Hoy en día los coches cuentan con muchísimos sistemas que nos asisten en la conducción, como el Lane Assist o el ISA. Sin embargo, la tecnología en los coches sigue desarrollándose, de tal forma que llegaremos a los coches totalmente autónomos, en los que tenemos que intervenir poco o nada en la conducción.
Claro, en los coches autónomos es necesario muchos más sistemas de asistencia, pues necesitan saber qué hay a su alrededor para no chocarse. Es aquí donde los sensores LIDAR juegan un papel muy importante. Aquí te explicamos qué son y cómo funcionan.
¿Qué es un sensor LIDAR?
LIDAR es un acrónimo de «Laser Imaging Detection and Ranging«, lo que traducido al español significa «sistema de medición y detección de objetos mediante láser«. Este sistema no es nuevo ni se utiliza solo en el ámbito automovilístico, de hecho es un sistema utilizado habitualmente en topografía, geología, arquitectura y otros muchos trabajos, pero se ha visto que puede servir de mucha ayuda en los coches autónomos.
Podemos decir que el LIDAR es como los ojos del coche pues, mediante este sistema, el coche puede crear un mapa en 3D que le permite saber todo lo que hay alrededor y actuar en consecuencia, evitando así accidentes.
¿Cómo funciona el sistema LIDAR?
Antes de nada, hay que explicar que el sistema LIDAR cuenta con dos componentes muy importantes para su funcionamiento: un foco que emite rayos láser infrarrojos y una lente infrarroja que es capaz de ver esos láseres.
El foco emite los rayos de luz infrarroja y estos rayos cuando chocan con algún objeto, rebotan volviendo al foco y por tanto a la lente receptora. Así es como el sistema LIDAR es capaz de crear un mapa en 3D compuesto por millones de puntos creados por los rayos y de esta manera, puede hacerse una idea de dónde hay objetos y de si de mueven, haciendo las maniobras necesarias para evitar chocarse.
Además, sabe a qué distancia se encuentran los objetos gracias a que el sistema mide el tiempo que tarda en ir y volver el haz de luz.
Esta tecnología es capaz de situar objetos que se encuentran a unos 600 metros de distancia y de ver peatones o animales que se encuentran a unos 250 metros del coche, no importa si es de día o de noche. Es más, funciona aunque las condiciones climatológicas no sean las mejores. Es decir, si llueve o nieva, la efectividad de este sistema no se reduce, pues puede atravesar elementos ambientales y detectar las formas aunque no haya casi luz. Podemos decir que es más seguro que nuestra visión, pues ésta sí que se ve afectada por los fenómenos meteorológicos.
Tipos de LIDAR
Los LIDAR no son en todos los coches iguales. Algunos tienen este pequeño sensor fijo en la parte superior de la luna delantera, de manera que puede ver todo lo que se sitúa delante del coche. Son muy compactos por lo que no afecta mucho a la estética del coche.
Por otro lado también existen los LIDAR que pueden girar sobre sí mismos 360 grados, lo que les permite saber todo lo que hay alrededor del coche. Se suelen colocar en el techo del coche, y hay algunos que llevan más de uno.
Problemas de los sensores LIDAR
Aunque es verdad que parece la solución perfecta para los coches autónomos, todavía hay algunas cosas que se deben pulir.
Lo primero es que afecta a la estética. Es cierto que el que se pone en el parabrisas no se nota, pero ese no es suficiente. Si hablamos de coches totalmente autónomos, necesitamos los LIDAR que son capaces de girar sobre sí mismos y que se colocan en el techo del coche y eso significa que se verán y por tanto pueden afear el coche.
Por eso, los fabricantes de este tipo de sensores intentan hacerlos más pequeños y simples, pero eso implica poner más de un sensor LIDAR. Supondría tener que poner 4 sensores en el techo del coche y eso sí o sí implica un aumento de precio, que es el segundo problema de estos sensores, son caros.
Es por eso que muchos fabricantes prefieren prescindir de estos sensores y poner cámaras de vídeo de alta resolución y radares que hagan casi la misma función que los LIDAR.
Además, ahora mismo, el conductor no puede apartar el los ojos de la carretera ni las manos del volante por muy autónomo que sea el coche, lo que significa que instalar este tipo de sensores no tiene mucho sentido.
Sin embargo, aunque ahora mismo no esté permitido no prestar atención a la conducción, está claro que el coche autónomo estará presente en nuestro futuro y puede que entonces sí que necesitemos estos sensores y por ello, es necesario experimentar con ellos ahora y saber si realmente funcionan bien y cumplen con su cometido.