Me gustan los SUV. No es algo que vayas a ver escrito en muchas webs de motor, porque este tipo de vehículos tienen importantes desventajas que los han convertido en una especie de «apestados» de la prensa especializada, pero a mí me gustan. Sin negar sus desventajas, me gustaría explicar también sus grandes ventajas y por qué se venden cada vez más, así que si te planteas comprarte un SUV o incluso si ya lo has hecho, este artículo (y su correspondiente vídeo) creo que te interesa.
El Boom de los SUV
Los vehículos tipo SUV han recibido una aceptación masiva por parte del público, con cifras de ventas que se incrementan año tras año en todos los segmentos. Se están comiendo el mercado.
Al mismo tiempo cuentan con una crítica casi unánime de la prensa del motor por múltiples razones que se resumen en dos: Un SUV es más caro que un coche convencional tanto para comprarlo como para mantenerlo y se comporta peor dinámicamente que un vehículo más bajo y más ligero.
Ambos problemas son reales, y no seré yo quien intente negar la evidencia, pero primero vamos a ver qué significan esos problemas a la hora de la verdad y luego pasaremos al contraataque analizando las ventajas que aporta un SUV frente a un coche convencional que, en mi opinión, son muchas.
Los inconvenientes de un SUV
Los argumentos en contra están claros y son difícilmente discutibles porque se demuestran con datos, pero vamos a verlos:
Inconveniente 1 – Mayor precio: es cierto que un SUV es más caro que un familiar similar así que cada uno tendrá que ver si se lo puede permitir y si le atrae más uno u otro para compensar esa diferencia. También un coupé es más caro y menos práctico que la berlina equivalente, al final el tema del precio se reduce a lo que estés dispuesto a pagar por uno u otro coche y lo que el coche nos da a cambio de ese sobreprecio.
Inconveniente 2: Mayor consumo: el mayor consumo de un SUV es consecuencia, sobre todo, de su mayor superficie frontal y de su mayor peso, aunque habría otros elementos como la forma del propio coche o el tamaño de rueda que juegan en contra en menor medida. El tema del peso creo que no requiere explicación: acelerar más kilos requiere más energía, al igual que subir una pendiente, y el tema de la aerodinámica y la superficie frontal también es fácil de entender: cuanto más grande sea el frontal de un coche más aire tiene que apartar para moverse. El incremento de consumo supera el 15% y eso es mucho.
Inconveniente 3 – Peor comportamiento: el otro gran argumento en contra de los SUV es que tienen un peor comportamiento que sus equivalentes más bajos, de nuevo por su mayor altura y masa. Aquí tenemos que abrir el argumento en dos partes: por un lado el comportamiento en sí entendido como agrado de conducción, agilidad y dinamismo y por otro lado la seguridad, así que vamos por partes:
Empezamos por el comportamiento: “un SUV se comporta peor que un coche más bajo y más ligero”. Tendemos a usar con demasiada alegría las palabras «mejor» y «peor». Un SUV se comporta diferente, eso seguro, pero decir “mejor” o “peor” depende de lo que valore cada usuario en su coche. Es cierto que se comporta peor en curva porque le cuesta más tomar una curva, y eso es lo que los probadores llamamos peor comportamiento.
Pero pongámonos en la piel de un usuario real, que ni siquiera entiende de coches ni le interesan. Se pone a conducir un SUV y ¿qué se encuentra?: una posición alta, ve por encima del tráfico, va más cómodo por la inercia vertical y el mayor tamaño de neumático que hace más pequeños los baches. Tiende a flotar más por encima de todo. Lo más probable es que encuentre el comportamiento de un SUV mejor que el de un coche más bajo, porque no valora tanto el comportamiento en curva y le interesa mucho más la comodidad y la postura de conducción en línea recta.
Inconveniente 4 – Peor seguridad activa:
Respecto a la seguridad activa, la otra gran derivada de un comportamiento más torpe, es cierto que al ser coches menos ágiles tienen más dificultades para acelerar, frenar y esquivar, lo que puede hacer marginalmente más probable un accidente. También es cierto que son coches que invitan a una conducción más tranquila, que por lo general iremos algo más despacio con ellos por puro instinto y es poco probable que nos animemos a una conducción agresiva porque no están hechos para eso ni suele ser divertido llevarlos al límite. Esto relativiza un poco esa mayor probabilidad de accidente, yo diría que la neutraliza, al invitar a una conducción más sosegada y prudente, por la misma razón que un deportivo te invita a ser más agresivo con el volante y el acelerador.
Las ventajas de un SUV
Reconociendo el tema del precio y el consumo, y relativizando el problema del comportamiento, veamos ya las ventajas de un SUV, que en mi opinión son muchas.
Ventaja 1 – Mejor acceso a la cabina, no sólo para gente mayor, gracias a puertas más grandes y una perfecta altura del asiento para acceder desde el exterior. Si además tienes algún tipo de dolor en las articulaciones, en la espalda o incluso en el cuello, el SUV te ahorrará mucho sufrimiento al entrar y salir.
Ventaja 2 – Plazas delanteras: el parabrisas nos queda muy lejos, las ventanillas son más verticales y nos dan más espacio lateral, el puesto de conducción es más alto con mayor visibilidad. La postura también es más vertical y el espacio hasta el techo también es mejor que en un coche más bajo. Todo ello se traduce en una sensación de amplitud mucho mayor.
Ventaja 3 – Acceso con niños: La colocación de bebés y niños desde una acera puede llegar a ser una tortura para la espalda si tenemos un coche bajo. El SUV nos da la altura perfecta para doblarnos lo menos posible mientras levantamos a pulso a un bebé o un niño pequeño para colocarlo en su sistema de retención correspondiente o para ayudarle a abrocharse el cinturón una vez que se suben solos. Son muchos años de dolores de espalda los que podemos evitar.
Ventaja 4 – Plazas traseras: tendremos más espacio vertical, una posición de viaje más vertical y por tanto un mejor aprovechamiento de la longitud. En un familiar vas más estirado, las piernas bajo el asiento delantero, mientras que en un SUV vas como en el salón de tu casa.
Ventaja 5 – Asiento trasero corredizo: el mejor aprovechamiento del espacio longitudinal, gracias a que todos los pasajeros van sentados más verticales aprovechando la mayor altura, permite a muchos SUV ofrecer una banqueta trasera que se desliza más de 10 cm adelante y atrás para intercambiar espacio entre plazas traseras y maletero, pero manteniendo las plazas traseras perfectamente utilizables. Esto no es posible en un familiar bajo.
Ventaja 6 – Posibilidad de tener 7 plazas: Si quieres comprar un coche con 7 plazas reales sólo tienes dos opciones, que son un SUV o un monovolumen de 7 plazas. No es posible integrar 7 plazas mínimamente utilizables en un familiar bajo.
Ventaja 7 – Mayor maletero: Aquí tendríamos dos casos posibles. Si el SUV y el familiar miden lo mismo de largo, el SUV tiene más maletero de largo, de ancho y sobre todo de alto hasta el techo, a veces incluso teniendo 7 plazas. El otro caso sería aquel en el que el SUV no tiene un familiar de igual longitud, en cuyo caso habría que compararlo con un compacto, como en el siguiente ejemplo:
SEAT LEÓN (compacto): 380 litros de maletero
SEAT ATECA (SUV): 510 litros de maletero con la misma longitud total
SEAT LEÓN ST (familiar): 620 litros de maletero con 28 cm más de longitud, con lo que ello implica para aparcar y maniobrar.
Ventaja 8 – más altura al suelo y ciertas posibilidades 4×4: tanto en ciudad como en carretera, como fuera de carretera, disponer de más altura al suelo puede salvar muchas situaciones comprometidas contra bordillos, badenes o sobre caminos bacheados. Puede que mucha gente no utilice esas posibilidades, pero yo tengo un SUV, lo utilizo como familiar, viajo mucho más cómodo que en el compacto que tenía antes y aparco el coche en sitios que ni os podéis imaginar cuando voy a la playa en verano o al monte en invierno con la bici, por ejemplo. Nunca toco abajo.
Ventaja 9 – Un SUV es más fácil de hibridar sin perder espacio: los SUV tienen más espacio utilizable en vertical y más posibilidades de situar baterías en el fondo del coche y del maletero sin perder espacio interior, de nuevo por su mayor altura.
Ventaja 10 – Mejor seguridad pasiva: respecto a la seguridad pasiva, una vez que se produce un accidente, imaginemos que es el accidente más grave, un choque frontal contra otro vehículo. ¿Dónde prefieres ir, en un SUV o en un coche bajo, deportivo y muy ágil? Esto plantea un dilema moral y es que tu seguridad se vería incrementada a costa de la del coche de enfrente y sus ocupantes, pero si tú vas por tu carril a la velocidad correcta y se te echa encima otro conductor, también podríamos entenderlo como «legítima defensa». En cualquier caso, lo normal es que el SUV proteja mejor a sus ocupantes en caso de impacto contra un objeto deformable.
Venjaja 11 – la decisión emocional: En última instancia la compra de coche es una decisión emocional. Los SUV entran por los ojos, son coches muy atractivos y en ese sentido creo que le dan mil vueltas a los monovolúmenes, que serían los únicos que podrían competir en espacio con un SUV moderno. Tan es así que los monovolúmenes prácticamente han desaparecido del mercado.
Conclusiones
Este vídeo y este artículo no contradicen los argumentos de mis compañeros, dentro y fuera de Diariomotor, que no se comprarían un SUV jamás. Simplemente intenta aportar un punto de vista diferente y poner en valor las ventajas que también tienen los SUV y que pueden valer la pena para muchos usuarios con un estilo de conducción que entiendo que es el mayoritario, sin aspiraciones deportivas y con una gran valoración del espacio, la comodidad y la sensación de que el coche me protege frente a los errores de terceros.
Cada formato de coche tiene sus ventajas y sus inconvenientes y los demonizados SUV, que tanto gustan al público y tan poco a los periodistas del motor, también. Toda decisión de diseño es una decisión de compromiso en la que ganas unas cosas a cambio de perder otras y cada uno tendrá que decidir, con la información en la mano, en qué punto está su propio equilibrio.