El velocímetro de tu coche miente, miente como un político en campaña electoral. En concreto, miente porque anuncia más velocidad de la real. Este error no es un error accidental, o un defecto de fabricación, como algunos creen. Es un error inducido, un error obligatorio y legal establecido en marcos legales internacionales. ¿Cuál es el origen de este error? ¿Cual es el margen de error de nuestro coche? ¿Puede indicar una velocidad inferior a la real, o sólo una velocidad superior a la real? ¿Cómo puedo saber mi velocidad real?
Este tema es un tema recurrente en la industria del automóvil, un tema que hoy queremos clarificar. Se acabaron las discusiones de cuñados en la barra del bar. Tras leer este artículo podrás dar respuesta a las preguntas que hemos planteado sobre estas líneas. En primer lugar, debemos ser precisos con el lenguaje. En este artículo estamos hablando del error del velocímetro, que no debe nunca confundirse con el odómetro o el tacómetro. El velocímetro nos indica la velocidad a la que estamos circulando en cada momento.
Por supuesto que sabes lo que es, pero quizá no sepas como funciona. En los coches antiguos, un cable conectado a una de las ruedas giraba, haciendo mover una serie de engranajes que movían la aguja del velocímetro. Era un sistema sencillo pero poco fiable, y hoy en día se sigue empleando únicamente en algunas motos baratas. Los coches modernos usan un sensor, ubicado normalmente en la salida del eje secundario de la caja de cambios. Hace unos años, este sistema era mecánico, ahora es electrónico.
Los velocímetros mecánicos empleaban un cable flexible con ruedas dentadas, conectado a la transmisión. Su desmultiplicación – quizá la palabra adecuada sería calibración – se calculaba en función del tamaño de los neumáticos, desarrollo de la caja de cambios y diferenciales. En los coches actuales el sistema es electrónico, empleando un imán situado en la transmisión del coche. En función de su velocidad de giro, manda impulsos eléctricos más o menos rápidos al velocímetro, controlado electrónicamente.
También es posible extrapolar la velocidad del vehículo a partir del sensor del ABS – un sensor de velocidad ubicado en las ruedas, que también recaba información clave para el ESP o la ECU del coche. El odómetro nos indica la distancia recorrida por nuestro vehículo, con sus correspondientes medidores parciales y acumulados. El odómetro obtiene su información del mismo lugar que el velocímetro, pero no tiene error inducido. Es un sistema mucho más fiable y fidedigno, con un margen de error mínimo.
Por último, el tacómetro es en resumidas cuentas, un sistema capaz de expresar en un instrumento de medición la velocidad de rotación de un sistema concreto. En el mundo del automóvil, el tacómetro es el cuentavueltas, el instrumento que nos indica la velocidad de giro del motor. El tacómetro puede incluir en aplicaciones industriales un contador de horas de operación, especialmente útil en equipamiento cuyos intervalos de mantenimiento se miden en horas de trabajo, no en kilómetros recorridos.
¿Por qué los velocímetros mienten?
La respuesta rápida sería «porque los fabricantes de coches no quieren ser demandados». En primer lugar, los fabricantes de coches no quieren que tengamos accidentes por su culpa, y como una parte importante de los accidentes ocurren por excesos de velocidad, piensan que es más seguro para nosotros que vayamos más lentos de lo que creemos. Los gobiernos de todo el mundo creen lo mismo, y se han asegurado mediante legislación que ningún coche vendido anuncie menos velocidad de la real.
También debemos tener en cuenta otro factor: el advenimiento de los radares como método de control de velocidad y recaudación por multas. Si nuestro coche va a más velocidad de la que el velocímetro marca, podríamos incurrir en sanciones sin ser conscientes de ello. Ante la potencial avalancha de demandas que esto podría causar, y en aras del bien público general, tanto fabricantes como organismos supranacionales decidieron que los velocímetros de nuestros coches debían tener un error inducido.
¿Cuál es el margen de error de mi velocímetro?
El margen de error de tu coche está legalmente establecido en diferentes normativas internacionales. Por ejemplo, las marcas japonesas y estadounidenses se adscriben al estándar SAE J1226. Este estándar admite un error del 4%, tanto por encima como por debajo de la velocidad real. No obstante, este margen de error es móvil, y las marcas se aseguran de que en la práctica, la velocidad real siempre sea al menos igual a la del velocímetro. Sólo a velocidades muy bajas nuestro velocímetro podría anunciar velocidades 1 km/h inferiores a la real.
Las normativas federales de Estados Unidos exigen que los vehículos comerciales no tengan un margen de error superior a 5 millas por hora a una velocidad de 50 millas por hora. En los vehículos vendidos en la Unión Europea, se exige una conformidad con la norma UN ECE Regulation 39 para que el vehículo sea homologado. La regla es compleja, pero en resumidas cuenta, se exige que la velocidad real nunca sea inferior a la anunciada por el velocímetro en su límite inferior.
Su límite superior puede ser de hasta un +10%, al que se suma entre 4 km/h o 6 km/h en función del tipo de vehículo. Por ejemplo, a 120 km/h reales, nuestro velocímetro podría llegar a anunciar que rodamos a 138 km/h. En Reino Unido se siguen las directrices UN ECE Regulation 39, aunque ligeramente modificadas: la velocidad anunciada por el velocímetro puede ser, como máximo, un 10% + 6,25 mph superior a la real, para velocidades reales de entre 25 millas por hora y 70 millas por hora.
En Australia, para los vehículos fabricados entre 1988 y 2007, se sigue una Australian Design Rules que exige que el margen de error del velocímetro es de un +/- 10%, coincidente con el de los radares de la policía. A partir de 2007, pasaron a emplear la normativa mundial UN ECE Regulation 39. Curiosamente, tanto en el caso de Australia como en el caso de Reino Unido, estas normativas fueron expresamente introducidas cuando el gobierno empezó a usar radares para controlar la velocidad de los vehículos.
Tras toda esta diatriba, la realidad es que el margen de error del velocímetro de tu coche estará dentro de estos parámetros. Puede estar más o menos cerca de la velocidad real, y la única forma precisa de medirla es usando un GPS, o una app de smartphone que mediante GPS calculan nuestra velocidad real. Por ejemplo, en mi coche, un Citroën Xsara del año 1999, a 120 km/h de marcador, mi velocidad real es de 115 km/h. En la mayor coches que he probado, el margen de error a esta velocidad es muy similar.