No encontrarás en el Código de Circulación prácticamente nada de lo que leerás en este artículo. Tampoco lo encontrarás en el texto de la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial. Este artículo habla de las normas no escritas que rigen la circulación de vehículos en nuestro país, y concretamente hacen referencia a esa etiqueta y esos códigos que sólo los que llevan años y años circulando por nuestras carreteras han conseguido entender y dominar. Si te han hecho largas y no entiendes el motivo, este artículo te interesa.
Ráfagas de largas
Es quizá una de las formas más efectivas de comunicación entre vehículos. Con el Código de Circulación en la mano, los únicos supuestos legales en los que se pueden usar las luces de largo alcance son para circular cuando la iluminación de la carretera es insuficiente – fuera de poblado – o para advertir de peligros a otros usuarios de la vía, es decir, para evitar un accidente. También pueden ser usadas por vehículos no prioritarios en servicio de emergencia, acompañadas de otras señales visuales y acústicas.
Más allá de estos supuestos, su uso no es legal y puede ser objeto de sanción. En la práctica, el uso más frecuente de las largas es advertir a otros vehículos de un peligro, como por ejemplo, un animal suelto por la carretera o un objeto tirado en la vía. Otro uso común de las ráfagas de largas es avisar a otros conductores de la presencia de un control de la policía o la Guardia Civil, o también la presencia de un radar móvil, generalmente oculto a simple vista. Avisar con ráfagas de largas de la presencia de agentes, dicho sea de paso, no es legal y conlleva una sanción de 80 euros.
Pero guste o no, es algo que se sigue haciendo en las carreteras – aunque cada vez menos. Otro motivo por el que nos pueden hacer ráfagas de luces largas es porque se nos haya olvidado apagar el antiniebla trasero o las luces de carretera y estemos deslumbrando a otro vehículo que circula en el sentido contrario. En coches con alumbrado de carretera automático esto pasa con más frecuencia de la debida. Por último, aunque de nuevo no es un supuesto contemplado en la ley, las largas pueden usarse para indicar a otro vehículo que le cedes el paso, por ejemplo en ciudad, o en una incorporación.
Ráfagas de largas entre camiones o autobuses
Un uso de las luces largas práctico y cortés, pero que sigue sin estar avalado por la ley, es el que practican algunos vehículos pesados en adelantamientos. Cuando conduces un camión articulado de 16,5 metros y adelantas a otro camión que circula más lentamente, el camión rebasado da una ráfaga de largas para indicar al camión que adelanta que su remolque ya ha superado su frontal, y que puede incorporarse de forma segura al carril derecho. Es también común entre autobuses o vehículos muy largos. En agradecimiento, se suelen hacer un «carrusel» de intermitentes, activando de un lado a otro los avisos lumínicos.
En algunas ocasiones, algunos camiones o autobuses se dan una ráfaga de largas al advertir en el sentido contrario un vehículo de su misma empresa, quizá conducido por un amigo o conocido.
Uso del cláxon para adelantar
De nuevo estamos ante un dispositivo de nuestro vehículo de uso muy restringido por la ley, a causa de su capacidad de ser muy molesto. Las señales acústicas solo se pueden usar para usos muy concretos, y uno de ellos, es avisar a otro vehículo de que va a ser adelantado. Esto es especialmente útil y necesario en carreteras secundarias estrechas, para que el vehículo adelantado pueda facilitar la maniobra. Si te pitan en estas circunstancias, no te enfades, es un simple aviso para que todo discurra correctamente.
Uso del intermitente derecho para indicar la posibilidad de adelantar
Es quizá una de las señales de etiqueta al volante más conocidas a nivel global. De hecho, no solo se usa en España, es común en muchos otros países. Con todo, mucha gente conduce solo por autovías y autopistas y a algunos les puede extrañar que ese camión encienda el intermitente derecho sin aminorar ni desviarse. Es un gesto cortés y amable por parte del vehículo lento, que indica que es seguro su adelantamiento. Es algo muy de agradecer en carreteras secundarias o puertos de montaña, donde en muchos casos, sólo el vehículo lento tiene visibilidad.
Si quieres agradecer el gesto, activa brevemente los cuatro intermitentes.
Etiqueta a la hora de facilitar adelantamientos
Entramos en un terreno más gris, que depende mucho de la empatía de los conductores y de su amabilidad con el resto de usuarios. De nuevo, esto es solo patente en carretera secundaria, ya que la situación no aplica a una vía con dos carriles por sentido. Si circulas a un ritmo más lento que otros vehículos – por el motivo que sea – y detectas que se está formando un atasco, o que el vehículo al que precedes desea claramente adelantarte, es de buena educación facilitar el adelantamiento o echarte a un lado para que el resto de vehículos te rebasen.
Los saludos moteros y la etiqueta sobre dos ruedas
Quizá hablamos ya de una curiosidad, y estarás familiarizado con el saludo si pilotas moto habitualmente. Cuando te cruzas con otra moto en carretera es común poner los dedos de la mano izquierda en posición de «uve» o de «victoria» para saludar al resto de los moteros. El gesto no cuesta nada y es una afectuosa señal de camaradería. Otro gesto amable de un motero es extender una de sus piernas como forma de agradecer que le hayas facilitado la maniobra. Se suele usar cuando una moto facilita el adelantamiento a otra que circula a mayor ritmo, o un coche se aparte para dejarles hueco.
Saludos entre aficionados a los coches
Entramos ahora en un terreno gris, donde la etiqueta es variable, y depende mucho tanto de la zona geográfica como de la naturaleza del «encuentro». Además, la legalidad también es dudosa. Para poneros un ejemplo que entendáis, muchos propietarios de un Mazda MX-5 NA suelen saludarse subiendo y bajando sus faros escamotables cuando se encuentran otro coche igual en la carretera. Es algo similar al saludo motero. Saludarse con una ráfaga de largas es algo relativamente común entre los propietarios de un Jeep Wrangler, o de coches pasionales poco comunes.