Ahora mismo, una de las cosas que más nos preocupan es lo mucho que ha subido el precio del combustible. Por eso mismo, tratamos de ahorrar todo lo que podamos, ya sea moviendo menos el coche o intentando hacer cosas que pueden no ser muy buenas ni para nosotros ni para el coche. Una de estas cosas es poner el coche en punto muerto. Muchos aseguran que es una forma de hacer que el coche consuma menos, pero ¿es eso verdad?
¿Qué es el punto muerto?
Antes de entrar en materia, deberíamos definir bien lo que es el punto muerto. El punto muerto hace referencia a la caja de cambios de nuestro coche, es la marcha en la que no se transmite el movimiento desde el motor a las ruedas. Por lo tanto, el motor está encendido pero no hay movimiento.
¿Cuándo debemos poner el punto muerto?
El punto muerto se debe poner cuando el coche está estacionado o parado ya que mantener el embrague a fondo cuando paramos no aporta nada. Además, puede afectar negativamente ya que se desgasta prematuramente el collarín del embrague, produciendo que al final se averíe. Lo mejor es que, si hacemos una parada, pongamos el coche en punto muerto y quitemos el pie del embrague.
Claro está, hay otras ocasiones en las que nos puede venir bien poner el punto muerto. Por ejemplo, si tenemos que empujar el coche porque se nos ha quedado si batería y necesitamos quitarlo de donde está. Si ponemos el coche en punto muerto será mucho más sencillo moverlo empujándolo.
Hay otra ocasión en la que puede ser útil, cuando vamos por carretera y los frenos no nos funcionan. En estos casos muchos conductores eligen o bien apagar el motor o tirar del freno de mano. Cualquiera de estas dos opciones son peligrosas, ya que si apagamos el motor, podríamos bloquear el volante haciendo que no podamos cambiar la dirección. Y si decidimos tirar del freno de mano podríamos bloquear las ruedas traseras del coche y provocar que vaya dando tumbos. Por lo tanto estas dos opciones podrían acabar en un accidente grave.
La mejor reacción que podemos tener ante una situación como esta es poner la caja de cambios en punto muerto. Esto hará que se desconecte la transmisión del motor a las ruedas y el coche irá frenando hasta pararse y como el volante no estará bloqueado, podremos cambiar la dirección del coche evitando obstáculos. Mientras lo hacemos es importante que avisemos a los demás conductores poniendo las luces de emergencia e incluso tocando el claxon.
¿Se gasta menos combustible circulando en punto muerto?
Muchas personas ponen el coche en punto muerto cuando bajan por una pendiente sin pisar el acelerador porque creen que de esta manera se consume menos combustible. Pero lo cierto es que circular con el coche en punto muerto no solo no es beneficioso si no que además tiene sus peligros.
Lo primero es que no se ahorra combustible por bajar una pendiente en punto muerto, es un mito. Cuando ponemos el coche en punto muerto, el motor está a ralentí. Esto significa que la mecánica seguirá trabajando, y por tanto se seguirá consumiendo combustible. Además, esto conlleva varios peligros, por ejemplo que si lo utilizamos en bajadas prolongadas, es muy probable que perdamos el control del coche ya que se mueve por inercia.
Los frenos también sufren, porque recurrimos más a ellos cuando vamos en punto muerto y esto conlleva un mayor desgaste de los discos y pastillas de freno, así como del líquido. De hecho, si la bajada es prolongada, incluso podríamos causar una avería en los frenos.
Lo mejor es que si vamos a bajar una pendiente lo hagamos con una marcha engranada. En este caso, las ruedas son las que moverán el motor, por lo tanto el sistema de inyección no está trabajando para mantener el coche en marcha y mantenerlo a ralentí. Esto es mucho más seguro porque no perderemos el control del coche y tampoco causaremos daño en los frenos ya que se frena con el freno motor.
A parte de que el usar el punto muerto más veces de las que realmente es necesario, puede resultar negativo para el motor. Cuando el motor está a ralentí, no está refrigerando ni se lubrica bien. Si hacemos muchos kilómetros en punto muerto y hay temperaturas altas puede acabar en sobrecalentamientos o averías. Si además fuese un motor diésel podría derivar en acumulación de carbonilla.
Como vemos, circular en punto muerto no gasta menos. De hecho es todo lo contrario, nos puede salir más caro, sobre todo si algún elemento de nuestro coche se avería.
¿Por qué tiembla mi coche en punto muerto?
Puede que cuando pongas el coche en punto muerto, notes que vibra. Que un motor tiemble es algo normal, pero no lo es tanto si ese temblor se extiende hasta la cabina y los que vamos dentro del coche podemos percibirlo.
Si esto nos pasa, es probable que tengamos alguna avería en el coche. Por ejemplo, que el volante bimasa esté en mal estado, esto hace que el motor traquetee y más cuando está a ralentí o a bajas vueltas. Esta avería puede costarnos un ojo de la cara dependiendo del vehículo que sea y del taller que nos lo repare.
También puede ser que los tacos del motor estén desgastados. Al ser los que evitan que las vibraciones se transmitan al vehículo, si están desgastados, no harán bien su trabajo. Esta avería es mucho más barata pues las piezas que hay que remplazar no son demasiado caras.
Si se trata de un coche diésel y los dos elementos anteriores están en buen estado, podemos empezar a sospechar del sistema de inyección. Si uno de los inyectores están en mal estado generará más vibraciones.
Sea lo que sea, si notamos que nuestro coche vibra cuando lo pongamos en punto muerto, lo mejor será llevarlo a un taller para que lo revisen y así saldremos de dudas. Y recuerda, si no quieres averiarlo más, evita circular en punto muerto, pues traerá más problemas que otra cosa.