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La dirección en uno de los sistemas fundamentales de tu coche, ya que es la responsable de guiar al vehículo por la trayectoria correcta, tanto a la hora de tomar curvas como realizar maniobras a baja velocidad (por ejemplo, aparcar).
La dirección debe ofrecer un buen compromiso entre aislar de las perturbaciones procedentes de la carretera y transmitir información al conductor; así como permitir maniobrar a baja velocidad con un esfuerzo reducido y proporcionar la suficiente estabilidad a altas velocidades. Este compromiso se consigue ajustando adecuadamente los ángulos de la dirección, recibiendo el nombre de geometría de la dirección el conjunto de los valores que ellos adoptan. Estos ángulos de la dirección son el de caída, salida, convergencia y avance.
Ángulo de caída o camber
El ángulo de caída o camber es el que forma el eje de simetría del neumático con la vertical que corta en el punto de contacto entre el neumático y el suelo. Este ángulo se ajusta de forma que al tomar una curva, la rueda interior (que es la que soporta la mayor parte de los esfuerzos) trabaje perpendicular al suelo, consiguiendo así un menor desgaste en los neumáticos y fatiga en los diversos elementos de la suspensión y la dirección.
El valor típico del ángulo de caída suele estar comprendido entre 0° y -2° (de forma que las ruedas se quedan un poco abiertas o “espatarradas”). Algunos síntomas que nos delatan que el ángulo de caída de nuestro coche no es el correcto son un desgaste desigual en la banda de rodadura o que el coche tienda a irse hacia el lado con la caída menor.
Ángulo de salida o King pin
El ángulo de salida es el comprendido entre la vertical al suelo y el pivote o eje sobre el cual gira la rueda. Este ángulo suele estar comprendido entre los 5° y 10° positivos, de forma que el punto de contacto del neumático con la calzada se acerca al punto donde el pivote corte a la horizontal (si lo prolongamos hasta el suelo). Con ello lo que se consigue es una disminución del brazo de palanca, y por tanto, de los esfuerzos sobre los diferentes elementos de la suspensión y la dirección.
En la práctica, lo anterior se traduce en un menor esfuerzo para girar las ruedas, así como una mejora de la reversibilidad y autocentrado de la dirección.
Los síntomas de un ángulo de salida incorrectos son muy similares a los del ángulo de caída, ya que ambos están muy relacionados. De hecho, la suma de ambos ángulos tiene un nombre, el cual es el ángulo incluido. Por lo general es el tacto de la dirección quien nos puede ayudar a identificarlo, presentando una mayor dureza o uno reversibilidad excesiva.
Ángulo de convergencia
El ángulo de convergencia es el ángulo, visto desde arriba, que forman las ruedas con el eje longitudinal del vehículo en el sentido de la marcha. Además, es el único ángulo de la dirección que también puede expresarse en milímetros, ateniéndonos a du definición como “la diferencia de distancia entre las partes trasera y delantera de la llanta a la altura de la mangueta”. Así, una convergencia es positiva cuando las ruedas están cerradas en su parte delantera, y negativa o divergente cuando están abiertas.
El ángulo de convergencia depende de los valores de los demás ángulos de la dirección, así como del tipo de tracción del vehículo. Por un lado, debido al ángulo de caída y salida, la rueda está inclinada respecto del terreno, de forma que al girar lo hace sobre la generatriz de un cono imaginario, por lo que tiende abrirse. Por tanto, se requiere de una convergencia positiva. Sin embargo, en los ejes tractores las ruedas tienden a cerrarse, por lo que la convergencia será negativa.
De nuevo debemos fijarnos en los neumáticos para saber si la convergencia de nuestro coche es correcta. Un desgaste lateral en la zona exterior de los neumáticos es síntoma de una convergencia demasiado cerrada. Por el contrario, si ese desgaste lateral se localiza en la zona interior, es señal de una convergencia insuficiente.
Ángulo de avance
El ángulo de avance es el ángulo formado por el pivote con el eje vertical que pasa por el centro de la rueda, viendo el coche desde el lateral, y en el sentido de la marcha. Tiene un valor entre 0° y 3° para los vehículos de tracción delantera, y entre 5° y 10° para tracciones trasera.
Entre las principales funciones del ángulo de avance se encuentran las de conseguir una dirección estable y precisa, con un buen autocentrado y reversibilidad, evitando además las vibraciones en las ruedas y que sean transmitidas a los diferentes elementos de la suspensión y la dirección.
Este es el único ángulo que estando fuera de sus valores no produce un desgaste anómalo en el neumático. Como síntomas podemos destacar una reversibilidad excesiva o insuficiente, según al valor sea mayor o menor del indicado por el fabricante, así como una falta de estabilidad en la misma.
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