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10 años de Segway: reflexiones sobre diseño industrial y movilidad sostenible

En unos meses se cumplirán 10 años desde el lanzamiento del Segway, ese curioso vehículo eléctrico compuesto de manillar y ruedas. Su carga de innovación y su gran originalidad merecen una reflexión por parte de Tecmovia, concretamente en relación con el futuro del transporte y la movilidad sostenible.

Antes de nada, me declaro fan del Segway. Creo que es fantástico, una lección de Diseño Industrial condensada en menos de 50kg de simplicidad extrema. Y es precisamente su masa total el primero de los puntos a analizar.

24 veces más ligero que un utilitario

La mayoría de los trayectos que realiza un vehículo particular los hace con un único pasajero a bordo (con más de 2 ocupantes es algo casi exótico). Esto significa que tiene sentido hacer una comparación de masas entre un Segway y un coche pequeño (utilizado como monoplaza) que, supongamos, ronde los 1.200kg. En esta comparación el factor de multiplicación de masas entre ambos vehículos es nada menos que de 24:1. La existencia del Segway significa que es posible un transporte para distancias cortas e individuos solos (este es un uso muy habitual de un vehículo medio) que ahorra más del 90% de la masa a desplazar. Y eso es mucho.

Tal vez estoy siendo injusto, puesto que un Segway no tiene puertas, ni techo, ni se puede comparar prestacionalmente con ningún utilitario. A partir de aquí la siguiente pregunta sería doble: ¿es realmente necesario todo eso de lo que el Segway prescinde? ¿Es necesario multiplicar por 24 su masa para obtener esas características añadidas? Un Segway prescinde básicamente de velocidad, autonomía, carrocería y capacidad de carga manteniendo sólo la pura esencia de la movilidad. Veamos.

Velocidad: hablamos de un vehículo que pesa menos que su pasajero y que es capaz de desplazarnos a 20km/h a algo más de 30km de distancia entre recargas, lo que cubriría la distancia al trabajo de un porcentaje nada desdeñable de la población mundial. La velocidad se suple con fluidez total de tráfico y diversión de uso mientras que la autonomía es más que suficiente para el trayecto urbano medio.

Con respecto a la carrocería de cualquier coche, podría ser infinitamente más ligera si los coches no estuvieran diseñados para protegernos de otros coches que también pesan una barbaridad (de nuevo la masa hace acto de presencia). El Segway remplaza todos esos kilos de acero, vidrio y asientos por la recomendación de usar casco y la necesidad de usar ropa de lluvia si llueve. En un vehículo tan lento se justificaría, como mucho, una ligerísima carrocería (tal vez un único panel frontal-superior transparente) para no mojarse demasiado bajo la lluvia. Existen polímeros de bajo coste y densidad capaces de resolver esto con menos de 20kg adicionales, si nos empeñamos en tener esta prestación… y nuestro Segway imaginario para clima adverso seguiría por debajo de 70kg.

No tener carrocería tiene sus ventajas

Pero aún hay más. Resulta que no tener carrocería tiene importantes ventajas, como la visibilidad absoluta 360º, la posibilidad de girar prácticamente en redondo, circular por las aceras, entrar en un edificio, en un ascensor, en una escalera mecánica, aparcar junto a tu mesa en la oficina… nunca he visto un utilitario aparcado en un despacho, todos los que veo ocupan 9m² de valiosa superficie cuando están aparcados, suficiente para estacionar unos 20 Segways.

La primera conclusión es que más del 90% de nuestro coche nos sobra, y hasta nos molesta, para ir al trabajo (maletero vacío, plazas vacías, zonas de deformación, airbags, pretensores pirotécnicos de cinturón, barras laterales, potencia y tamaño de motor no utilizados…) Definitivamente, la profunda importancia de la masa desplazada en cualquier vehículo merece un post aparte.

Hablemos ahora de simplicidad de uso, más allá de la simplicidad formal. ¿Cuánto tiempo se tarda en aprender a ir en Segway? Desde mi experiencia personal puedo decir que no se aprende a ir en un Segway, simplemente te subes y vas. Podemos aprender a nadar, a andar en bici, a pilotar un helicóptero… pero andar en Segway es una especie de ayuda mágica para desplazarse y resulta tan intuitivo que el propio fabricante lo califica como “instintivo”. Lo más curioso es que esta facilidad extrema de uso es el resultado de un complejo sistema de sensores, giroscopios y brillante software totalmente transparente para el usuario. Frente a esto ¿cuánto tiempo y dinero cuesta sacar el carné de conducir?.. y cuánta gente no aprende nunca! Suma y sigue.

Sostenibilidad: un Segway no emite nada a la atmósfera mientras circula. Es un vehículo eléctrico puro, que obtiene su energía de la red y sus emisiones son, por tanto, las del mix de generación del país en que se enchufe. Lo que estamos haciendo es centralizar la generación de energía y, en consecuencia, multiplicando las posibilidades de aprovechar economías de escala, trasladando el problema de generación a las compañías eléctricas. La alternativa es que cada coche tenga su propio motor de combustión, que transforma la energía química contenida en un combustible fósil (no renovable) en movimiento, un proceso cuya eficiencia depende de cada modelo de coche y está en todo caso limitada por las leyes de termodinámica a niveles bajísimos, además de introducir las emisiones contaminantes en el centro de las ciudades.

Una vez que la energía está en nuestro depósito o batería, la superioridad de un motor eléctrico frente a uno de combustión interna es tan grande que, de nuevo, merecería un post propio. Creo que es pertinente aquí simplemente imaginar una ciudad sin humo, atascos ni ruido, sin detenernos en otras consideraciones.

Una última reflexión

Es curioso que, con todas estas ventajas, este modo de transporte haya sido hasta ahora un relativo fracaso comercial. ¿Cómo se explica esta aparente contradicción? Yo creo que hay dos razones fundamentales para que no se hayan vendido demasiados: es muy caro por culpa de las baterías y la tecnología que incorpora y es prácticamente incompatible con el actual modelo de ciudad. Las aceras no son siempre suficientemente anchas y circular en medio del tráfico nos haría muy vulnerables (tanto como en una moto, pero circulando mucho más despacio).

Así que, después de todo, ¿el Segway no es tan buena idea? Yo creo que sí, lo que no es buena idea es ir a trabajar en una tonelada y pico de coche vacío y, una vez que todos hemos adoptado ese modelo de transporte, ya no hay lugar para la lógica. Lo que sí nos enseña el Segway es el camino a seguir: simplicidad, reducción de masa y componentes, soluciones de transporte a medida de la necesidad real y cero emisiones durante su utilización.

Es el mundo, y no el Segway, el que está equivocado.

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David García Artés

David comenzó a trabajar en Diariomotor en junio de 2011, escribiendo artículos casi como hobbie, en lugar de ver la televisión después del trabajo. Poco a poco fue ganando responsabilidades, primero como coordinador editorial en Tecmovia, más tarde como probador (nunca ha dejado de serlo) y finalmente como Director General desde julio de 2020. Es economista (1998) e ingeniero (2011) de formación. Seguir leyendo...

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