Los coches de hoy en día llevan muchos sistemas de asistencia que nos ayudan a conducir mejor y más seguros. De hecho, cuando nos montamos en un coche que lleva sistemas como el control de crucero o el Lane Assist, nos da la sensación de que el coche va solo. Y no nos equivocamos, el coche tiene cierta autonomía.
Es más, muchas marcas siguen desarrollando tecnologías de asistencia para poder llegar en un futuro a los coches totalmente autónomos. Ya hay muchos proyectos intentando conseguir un coche autónomo que sea seguro. Pero, ¿qué es eso de un coche autónomo? ¿realmente es posible? En este artículo hablaremos de ello.
¿Qué es un coche autónomo?
Un coche autónomo es aquel que no necesita la intervención humana para conducir. Esto permitiría que el conductor no tuviese que coger el volante ni estar pendiente de la carretera, solo elegir el destino, relajarse y disfrutar del viaje.
Para que un coche sea autónomo es necesario que cuente con varios sistemas informáticos que le permitan «ver» su entorno y actuar y maniobrar en consecuencia.
¿Cómo se consigue un coche autónomo?
Como comentábamos, para que un coche sea autónomo debe llevar una serie de sistemas informáticos y elementos que le permitan percibir su entorno.
Por ejemplo, llevan cámaras que les permiten ver el entorno y detectar peatones o señales. También pueden llevar radares, LIDAR o ultrasonidos para poder reconocer obstáculos y evitarlos. Y por supuesto también incorporan sistemas de GPS. Con todo este equipo el coche podría ser capaz de hacerse un mapa en 3D captando los objetos en movimiento y así conducir y maniobrar en consecuencia.
Además, el coche contará con ADAS (Sistemas Avanzados de Asistencia a la Conducción), sistemas que con los que ya cuentan muchos coches, que son: frenado autónomo de emergencia, frenado autónomo de emergencia con detección de peatones, mantenimiento de carril, control de crucero, avisador de ángulo muerto y alerta de tráfico cruzado.
Para que el coche autónomo sea una realidad también dependemos de que otras tecnologías se desarrollen, como el coche conectado. El coche conectado ayudará al coche a saber si hay coches a su alrededor, por dónde se aproxima, si habrá riesgo de colisión. También podrá detectar si un semáforo se pone en rojo y cuándo lo hará… Esta tecnología así como las IA, permitirán crear patrones de respuesta para que no sea necesaria la intervención humana en absoluto.
Niveles de conducción autónoma
Aunque es cierto que un coche autónomo no requiere la intervención humana, hay varios niveles en cuanto a conducción autónoma. Son seis y van del 0 al 5.
Nivel 0: en este nivel tenemos un coche en el cual se necesita la intervención del conductor para todo.
Nivel 1: es el nivel en el que entran aquellos modelos que cuentan con algún sistema de asistencia para el control de movimiento lateral o el longitudinal. Podrían ser coches que cuenten con frenos autónomo de emergencia o control de crucero.
Nivel 2: hay una automatización parcial donde el conductor no tiene que realizar tareas que tienen que ver con el movimiento del coche, es decir, frenado, aceleración y dirección. El conductor debe mantener las manos sobre el volante para intervenir en cualquier momento por si algo falla.
Nivel 3: en este caso el coche se controla por si solo y puede conducir de forma autónoma totalmente, sin embargo, aunque el conductor puede desviar la atención, debe seguir atento a la conducción pues puede que el coche le haga alguna consulta y sea necesario que el conductor intervenga.
Nivel 4: aquí la conducción es totalmente autónoma, pues el conductor incluso podría irse a dormir, no necesita ningún tipo de asistencia humana.
Nivel 5: en este nivel algunos coches ni siquiera cuentan con volante pues no es necesario que el conductor haga nada. Además, no hay condiciones que limiten su funcionamiento, puede conducir por todo tipo de superficies, durante todo el año y en todas las condiciones meteorológicas sin problema.
Los coches autónomos en España
Los coches autónomos actualmente no son legales en España. Esto se debe a que no está permitido que el conductor suelte el volante mientras se conduce y además debe mantener la atención permanentemente en la carretera. Por lo tanto, no podríamos llegar al nivel 3 de conducción autónoma.
Es más, hay otras muchas cuestiones, por ejemplo, si hay un accidente ¿de quién es la culpa? Está claro que no podemos echarle la culpa al coche, así que ¿quién sería el responsable? ¿el fabricante o el conductor?
Y además, si hay un siniestro inevitable, habría que ver qué decisión toma el coche, si es la menos dañina o incorrecta. Estas son algunas de las cuestiones que nos plantea RACE respecto a los coches autónomos.
Aún así, cuando son muchos los fabricantes que se interesan en los coches autónomos, no es de extrañar que lo consigan, que las cuestiones anteriores se consigan resolver de una u otra forma y que en un futuro, no tengamos que conducir, solo disfrutar del viaje.
