En el corazón de la experiencia de conducción, el volante se ha convertido en uno de los elementos más representativos del mundo del motor, mucho más que una simple rueda que guía el rumbo del vehículo.
El origen del volante
Sus primeros días, en el siglo XIX, estuvieron marcados por la sencillez de su diseño, con rudimentarias ruedas de madera que apenas sugerían la sofisticación que les aguardaba. En este punto inicial, el conductor se enfrentaba a un volante que más parecía un timón, heredando su forma de los vehículos de tracción animal, asemejándose más a un mástil al cual estaba fijado una pequeña rueda en la sección superior.
Durante las primeras décadas del siglo XX, se popularizaron los volantes de madera adornados con detalles cromados, emulando la elegancia de la época. Este período también vio la introducción de los primeros volantes de tres radios, un diseño que se convertiría en un estándar clásico.
Las décadas posteriores presenciaron innovaciones continuas. En los años 60 y 70, los fabricantes de automóviles experimentaron con volantes más pequeños y deportivos, óptimos para la competición.
Un elemento cada vez más tecnológico
La evolución de la tecnología ha llevado al volante de automóvil a convertirse en un nodo central de innovación, transformándolo de un simple dispositivo de dirección a un componente multifuncional que potencia la seguridad. Algunas de las grandes novedades que hemos visto con el paso de los años han sido las siguientes:
- Dirección asistida: La dirección asistida, a través de su evolución desde sistemas hidráulicos hasta eléctrico ha facilitado la conducción, e incluso ha permitido el desarrollo de sistemas más avanzados, como la dirección eléctrica asistida (EPS), que responde de manera más precisa a las condiciones de conducción.
- Integración de airbags: La incorporación de airbags en el volante sigue siendo una piedra angular en la seguridad vehicular. Estos dispositivos se han optimizado para desplegarse de manera coordinada con la dirección asistida, maximizando la protección del conductor y pasajeros en situaciones de colisión.
- Control de crucero adaptativo: El control de crucero adaptativo utiliza sensores y radares para ajustar automáticamente la velocidad del vehículo según las condiciones del tráfico. Este sistema, controlado a través del volante, alivia la fatiga del conductor en viajes largos y mejora la eficiencia del combustible. La integración con el volante permite a los conductores personalizar la configuración del control de crucero adaptativo, adaptándolo a sus preferencias individuales.
- Asistencia de mantenimiento de carril: Los volantes modernos, en conjunción con sistemas avanzados de asistencia a la conducción, ofrecen funciones de mantenimiento de carril. Estos sistemas utilizan sensores para detectar las líneas de carril y ajustan la dirección, manteniendo el vehículo en la trayectoria deseada.
- Detección del conductor: La seguridad también se ha extendido a la detección del estado del conductor. Sensores en el volante pueden monitorear la atención del conductor, alertándolo si se detecta fatiga o distracción. Esta funcionalidad, a menudo integrada con sistemas de asistencia avanzados, contribuye a evitar accidentes al garantizar que el conductor esté alerta y comprometido con la conducción.
El futuro del volante: ¿rumbo a la desaparición?
A medida que avanzamos en una era de innovación tecnológica sin precedentes, el horizonte del diseño automotriz y, por ende, del volante, se expande hacia posibilidades aún desconocidas. El futuro del volante podría ser la desaparición, y precisamente son las nuevas tecnologías las que podrían acabar con el volante.
Los diseños futuristas que ya han presentado diferentes marcas optan por coches donde el volante desaparece o incluso donde pasa a estar integrado en una simple pantalla táctil desde la cual gestionar todas las opciones inteligentes del vehículo.
Los sistemas de conducción autónoma harán que ya no sea imprescindible la presencia de un conductor, por lo que integrar un volante solo sería un sobrecoste innecesario.
Las últimas informaciones sobre el nuevo coche económico de Tesla afirmaban que este estaría destinado a convertirse en el taxi autónomo de la marca. El objetivo de Elon Musk era lanzarlo incluso sin volante.
Dado que eso complicaría mucho el lanzamiento comercial del vehículo teniendo en cuenta que la conducción autónoma todavía no ha avanzado lo suficiente, el equipo de Tesla fue capaz de convencer al magnate de lanzarlo finalmente con un volante, aunque siendo este un módulo que podría eliminarse en el futuro en una era donde el transporte autónomo ya se haya establecido.
De hecho, ha sido la propia Tesla la que mas cambios ha hecho en el volante, lanzando el conocido Yoke opcional para sus coches, un volante más minimalista más parecido a un mando de videojuegos, y que sería una forma de empezar a dejar claro que el futuro puede ser la desaparición definitiva del volante.
