Hubo una época no tan lejana donde los fabricantes de coches no conocían límites a la hora de diseñar motores de cada vez mayor cilindrada y número de cilindros. Podemos entenderla como la edad dorada del automovilismo a sabiendas de como trabaja la industria hoy, pero sí, Mercedes quiso crear un Clase S de 18 cilindros, con 8 litros y hasta 680 CV para marcar distancias con toda su competencia. La base de aquella rocambolesca idea sería el Mercedes Clase S W140, una de las berlinas más avanzadas del momento y origen del actual concepto de berlina de lujo donde el objetivo siempre es servir de escaparate tecnológico.
El paso de la serie W116 a la serie W126 no fue todo lo deslumbrante que se esperaba, y es que Mercedes apostó más por un rediseño profundo que por una nueva generación. Por ello, el Mercedes Clase S de la serie W140, inmediato sucesor de los W126, apostó desde el primer momento por ser un coche cargado de tecnología y soluciones que pudieran hacer sombra a su competencia. Y en ese punto, instalar un V12 de gran cilindrada era un claro símbolo de poderío, pero para aquel entonces Mercedes ya no sería la única en ofrecer 12 cilindros, BMW y Jaguar ya estaban a ese nivel. De hecho, para 1987 BMW ya habría experimentado con una idea igual de extravagante: el BMW 767iL con motor V16.
Así, partiendo de un Mercedes Clase S que se podía adquirir con motores de 6, 8 o 12 cilindros, había llegado el momento de mirar más allá. Nació entonces la idea de crear un nuevo motor, un propulsor nunca antes visto en un coche de la marca, pero que sería posible gracias a otros motores ya disponibles en el fabricante. Partiendo de un concepto que más tarde también usaría Volkswagen en sus amados motores W, Mercedes decidió combinar 3 motores de 6 cilindros en línea para crear un propulsor W18 con 3 filas de cilindros independientes en ángulos de 75,5º, este motor se denominaría internamente como M 216. Este propulsor llegaría a las calles en dos variantes, una «convencional» de 490 CV y 750 Nm y una segunda opción potenciada hasta los 680 CV y 800 Nm.
Como apunte importante, esta disposición de 3 bancadas es la «original» en los motores W, y de hecho los primeros pinitos de la Bugatti de Volkswagen en este sentido se basaron en esta fórmula, sin embargo a la hora de evaluar costes el Grupo Volkswagen optó por la opción de reducir costes combinando motores VR (V de ángulo estrecho) para dar vida a mecánicas W12 a partir de dos VR6 o W16 a partir de dos W8 que, a su vez, nacían de combinar cuatro VR4.
El proyecto comenzó a gestarse para valorar sus posibilidades, diseñando los primeros bocetos y fabricando los primeros prototipos del propulsor para intentar recibir luz verde por parte de la directiva. Pero no hubo suerte, Mercedes ya estaba trabajando en ese momento en los V12 que llegarían hasta nuestros días, contando además con la ayuda del por aquel entonces preparador AMG. E irremediablemente el primer Mercedes con motor W18 jamás nació, un proyecto a todas luces ambicioso y arriesgado, pero no tan descabellado si tenemos en cuenta el éxito del Clase S W140 a nivel global y el crecimiento que conoció la gama con la llegada de versiones de batalla extendida (V140 SEL) y limusina (Pullman).
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