Las desdichadas, catastróficas pero encantadoras locuras del Grupo Volkswagen: cuando los cilindros no eran un problema
Lo recuerdo como si fuese ayer. Verde botella, interior beige, familiar y una cuádruple salida de escape que hacía que mi corazón de infante y amante empedernido de los coches bombease con más fuerza de lo normal. Ese fue el sentimiento que me generó aquel Volkswagen Passat Variant W8 que mi padre estuvo a punto de comprar por allá en 2004. Recuerdo el olor a nuevo, el tacto del cuero, las inserciones de madera, el conjunto que había provo