El Rolls-Royce Ghost es una berlina de lujo del segmento F, fabricado por Rolls-Royce desde 2010. Actualmente se comercializa la segunda generación, presentada en 2020. El Rolls-Royce Ghost se caracteriza por convertirse en el «escalón de acceso» a la gama Rolls, con un estilo más desenfadado que el resto de modelos de la marca. Se fabrica en la planta de Crewe, Inglaterra, propiedad de Rolls-Royce.
Entre las berlinas de lujo que aspiran a rivalizar con el Rolls-Royce Ghost nos encontramos con otras berlinas de su clase, entre los que destacan el Mercedes Clase S, el Audi A8, el Bentley Flying Spur, el BMW Serie 7, o el Lexus LS.
Diseño del Rolls-Royce Ghost
El Rolls-Royce Ghost cuenta con unas líneas que irremediablemente recuerdan a las de su hermano mayor, a las del Rolls por excelencia, el Rolls-Royce Phantom. Sin embargo, el estilo del Ghost es el de un vehículo algo más racional, sobre todo en términos de dimensiones. De cualquier manera, al observar la carrocería del Rolls-Royce Ghost seguiremos encontrando elementos como la gran parrilla en posición vertical o unos grupos ópticos rectangulares.
Las líneas del Rolls-Royce Ghost son las de un vehículo con carácter que, sin embargo, busca la elegancia en cualquier situación. Con llantas de aleación de hasta 21 pulgadas y una trasera con un gran voladizo donde se aloja el maletero, el Ghost mide 5,55 metros en el caso de la variante «corta» y 5.72 metros en la versión de batalla extendida, denominada «Extended». Su anchura es de 2.15 metros, mientras que la altura queda fijada en 1.57 metros.
Las puertas del Rolls-Royce Ghost, como no podían ser de otra manera, se abren «en espejo», de manera que las puertas posteriores se abren en sentido opuesto a las delanteras. Su accionamiento, además, es eléctrico.
Motores del Rolls-Royce Ghost
La berlina del fabricante inglés propiedad de BMW está animada por una única opción mecánica. Se trata de un bloque de 12 cilindros en V, con 6.6 litros de cubicaje y sobrealimentación mediante dos turbocompresores. Ofrece 571 CV de potencia y un par máximo de 850 NM, que se transmiten al suelo a través de una transmisión automática por convertidor de par con 8 relaciones.
De serie, el Rolls-Royce Ghost tiene un sistema de tracción integral y un sistema de dirección a las 4 ruedas, lo que hace que sea un vehículo con unas prestaciones muy destacables: acelera de 0 a 100 km/h en 4.8 segundos, alcanzando una velocidad máxima de 250 km/h limitada electrónicamente. El Rolls-Royce Ghost homologa un consumo medio de 15.8 litros/100 km y al no contar con ningún sistema de hibridación recibe la etiqueta C de la DGT.
Interior del Rolls-Royce Ghost
Si por algo destacan este tipo de vehículos es por la capacidad, el espacio y la calidad de su interior, algo que se magnifica aún más si hablamos de un Rolls-Royce. El habitáculo es una oda al lujo, con materiales nobles en absolutamente cualquier parte a la que echemos el ojo o pongamos la mano. Todo está diseñado con un mimo exquisito, ofreciendo además la última tecnología tanto a nivel de conducción como a nivel de comodidad.
Así, el Rolls-Royce Ghost cuenta con un habitáculo configurado para cuatro ocupantes, que disfrutarán del mejor cuero que podamos imaginar, la madera más refinada y los metales mejor trabajados, todo ello en una atmósfera de comodidad y aislamiento, algo que queda en evidencia al conocer la cantidad de kilos de material fonoabsorbente que Rolls-Royce emplea en cada unidad: algo más de 100 kg, el quíntuple de lo habitual.
Como es lógico, el espacio a bordo no admite tacha, con todas las cotas en números sobresalientes, especialmente las de los ocupantes de las plazas traseras. El equipamiento, como es lógico en este tipo de vehículos y en este tipo de fabricantes, es de primer nivel en términos tecnológicos y técnicos, con especial énfasis en la capacidad de personalización, absolutamente infinita.
Dinámica del Rolls-Royce Ghost
El Rolls-Royce Ghost está construido sobre la misma plataforma que utiliza el Rolls-Royce Phantom, de nombre «Architecture of Luxury», a lo que se une una carrocería enteramente construida en aluminio con el fin de rebajar peso y mejorar el rendimiento y la eficiencia. Con suspensión neumática y una puesta a punto claramente enfocada a la comodidad, el Ghost es todo un prodigio de suavidad.
No es el vehículo más adecuado para circular a altas velocidades por carreteras reviradas, pero sí resulta idóneo para largas tiradas por carreteras abierta, donde su sistema de suspensión predictiva «Planar Suspension System» permite anticiparse a las imperfecciones de la vía para que los pasajeros no noten absolutamente nada desde el interior de este auténtico buque sobre ruedas.