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El tan extendido y en boca de todos término SUV corresponde a las siglas de Sport Utility Vehicle o Vehículo Utilitario Deportivo en Español. Como definición rápida podemos decir que un SUV es un tipo de coche a medio camino entre un todoterreno 4×4 auténtico y un turismo convencional, caracterizado por su imagen campera, ciertas aptitudes fuera del asfalto, pero pensado para rodar la mayor parte tiempo por carreta.
Así pues, en pleno 2020, donde la industria del automóvil se asemeja cada vez más a la moderna cocina fusión, por la mezcla de conceptos para satisfacer unas veces las demandas del mercado, otras las del marketing, y otras quien sabe qué, parece prudente detenernos a analizar con algo más de detalle lo que de verdad es un SUV, sobre todo cuando esta categoría acapara la mitad de las ventas en nuestro país, contando con todos los tamaños, desde los llamados SUV urbanos del segmento B, hasta los escasos e inmensos del segmento F, pasando los SUV de tamaño mediano.
¿Qué es un SUV? ¿Cuáles son sus características?
Con esa idea de que un SUV, también conocido como todocamino por darle así esa connotación con cualidades inferiores a un todoterreno, es un punto intermedio entre un 4×4 puro y un turismo, existiendo SUV de todos los tamaños, vamos a describir con más profundidad lo que realmente es un SUV a través de sus características.
Carrocería autoportante Audi Q7
En primer lugar, un SUV posee un chasis o carrocería autoportante típica de un turismo, y no uno convencional de largueros y travesaños, que es el que nos encontramos en los todoterrenos de verdad. Así pues, los segundos son básicamente dos grandes vigas de acero, muy similares a las que se usaría para construir un edificio, sobre las que se dispone todos los elementos del vehículo, incluso la carrocería (de hecho, soltando unos cuantos tornillos es posible dejar por lado la carrocería con el habitáculo, y por otro ese chasis con las ruedas, el motor…).
De esta forma, al contar con una carrocería autoportante los SUV son relativamente más ligeros, tienen una mayor rigidez torsional, lo que a la postre se traduce en un mejor comportamiento en carretera, e incluso podríamos decir que en algunos casos son más seguros ante un accidente, pues al ser la carrocería parte estructural, protege mejor el habitáculo, además de ser posible integrar en ellas zonas de deformación programada con mayor facilidad para absorber las energía de un impacto. Por el contrario, al no contar con esa configuración tradicional de largueros y travesaños, un SUV pierde la robustez de un 4×4 auténtico, tanto a la hora de llevar carga, como a la de soportar grandes esfuerzos, pues es este tipo de chasis el que nos encontramos en camiones, furgones pesados…
Vídeo: diferencia entre SUV y todoterreno
El siguiente apartado por el que un SUV se asemeja más a un turismo y no a un 4×4, y que por ende, es característica propia del mismo, es por su esquema de suspensión. La inmensa mayoría de los 4×4 auténticos recurren a un eje rígido detrás, y si de verdad quieren hacer el mejor papel posible en campo, también delante. Este esquema, además de ser mucho más robusto en caso de golpes fuera de pista, también proporciona un mayor recorrido a las ruedas, de forma que pueden “descolgarse hasta tocar suelo en una zanja”, y por tanto, traccionar para salir del atolladero.
Chasis de largueros y travesaños del Suzuki Jimny
En cambio, un SUV copia el esquema de suspensiones de un turismo, normalmente una suspensión independiente McPherson delante, y detrás un multibrazo independiente si se trata de un vehículo refinado y con un buen apartado técnico, o con un eje torsional (se encuadraría dentro de las conocidas por algunos autores como semi-independiente o semi-rígidas) para así ahorrar en costes. Con ello se asegura que tendrá un “gran comportamiento” en carretera, cómodo, confortable y capaz de trazar todas las curvas sin atragantarse, pero obviamente, sin llegar a la eficacia de un turismo por peso, altura del centro de gravedad, puesta a punto…
Otro punto importantísimo es que todos los todoterrenos puros cuentan con tracción 4×4 y reductora, y los más capaces con bloqueos de diferenciales. En cambio, los SUV sólo disponen de tracción total, con versiones de acceso en muchos casos 4×2.
Para finalizar estas diferencias a nivel técnico me gustaría dar un pequeño apunte ilustrativo: más o menos a todos se nos ocurre meter en Nürburgring a un Alfa Romeo Stelvio, un Lamborghini Urus o hasta incluso un Volkswagen T-Roc, pero a nadie se le ocurría hacer lo propio con un Toyota Land Cruiser o un Jeep Wrangler, y mucho menos intentar batir un récord de vuelta. Eso es porque los primeros son SUV, y los segundos 4×4 con los que puedes cruzar África.
Alfa Romeo Stelvio QV rodando en circuito
A partir de ahí podemos también citar otras características de los SUV, como una estética que los acerca más a los 4×4, con una altura mayor, con una sensación de mayor robustez producida en muchas ocasiones al incorporar elementos como protecciones en los bajos y paragolpes, plásticos negros en los pasos de rueda o las típicas barras longitudinales en el techo. Asimismo, nos encontramos con un habitáculo más espacioso, versátil y práctico que el ofrecido por un turismo de similar longitud, podríamos decir que en muchas ocasiones hasta incluso heredan soluciones típicas de un monovolumen. Además, nos encontramos con una posición de conducción un poco más alta y erguida, pero manteniendo todas las comodidades y soluciones típicas de un compacto o una berlina.
¿Cómo surgieron los primeros SUV y cuáles son los más icónicos?
Aquí en Europa la aparición del Nissan Qashqai en el año 2007 suele considerarse como el primer SUV, sin embargo, siendo más estrictos, y mirando al otro lado del charco, podemos decir que el modelo japonés no inventó nada nuevo, y puede que tampoco lo popularizase.
Segunda generación del Jeep Cherokee
Podemos decir que fue el Jeep Cherokee de segunda generación quien de verdad inauguró el segmento SUV en 1984 como un vehículo con ciertas (e incluso buenas) aptitudes offroad, pero pensado para ser principalmente usado sobre el asfalto como vehículo familiar, y que dio lugar a otras variantes como los Grand Cherokee y Wagoneer.
El siguiente gran hito en el segmento SUV lo marcó el Toyota RAV4 de primera generación del año 1996, y que se presentaba como un “pequeño” vehículo con carrocerías 3 y 5 puertas, incluso con techo practicable, y que pretendía postularse como solución a todas aquellas persona que buscaban un coche para ocio, para acudir al monte a practicar deporte con garantías de poder afrontar “cualquier obstáculo”, pero con una comodidad de uso y confort de marcha suficientes para el día a día en ciudad y carretera.
Nissan Qashqai de primera generación
A partir de ahí llegaron otras opciones, como por ejemplo el Honda CR-V, también en el 96, y visto por las diferentes marcas el potencial de estos vehículos como “vehículo aspiracional” para sustituir a los coupé de entonces por todo aquel que quería un coche para demostrar estatus y tener algo diferente al compacto, berlina o familiar de su vecino, se lanzaron a la piscina. En un primer momento fueron BMW con su X5 en 1999 y Mercedes con su ML en 1997 quienes entraron en el juego, ya que su cliente tipo tenía el dinero necesario para pagar por esa imagen que no iba a usar de coche 4×4. Les siguieron Volkswagen con el Touareg, Porsche con el Cayenne y Audi con el Q7, y hasta incluso Land Rover con el Range Rover Sport.
BMW X5 de primera generación
Todos estos vehículos de lujo funcionaron, el RAV4 se vendía relativamente bien, pero es que hasta incluso había quienes compraban Nissan Terrano para usarlos sólo por carreta. Todo esto le llevó a Nissan a desarrollar y presentar el Qashqai en el año 2007, lo demás ya es una historia por todos conocida.
¿Es lo mismo un SUV que un crossover?
Hace ya unos cuantos años que se acuñó el término crossover en la industria y que es cada vez usado con mayor frecuencia, muchas veces como sinónimo puro y duro de SUV, pero otras con algunos matices. Personalmente, al igual que otros muchos profesionales de la industria que saben bastante más que este humilde servidor, creo que lo correcto sería usarlo con esos ligeros matices, entendiendo al crossover como un nuevo punto intermedio entre un SUV y un turismo. No obstante, no me atrevería decir si la categoría crossover es una subcategoría dentro de la de los SUV, o se sitúa al mismo nivel que un turismo, 4×4, SUV o deportivo.
Así pues, lo que sí podemos decir que un crossover está claramente pensado para circular por asfalto, exactamente igual que un turismo, y si acaso, por pistas y caminos en muy buen estado. Ello implica que la puesta a punto de sus suspensiones sea aún más asfáltica, que los ángulos 4×4 (ataque, ventral, salida) pasen de tener relativa poca importancia a no tener ninguna, y hasta que incluso no se ofrezca tracción 4×4 ni en opción, sobre todo en los modelos más pequeños o destinados a un público más urbanita.
Mercedes GLA, G y GLE Coupé
Sin embargo, características propias de los crossover es seguir contando con un aspecto de tintes 4×4, con una ligera mayor altura, una carrocería más voluminosa o esos detalles anteriormente comentados de protecciones, plásticos negros…
Por poner un ejemplo dentro de una misma marca para facilitar la apreciación de estas diferencias. Un Mercedes Clase G sería un 4×4 auténtico, con un Mercedes GLE que encarnaría ese punto intermedio de SUV y con un GLA, sobre todo el de primera generación, como arquetipo de crossover, al igual que también lo sería un Kia XCeed o un Lexus UX, por ejemplo.
Vídeo: diferencia entre SUV y todoterreno
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