Koenigsegg ha vuelto a dejarnos con la boca abierta con motivo del «no» salón de Ginebra. Allí nos ha presentado al Koenigsegg Gemera con una gran sorpresa en forma de motor TFG (TINY FRIENDLY GIANT), o lo que es lo mismo, el motor de 3 cilindros más potente que se haya fabricado nunca. Se trata de un propulsor gasolina diseñado y fabricado al completo por Koenigsegg, una mecánica que supone toda una revolución en la industria por las tecnologías empleadas, y por su capacidad para desarrollar 600 CV con solo 3 cilindros y 2 litros de cilindrada.
Dos turbcompresores trabajando en paralelo
Con 4 válvulas por cilindro y todas ellas gestionadas de forma independiente, Koenigsegg ha decidido usar dos turbocompresores trabajando en parelelo, pero conectando cada uno de ellos a válvulas de escape diferentes. De esta forma, a bajas cargas, los 3 cilindros solo emplean una de sus válvulas de escape, obligando a los gases a mantener una mayor presión y pasando por un único turbocompresor de muy baja inercia. Conforme la carga del propulsor aumenta, se activa la segunda vávula de escape de cada cilindro para mover el segundo turbocompresor, consiguiendo esto una mayor presión de soplado en la admisión de los 3 cilindros.
Freevalve: sin árboles de levas
La eliminación de los árboles de levas es una de las químeras de la industria del automóvil, una idea que Koenigsegg ha conseguido llevar a buen puerto a través del sistema Freevalve. Gracias a la eliminación de los árboles de levas se consigue controlar cada válvula de forma independiente mediante actuadores electroneumáticos, pudiendo modificar los ciclos de trabajo, adaptar la alzada y tiempo de apertura/cierre de cada válvula, etc. En el caso del motor TFG el ciclo trabajo por defecto es Miller con una relación de compresión de 9,5:1, pero este puede ser modificado, algo muy importante ya que además el motor TFG será capaz de funcionar con un amplio rango de combustibles, desde gasolina de 95 octanos hasta etanol E85. En términos de consumo no se han publicado datos, pero Koenigsegg presume de una eficiencia hasta un 20% superior con respecto a otros motores gasolina de 2 litros.
Lo último en anticontaminación para propulsores gasolina
Desde las últimas evoluciones de sus V8, Koenigsegg se ha prepocupado por optimizar los sistemas anticontaminación de sus motores ideando sus propios diseños, y mejorando los que ya usa la industria. Así, además de instalar una EGR, a través de un nuevo tipo de catalizador, desactivación de cilindros y el sistema Freevalve, Koenigsegg ha conseguido reducir las emisiones en los arranques en frío en hasta un 60%. Esto es posible gracias a una estrategia de precalentimiento de motor y sistemas anticontaminación más efectiva, consiguiendo así que el motor TFG trabaje fuera de su temperatura de servicio muy poco tiempo y que sus sistemas anticontaminación sean capaces de trabajar en ventanas de temperatura mucho más amplias.
Las cifras del motor TFG de Koenigsegg
De los 1.700 CV que ofrecerá el Koenigsegg Gemera donde será instalado el nuevo motor TFG, 600 CV serán desarrollados únicamente por este tricilíndrico. En concreto, con solo 2 litros y 3 cilindros, el propulsor TFG es capaz de desarrollar 600 CV de potencia máxima a 7.500 rpm y 600 Nm de par máximo entre 2.000 y 7.000 rpm, teniendo el corte de inyección fijado en las 8.500 rpm. Pero aún hay más, y es que el peso del motor TFG es ridículo con solo 70 Kg en seco, contando un sistema de lubricación por cárter seco para permitir su instalación lo más abajo posible en el coche, y permitiendo garantizar el mejor rendimiento en condiciones extremas de uso.