Ni hidrógeno, ni turbos, ni downsizing, el motor definitivo es este atmosférico con arquitectura no vista desde 1938
Hará unos 20 años, Jeremy Clarkson afirmó que nunca más veríamos bólidos como el Bugatti Veyron. Que era el Concorde de los coches, único en su especie y destinado a ser algo irrepetible, decía. 20 años después, el Concorde con ruedas ha dado lugar al Chiron, este a otros Bugatti especiales y ahora estamos ante el Tourbillon, con un maravilloso V16 atmosférico electrificado. Es decir, la respuesta al futuro está en un motor que no ve