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A la hora de realizar el mantenimiento periódico de nuestro coche siempre pensamos en los cuatro filtros típicos (aire, habitáculo, aceite y combustible), así como en aceite del motor, pero por regla general todos los conductores solemos olvidar otro fluido que es igual de importante o incluso más, porque literalmente, puede salvarnos la vida. Estamos hablando del líquido de frenos, el cual debería sustituirse cada dos años o unos 40.000 km debido a su tendencia a absorber agua, y cuya función es transmitir la fuerza en forma de presión desde la bomba de freno hasta la pastilla o zapata en la rueda.
¿Cuáles son las características del líquido de frenos?
Lo cierto es que en más de una ocasión hemos comentado la importancia del líquido de frenos. Se trata de un fluido incompresible que transmite la presión de la bomba de freno hasta la pinza (o el tambor), de forma que la pastilla roza con el disco generando un fricción que transforma la energía cinética del coche en calor, y perdemos velocidad. Sin embargo, es un fluido higroscópico, es decir, que absorbe la humedad del ambiente, lo cual se traduce en doble efecto negativo. Por un lado, esa humedad provocará que componentes del sistema de frenado puedan oxidarse, como por ejemplo, el conjunto de válvulas del sistema ABS, y por tanto, que en caso de una frenada de emergencia no llegue a evitar el bloqueo de las ruedas como debiera. Pero además, si ese aceite se mezcla con «gotitas de agua» pierde parte de su carácter incompresible, de forma que en vez de transmitir directamente la presión del émbolo de la bomba al de la pinza, parte de ella «se gasta» en comprimir esas gotitas de agua, y la frenada perderá eficacia.
Lo mismo pasará si ese líquido absorbe aire, pues al tratarse de un circuito que no es 100 % estanco, parte del aire se incorpora al mismo en forma de burbujas, lo que disminuye en una magnitud mucho mayor la incompresibilidad del mismo. Esto mismo sucede cuando se cambia el líquido de frenos, y para solucionarlo se realiza una técnica conocida como sangrado o purgado del circuito de frenos, y que consiste precisamente en expulsar las burbujas de aire. Aunque existe una máquinas de vacío especial para ello, la forma más común de hacerlo es mediante el «pisa-suelta»: se abre un purgador en la pinza de freno y se pisa repetidamente el pedal de freno, hasta que el líquido que sale lo hace de forma continua sin restos de aire, entonces se cierra ese purgador.
¿Cuándo es necesario cambiar el líquido de frenos?
La respuesta ideal sería cuando el fabricante lo recomiende, aunque por regla general se suele considerar un intervalo de dos años o unos 40.000 km. No obstante, ese periodo puede verse alterado por factores como la zona donde te muevas, pues en una ciudad costera o con mucha humedad ambiental el líquido de frenos se degradará antes, o tu estilo de conducción.
Existen varios síntomas que nos avisan que necesitamos sustituir el líquido de frenos, aunque lo ideal es que lo hicieses antes de su aparición. Entre esos síntomas nos encontramos un tacto de freno muy esponjoso, pérdida notable en la eficacia del frenado, que sin realizar un uso abusivo el pedal se vaya al fondo o que en ese líquido apreciemos muchas burbujas o deje manchas negruzcas al introducir un trocito de papel en él. Además, los profesionales tienen dispositivos especiales para comprobar su estado, basándose los más comunes en comprobar la conductividad del mismo (cuando mejor conduca una corriente eléctrica, mayor será la cantidad de agua en el mismo).
Cabe mencionar que un nivel bajo no siempre es indicativo de que se encuentra en mal estado, o incluso que se deba rellenar enrasando al máximo, pues unas pastilla de freno muy gastadas hará que descienda el nivel del mismo al compensar el pistón el desgaste de las mismas. Así, si has rellenado previamente el nivel deberías tener mucho cuidado en no rebosar el depósito, ya que el líquido de frenos es un fluido corrosivo. En caso de manchar algo, o incluso si te cae en la piel, lávalo rápidamente con agua.
¿Cuánto cuesta cambiar el líquido de frenos y qué tipos existen?
Sustituir el líquido de frenos por norma general suele ser una operación bastante económica, pues estaríamos hablando de un tiempo inferior a una hora y un recambio que puede tener un coste de unos 10 € (un envase de 500 mL de primeras marcas, aunque rara vez se necesita más de 1 L). Por tanto, podríamos estar hablando de un coste de unos 60 € aproximadamente.
Asimismo, existen diferentes tipos de líquidos de frenos, que sin entrar en muchos detalles, se clasifican según su punto de ebullición y viscosidad. La primera propiedad hace referencia a la tempera a la que ese líquido empieza a pasar a estado gaseoso, es decir, se crean burbujas y se torna ineficaz. La segunda podemos definirla como la facilidad con la que fluye por las diferentes conducciones, a mayor viscosidad, más dificultad. Por ejemplo, el agua es un fluido poco viscoso, mientras que el aceite o la miel es muy viscoso. Igualmente, es muy importante no confundir viscosidad con densidad (lo segundo es cuánto pesa un volumen de una sustancia: el aceite es menos denso que el agua, pero más viscoso). En base a esas propiedad se distinguen 4 tipos principales de líquidos de frenos.
Tipo | Tª eb. seco | Tª eb. húmedo | Viscosidad |
---|---|---|---|
DOT 3 | 205 °C | 140 °C | < 1.500 cSt |
DOT 4 | 230 °C | 155 °C | < 1.800 cSt |
DOT 5 | 260 °C | 180 °C | < 900 cSt |
DOT 5.1 | 260 °C | 180 °C | < 900 cSt |
En líneas generales, tenemos los DOT 3, DOT 4 y DOT 5.1 que tienen base mineral, concretamente glicol, y por tanto, pueden mezclarse entre sí, aunque lo correcto es no hacerlo. Los vehículos más antiguos (principalmente los que no tenían ABS) usan un DOT 3, mientras en la práctica totalidad de los vehículos comunes se recurre a un DOT 4. En cuanto al DOT 5, es de base sintética (silicona), y no debe mezclarse con los anteriores. Por otro lado, también es reseñable que cuanto mejor sean sus propiedades, mayor es su tendencia a absorber agua, por lo que deben cambiarse más frecuentemente. De hecho, hay fabricantes que recomiendas sustituir el DOT 5.1 cada seis meses.
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