El petróleo, conocido como el «oro negro», ha sido durante décadas un pilar fundamental que ha moldeado el curso de la historia y definido las dinámicas globales. Este recurso natural, de origen orgánico y resultado de procesos geológicos milenarios, se ha erigido como una fuente de poder, riqueza y, al mismo tiempo, un catalizador de desafíos ambientales sin precedentes. Es la base de la existencia de los coches y de los deportes de motor, pero también de una lucha de poderes que ha acabado con muchos damnificados.
¿Qué es el petróleo?
El petróleo es un recurso natural formado por la descomposición de materia orgánica a lo largo de millones de años. Es una mezcla compleja de hidrocarburos, compuestos principalmente por carbono e hidrógeno, con trazas de otros elementos. Se encuentra en yacimientos subterráneos y es extraído para su procesamiento.
Este «oro negro» es crucial en la producción de energía, combustibles y diversos productos químicos, pero su uso también plantea desafíos ambientales debido a su impacto en el cambio climático y otros problemas ecológicos.
Cómo se formó el petróleo: origen, dinosaurios…
La formación del petróleo se remonta a hace millones de años, durante la acumulación de materia orgánica en fondos oceánicos y lagos. La presión y temperatura resultantes de capas sucesivas de sedimentos transformaron esta materia orgánica en kerógeno. Con el tiempo, mediante el proceso de catagénesis, el querógeno se convirtió en hidrocarburos más ligeros, dando origen al petróleo.
Aunque se suele asociar con los dinosaurios, la mayoría del petróleo proviene de microorganismos y plantas marinas, siendo la aportación de los restos de dinosaurios una aportación minoritaria.
Dónde se encuentra el petróleo y cómo se descubrió
El petróleo se encuentra principalmente en yacimientos subsuperficiales formados por la acumulación y la migración de hidrocarburos. Estos yacimientos están asociados con rocas sedimentarias, debido a que estas suelen caracterizarse por su porosidad, contribuyendo a que se acumulen los hidrocarburos. Zonas con condiciones anaeróbicas (sin oxígeno) son ideales para preservar la materia orgánica y facilitar su transformación en hidrocarburos.
Los yacimientos de petróleo se distribuyen en todo el mundo, con concentraciones significativas en regiones como el Medio Oriente, América del Norte, Rusia y América Latina, lo que ha hecho que muchos de estos territorios se hayan convertido en zonas especialmente ricas, al menos para quienes dominaron los yacimientos.
Respecto a su descubrimiento, no fue un descubrimiento en sí mismo. Los indicios de petróleo a menudo se observaban en la superficie, donde se podían ver manantiales naturales de petróleo o filtraciones en la tierra. A medida que la demanda de petróleo aumentó, se realizaron exploraciones más sistemáticas. Uno de los hitos más emblemáticos ocurrió en Titusville, Pennsylvania, Estados Unidos, en 1859. Edwin Drake perforó el primer pozo de petróleo comercialmente exitoso, marcando el comienzo de la industria petrolera moderna. A partir de aquí podemos decir que el petróleo se convirtió en oro negro. En esencia, la historia del petróleo se remonta a los dos últimos siglos.
¿Cuál es la composición del petróleo? ¿Es un mineral, una roca, un aceite?
Desde un punto de vista científico, no se puede definir con facilidad al petróleo. A pesar del origen de su nombre: petro (piedra) y óleo (aceite), no podemos decir que sea una piedra. Tampoco es un mineral a pesar de encontrarse en yacimientos de rocas bajo tierra.
Podemos decir que es un aceite porque por lo general se encuentra en estado líquido. Aunque dependiendo de la composición específica puede llegar a ser desde gaseoso hasta de gran viscosidad. Al final la clave está en que su composición está formada por hidrocarburos. Es decir, combinaciones de carbono e hidrógeno. Y esta puede ser variada.
Esto hace que el petróleo de cada yacimiento sea diferente y que tenga que ser refinado para obtener los diferentes productos finales que utilizamos.
¿Para qué sirve el petróleo? Nuestra principal fuente de energía
El petróleo es una fuente de energía versátil que desempeña un papel central en la sociedad moderna. Sus aplicaciones son variadas y van más allá de la generación de energía, aunque hoy por hoy es nuestra principal fuente de energía.
Obviamente uno de los usos principales del petróleo es el de combustible para vehículos. Se convierte en gasolina y diésel para coches, camiones y otros vehículos de carretera. También se convierte en un combustible, similar al queroseno, para el desplazamiento de aviones o buques.
En su forma de gasóleo es un combustible utilizado para los sistemas de calefacción a nivel residencial e industrial. Además, se convierte en lubricante para motores.
Y todo ello sin olvidarse de que gran parte de los textiles sintéticos que conocemos hoy en día se producen a partir del petróleo, como es el caso del poliéster.
Por si esto no fuera suficiente, el petróleo es la base de la producción de plásticos, pero también de pinturas, disolventes, e incluso fármacos.
El oro negro como valor financiero
Pero más allá de ser un producto, el petróleo se ha convertido en un elemento de poder. Tal es la importancia del petróleo que es un valor financiero como lo pueden ser las acciones de una empresa, el oro o las criptomonedas, no es raro por tanto el apelativo de «oro negro».
El petróleo es una de las principales materias primas que se negocian en los mercados bursátiles. Los precios del petróleo son influenciados por factores como la oferta y la demanda, eventos geopolíticos y condiciones económicas globales.
Se negocian contratos de futuros de petróleo que permiten a los inversores comprar o vender petróleo a un precio acordado en una fecha futura. Estos contratos son utilizados para gestionar el riesgo y especular sobre los movimientos de precios.
Los precios del petróleo a menudo se consideran un indicador económico clave. Los cambios en los precios pueden tener implicaciones para la inflación, el crecimiento económico y la estabilidad financiera global.
Aunque para muchos el petróleo puede ser simplemente un producto sacado del subsuelo que sirve para impulsar un coche, lo cierto es que su influencia en el día a día de cualquier persona, y su poder para influir en el funcionamiento del mundo entero hace de algo que en el siglo XVIII no se utiliza para nada, en el motor de la sociedad.
El poder destructivo del oro negro
El petróleo no solo es una gran fuente de energía, sino que también se ha convertido en una gran fuente de poder destructivo. El poder para crear y destruir del oro negro es algo que comparte con el oro.
No obstante, no podemos decir que sea destructivo tanto por el producto en sí mismo como por el uso que se le ha dado por parte del ser humano.
Más allá de la influencia que ha podido tener en la economía y en los desequilibrios sociales, el uso de hidrocarburos como combustibles ha llevado a una masiva cantidad de emisiones de CO2 a la atmósfera, que ha aumentado el efecto invernadero, y ha generado grandes problemas como el cambio climático.
Tal es la situación que algunos consideran que estamos cerca de que sea irreversible el daño realizado a la atmósfera y al planeta. De hecho, es tan innegable la encrucijada en la que nos encontramos, que prácticamente todos los países del mundo lo reconocen, y en mayor o menor medida se están haciendo esfuerzos por reducir el uso de hidrocarburos y, sobre todo, de reducir las emisiones hasta prácticamente cero a nivel global.
Es curioso que el petróleo fue la base de todo lo que hoy es el mundo de la industria automotriz, y que la evolución en el mundo del motor sea una de las grandes bazas para reducir las cifras de emisiones a la atmósfera.