésel.
¿Por qué con e-fuel sí? Es cierto que estos combustibles sí que emiten CO2, pero se les considera neutros. Esto quiere decir que, aunque emiten CO2, es el mismo C02 que se ha utilizado para crearlos. Es decir, no producen más cantidad de CO2 de la que ya había, por eso son neutros.
Alemania es uno de los países que han luchado para que los e-fuel sean comercializado a partir de 2035 y lo ha conseguido, pues la Comisión Europea ha llegado a un acuerdo con Alemania para que sean aceptados.
El caso es que, los ICE o lo que conocemos como un «coche» normal y corriente de toda la vida, tienen una segunda oportunidad en el futuro gracias a los e-fuel. Podrás seguir comprando ICE en el futuro con emisiones neutras, seguirán conviviendo en nuestro día a día y por eso mismo tener un término para identificarlos, ICE, es bastante apropiado ahora mismo.