Con la llegada de los vehículos eléctricos, el mundo de los coches se ha llenado de siglas nuevas que tenemos que aprender. Muchas de ellas son sencillísimas, pero hay que saber bien a qué se refieren para saber de qué estamos hablando, y sobre todo para saber qué estamos comprando. Si estás planteándote comprar un coche electrificado, de seguro habrás visto algunos PHEV. Pero, ¿qué es en realidad un coche PHEV?
Qué es un coche PHEV
Las siglas significan literamente Plug-in Hybrid Electric Vehicle, que en una traducción directa significa Vehículo Eléctrico Híbrido Enchufable. Así, de primeras es fácil entender que se trata de un coche que tiene dos sistemas de propulsión, el motor de combustión por un lado, y el motor eléctrico por otro. Pero además tenemos el apelativo «enchufable». Esto significa que su batería se puede cargar desde el exterior conectándolo a la red eléctrica.
Se diferencian de los híbridos convencionales por la posibilidad de enchufarlos para cargar la batería, pues en un híbrido tradicional la batería se va cargando con las frenadas y con el propio motor de combustión.
Por lo general, la autonomía de un coche PHEV es de entre unos 50 km y unos 150 km en modo eléctrico. Aunque pueden llegar mucho más allá con el motor de combustión, lo que los hace una opción genial para quien necesita un coche versátil que pueda funcionar en modo eléctrico pero que también pueda pasar a un modo de motor de combustión.
Cómo funcionan los coches PHEV
Los coches híbridos destacan precisamente por la gran complejidad mecánica que implica el montar dos sistemas de propulsión diferentes y hacerlos funcionar armónicamente. Por un lado tenemos el motor de combustión, que por lo general suele ser de gasolina, y que tiene el papel clave de aportar autonomía al vehículo cuando vamos a realizar largas distancias. Además, hay que recordar que los motores eléctricos consumen más en carretera que en zona urbana, justo al revés que los motores térmicos. Es por eso que por lo general el vehículo utilizará el motor de combustión cuando tengamos que mantener una alta velocidad.
No obstante, ocurre justo lo contrario al ir por vías urbanas, donde el motor eléctrico no solo es el que predomina, sino que en muchos casos prácticamente será el único que utilizaremos. Las baterías de los PHEV se conectan enchufándolas a cualquier enchufe o cargador compatible, pero también por medio de la frenada regenerativa.
Debido a que en los coches PHEV el motor eléctrico no es el que asume responsabilidades tan grandes como en los coches eléctricos puros, por lo general nos encontramos con un motor menos potente y una batería más pequeña, algo imprescindible para ubicar todos los componentes en un mismo coche junto al motor de combustión.
Ventajas de los coches PHEV
Las ventajas de los coches PHEV son muchas, y por eso se han convertido en uno de los tipos de coche más vendidos del mercado en España. Para empezar, cuentan con la etiqueta 0 como distintivo ambiental de la DGT, lo que les permite circular por zonas restringidas y en escenarios de alta contaminación, así como aparcar con importantes descuentos o incluso gratis en dichas zonas. También existen ayudas para la adquisición de estos vehículos, y ventajas a nivel de impuestos.
Esto es gracias a que pueden circular en un modo de cero emisiones, sin expulsar C02 a la atmósfera, lo que al final tiene unos beneficios para la sociedad al reducir la huella de carbono de estos coches, y no empeorar el calentamiento global por el efecto invernadero.
Por supuesto, no nos olvidamos tampoco de que esto supone también un ahorro en combustible, y con el precio de la gasolina y el gasoil, es un factor a tener en cuenta. Cuando compramos un coche PHEV, aunque gastemos algo más, debemos pensar también en el ahorro que supone a nivel económico, pues aun con el precio de la luz tan alto, sigue siendo más barato cargar una batería que echar gasolina.
Por otro lado, no tenemos los problemas de autonomía que tenemos en los coches eléctricos puros, que además de estar limitados a una cifra de kilómetros que no es apta para hacer desplazamientos interurbanos importantes, tampoco nos dan la opción de una recarga rápida. Los PHEV, en cambio, no solo nos dan una buena autonomía en kilómetros gracias a que el motor de combustión compensa las carencias del eléctrico en autonomía, sino que también podemos parar y repostar combustible en cuestión de unos minutos y seguir nuestro camino.
Y cuando los comparamos con los híbridos convencionales, o con los mild-hybrid, entonces también encontramos ventajas. Y es que ninguno de estos se puede enchufar para recargar las baterías, con lo que dependen siempre del propio movimiento del vehículo con el motor térmico para generar energía que recargue las baterías.
En el caso de los híbridos convencionales, sí que tenemos cierta autonomía para recorrer alguna distancia sin necesitar el motor de combustión. Pero aun así, siguen siendo cifras muy reducidas, y casi siempre estamos haciendo un uso combinado de ambos motores. Ciertamente sí obtenemos algún beneficio de poder usar el motor eléctrico para arrancar o en marchas cortas, donde el motor de combustión es más ineficiente, pero no hay una ventaja tan grande como con los híbridos enchufables cuya batería y motor sí son capaces de funcionar de forma autónoma.
El caso de los mild-hybrid es todavía más brutal, pues la capacidad eléctrica de estos vehículos es muy reducida, y tiene como finalidad aportar un extra de potencia o par al motor al acelerar, o incluso alimentar los diferentes dispositivos eléctricos con los que cuenta el vehículo.
Desventajas de los coches PHEV
No obstante, los coches PHEV también tienen algunos problemas y desventajas cuando los comparamos con el resto del catálogo de vehículos del mercado.
El primero es que no son coches completamente eléctricos, por lo que dependen siempre de un combustible. El precio de este combustible encarece el desplazamiento, sobre todo si sigue subiendo el precio del combustible. También hay que decir que para gran parte del desplazamiento en zonas urbanas eso no es un problema, pues se utilizará el modo eléctrico, y en largas distancias sigue gastando menos que un gasolina puro.
No obstante, al no ser un eléctrico 100%, también contamina más. Si no eres un purista del medio ambiente, puede que eso no te preocupe mucho. Pero aun así, vamos encaminados hacia un mundo sin coches con motor de combustión. Aún queda un poco lejos, pero si esperas hacer un ciclo de vida al coche PHEV muy largo, puede que te encuentres con que haya perdido valor al no tener un futuro tan claro como los 100% eléctricos. Eso sí, lo lógico es que los PHEV tengan mejor venta que los coches de combustión puros, lo que también puede ser una ventaja.
Por último, el hecho de tener que instalar dos sistemas de propulsión diferenciados, y que tengan que trabajar en conjunto constantemente implica también un mayor nivel de complejidad mecánica. Esto lo hace algo más susceptible a las averías, y complica las reparaciones. No obstante, hay que decir que muchos de los fabricantes de coches PHEV llevan años trabajando en modelos híbridos y tienen una amplia experiencia. Además, en el caso de determinadas marcas, se caracterizan por la gran fiabilidad de sus vehículos, lo que hace que este tampoco sea un inmenso problema. Son inconvenientes a tener en cuenta a la hora de elegir un PHEV, pero que son ampliamente superados por las ventajas.
Los coches PHEV son, sencillamente, una de las soluciones más versátiles para aquellos que quieran un coche con una electrificación efectiva, pero que necesiten autonomía para recorrer largas distancias o moverse por carretera todos los días.