Hoy en día los dispositivos Stop & Start están extendidos por todo tipo de vehículos, desde deportivos como el Porsche 911 a utilitarios como el Kia Rio. Este sistema ayuda a que los consumos homologados sean más bajos y pueden reducir el consumo urbano de nuestro coche en hasta un 10%, por lo que no es de extrañar su popularidad. Estos sistemas Stop & Start están realmente perfeccionados, y el advenimiento de la microhibridación ha refinado aún más su funcionamiento, casi imperceptible. Pero esto no fue siempre así.
Fiat Regata ES: tan desconocido como innovador
El primer coche en equipar un sistema Stop & Start no fue el Volkswagen Lupo 3L 1.2 TDI, cuyo consumo medio era de sólo 3,3 l/100 km, lanzado en 1999. En 2004 se estrenó en el Citroën C3, también anunciado como una gran novedad. El Lupo 3L fue un fracaso relativo debido a la baja fiabilidad de su motor y en el C3 pasó sin pena ni gloria. Toyota había experimentado con la tecnología durante los 70 y a principios de los ochenta, Volkswagen lanzaba versiones Formel E de algunos de sus modelos más populares, tratando de aumentar su eficiencia energética.
Las versiones mas eficientes de Passat y Santana equipaban un novedoso sistema Stop & Start, que fue introducido al mercado en el año 1983. ¿Llegaron antes que el Fiat Regata? La realidad es que el desarrollo y lanzamiento de la tecnología fue paralelo al de Fiat, por lo que el mérito posiblemente sea de ambos fabricantes. Omniauto.it entrevistó en su momento a Mauro Palitto, en aquél entonces el máximo dirigente de Fiat, muy implicado en el desarrollo de nuevos modelos.
El ingeniero italiano diseñó con su equipo un temporizador que se empleó en prototipos de los entonces nuevos Fiat Ritmo y Fiat Regata. Este innovador temporizador servía para cuantificar el tiempo que el vehículo pasaba con el motor arrancado, parado y en punto muerto durante los atascos, retenciones y paradas del típico tráfico urbano. En un trayecto urbano de sólo 15 km que llevó al ingeniero nada menos que 35 minutos, el coche se pasó 12 minutos con el motor encendido, sin moverse.
Es por ello que el equipo se propuso desarrollar un sistema que desconectase el motor automáticamente al estar el coche detenido, sin una marcha embragada y con el pie fuera del pedal izquierdo. Este sistema fue denominado Citymatic, y fue introducido en el Regata ES en el año 1983. Uno de los principales retos de su desarrollo fue conseguir un buen funcionamiento con los motores de arranque de la época.Estaban diseñados para soportar 25.000 ciclos de arranque en frío, pero se estimaba que con el sistema Citymatic tendrían que soportar al menos 100.000 ciclos de arranque y parada.
Los motores de arranque actuales tienen una vida útil de unos 250.000 ciclos en los vehículos equipados con Stop&Start. Para conseguir esa durabilidad no hizo falta mejorar los motores de arranque existentes: una vez el motor de gasolina giraba a unas 180 rpm, el motor de arranque se desconectaba y la propia inercia del pistoneado ya hacía el resto. De esta manera, no era necesario modificar el motor de arranque. No obstante, sí fueron necesarios cambios en el motor, que a pesar de ser carburado, requirió de una nueva unidad de control electrónico.
Ya que la versión ES del Fiat Regata estaba diseñada con el ahorro energético en mente, el motor 1.3 rebajaba su potencia a los 65 CV, aumentaba su relación de compresión hasta 9,6:1 y recibía un nuevo sistema de alimentación para el carburador. El resultado real era un 7% de ahorro de combustible durante el ciclo urbano. El problema fue que sólo 5.000 unidades encontraron hogar. El Fiat Regata fue un éxito en el resto de versiones, pero se temía que los conductores se asustasen ante el sistema y la red de concesionarios ni siquiera fue motivada a vender la innovadora versión ES.
Era una especie de experimento, y en efecto, muchos clientes tenían miedo a que el motor no se volviese a encender al pisar el embrague. Por aquél entonces, Fiat – fuertamente participada por el estado italiano – tenía una reputación de baja fiabilidad y calidad. El sistema era conectable, y por tanto, desconectable a voluntad. Curiosamente, ese era precisamente uno de los motivos por los que se intentaba vender esta versión a los clientes interesados.
Definitivamente, un producto muy adelantado a su tiempo que pasó de puntillas por la historia automovilística, un producto al que hemos querido dar unos pocos minutos de gloria en Diariomotor.