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BMW 320is (1987): la historia del hermanastro del BMW M3, discreto, desconocido y más purista

Corría el año 1987. Un par de años antes, BMW había lanzado al mercado el primer M3. Un deportivo de pequeño tamaño, equipado con un motor S14 de cuatro cilindros 2,3 litros, capaz de desarrollar la friolera de 200 CV. BMW supo crear una máquina excepcionalmente dinámica y equilibrada, con una estética única y un comportamiento intachable, animándola con un motor de «sólo» cuatro cilindros. El BMW M3 E30 es hoy por hoy uno de los mejores exponentes de clásico youngtimer, con una reputación legendaria. Ahora bien, puede que no conozcas a su hermanastro. Se llama BMW 320is, y es incluso más especial que el BMW M3.

Lo llaman «el M3 italiano», ya que fue creado para evitar un gravamen excesivo en los mercados italianos y portugués.

Por aquél entonces, Italia y Portugal gravaban durísimamente a los coches cuyo motor cubicaba más de dos litros. Por apenas 300 centímetros cúbicos, el BMW M3 pasaba a tener un precio prohibitivo, quedando fuera del presupuesto de muchos potenciales compradores. Aunque los BMW M3 E30 se seguían vendiendo en Italia y Portugal, BMW decidió lanzar en estos dos mercados una alternativa «tax-friendly». Se llamaba BMW 320is, y era una versión ligeramente descafeinada del BMW M3 E30, equipada con un tren de rodaje deportivo, un equipamiento espartano y por supuesto, un motor de pura cepa, pergeñado por BMW Motorsport.

Los BMW 320is se ofrecieron en carrocerías de dos y cuatro puertas. Lo curioso es que los cuatro puertas eran indistinguibles exteriormente de un humilde 316i. Sus llantas eran de 14 pulgadas y no tenían un kit de carrocería específico. Por su parte, los 320is de dos puertas sí equipaban un kit deportivo M-Technik II y unas llantas cross-spoke de 14 pulgadas y bonito diseño. En el interior, sus asientos son convencionales, pero su instrumentación es la misma que la del M3, sólo que sin el logotipo de BMW Motorsport y con las agujas en color blanco, no rojo. En el portón del maletero, un discreto emblema «320is» los diferencia de otros Serie 3.

Casi todos los BMW 320is de cuatro puertas eran idénticos a un sencillo 316i. Ni siquiera el volante era diferente.

Lo cierto es que son coches muy diferentes a cualquier otro Serie 3, y también diferentes al BMW M3 E30. Lo que sí comparten con el BMW M3 es su motor, pero con una carrera ligeramente más corta, que reducía su cilindrada hasta 1.990 cc. Su potencia no disminuía de forma importante: desarrollaban 192 CV a 6.900 rpm, con un par motor de 210 Nm a 4.900 rpm. Era un motor algo más agudo que el S14B23 de los M3, que entregaba su potencia y par máximos a un régimen algo inferior. No obstante, los que lo han podido probar afirman que el motor del BMW 320is es más algo más contudente y solícito a bajo régimen.

Puede que tenga que ver con su caja de cambios, una Getrag 260 de escalado deportivo – de cinco relaciones, con la primera invertida – con un desarrollo final de 3,46:1. Al ser más corta que la de los BMW M3, era capaz de acelerar y recuperar aún más rápidamente. Por supuesto, un autoblocante mecánico se encargaba de mantener a raya el vivo tren trasero. No había mencionado hasta el momento un detalle importante de los BMW 320is: con 1.218 kilos de peso, es 88 kilos más ligero que un BMW M3. Su relación peso-potencia es claramente más favorable, y ello se traduce en unas mejores prestaciones.

Su tren de rodaje era deportivo, con suspensiones firmes y el equipo de frenado de los Serie 3 de seis cilindros.

Aunque lo cierto es que el 0 a 100 km/h era 0,8 segundos más lento que el de un M3 – 7,5 segundos frente a 6,7 – sus recuperaciones eran más rápidas, gracias a un desarrollo final más corto. La suspensión de todos los BMW 320is era de especificaciones «Sportfahrwerk» y el equipo de frenado era el mismo que el de los BMW Serie 3 de seis cilindros, con discos delanteros de 260 mm de diámetro. Cuando «auto, motor und sport» lo comparó con el BMW M3 en su momento, afirmaron que sus recuperaciones eran mejores a las del M3, que su motor era más vivo y que su comportamiento al límite era más nervioso y sobrevirador, pidiendo más manos que el BMW M3.

La revista BMW World Magazine afirmó en su momento que preferían un 320is a un M3. Los BMW 320is son verdaderos unicornios en el mundo de BMW. No son tan escasos y especiales como los BMW 745i o los BMW 333i del mercado sudafricano, pero son mucho más escasos que un BMW M3 E30. Se fabricaron durante sólamente tres años, de 1987 a 1990. 2.540 unidades de los dos puertas fueron fabricadas, y sólo 1.205 unidades del cuatro puertas. Todos los dos puertas llevaban el kit M-Technik II, y sólo el 3% de los cuatro puertas lo equipaban de forma opcional. Frente a los BMW 320is, se vendieron más de 18.000 unidades del M3 de primera generación.

Sólo 3.745 unidades fueron producidas. Fueron vendidas en Italia y Portugal entre los años 1987 y 1990.

Ahora viene la dosis de realidad. Puede que ya hayas abierto tu web de clasificados de referencia. Si bien se encuentran algunas unidades en Portugal o Italia, no han conseguido escapar a la tremenda revalorización que están sufriendo los BMW Serie 3 E30 – llámalo burbuja, no te miraremos mal. Aunque en estos momentos se están pidiendo más de 50.000 euros por un BMW M3 E30, aún se pueden ver algunos BMW 320is por menos de 30.000 euros. Os garantizo que su precio subirá, ya que hoy en día, es un refugio de valor seguro y relativamente desconocido. Son caros, pero no imposiblemente caros. Si encuentras un 320is de cuatro puertas con kit M-Technik, ni te lo pienses.

En mi opinión, los BMW 320is son coches aún más puristas que los M3 (abro paraguas). Mis motivos son más bien filosóficos: los M3 eran deportivos dedicados, con una estética muy diferenciada, creados para homologar coches de competición. Los BMW 320is son los hermanastros de los BMW M3, aún más ligeros y rabiosos. Más puristas, nacidos de una necesidad, construidos «a piezas» y con el encanto añadido de ser verdaderos «sleepers».

Fuente: M Registry | BMW E21-net

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Sergio Álvarez

Aunque es técnico en comercio internacional de formación, los coches han sido su pasión (incluso obsesión) desde que apenas levantaba un metro del suelo y sus padres le regalaron un Ferrari rojo a pedales. Su afición se ha profesionalizado en Diariomotor, donde está presente desde 2008. Seguir leyendo...

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