El Apollo IE es la obsesión por la pureza dinámica y los detalles, materializada en un carreras-cliente de 780 CV y 2,3 millones de euros
¿Os acordáis del espectacular Gumpert Apollo? Aquél superdeportivo alemán fue un apasionante proyecto que terminó en la quiebra. Un empresario hongkongnés llamado Norman Choi compró los restos de la empresa, ya independiente de su fundador original, Roland Gumpert. Con un presupuesto abultado y mucha pasión por el automóvil han llevado a fruición este nuevo proyecto, que sólo comparte el nombre Apollo con aquél Gumpert de antaño. El