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Renault Scénic, lo probamos: tecnología, multimedia, navegador (I)

A lo largo de los últimos años en Diariomotor hemos realizado decenas de «pruebas de coches»:/pruebas desde un punto de vista general, tocando los puntos más importantes que nos interesan a la hora de conocer o comprar un coche. En *Tecmovia* realizaremos pruebas de coches eléctricos e híbridos, pero también de coches normales vistos desde el prisma de *la tecnología que albergan*.

El primero será el «Renault Scénic»:/coches/renault/renault-scenic/, el monovolumen mediano de Renault. Lo hemos elegido no por el nivel de equipamiento tecnológico que puede llevar (mejorable), sino por el enfoque a *coche techie* de algunos de sus elementos, como el display central o la integración del TomTom.

Renault Scénic y Renault Grand Scénic, de un vistazo

En la gama media de monovolúmenes de Renault encontramos el «Renault Scénic»:/coches/renault/renault-scenic/, basado en la plataforma del Mégane y que cuenta con una versión más larga con siete plazas, llamada «Renault Grand Scénic»:/coches/renault/renault-grand-scenic/. Ambos modelos se presentaron en 2009 y han añadido recientemente algún cambio en versiones y en equipamiento.

A bordo del Renault Scénic y Renault Grand Scénic

En cuanto nos subimos al Scénic nos damos cuenta de que estamos ante un *coche familiar*, donde el confort y el espacio y la vida a bordo priman sobre el diseño o la deportividad. La primera sensación es de comodidad y de posición de conducción alta, lo que suele gustar al comprador de este tipo de coches. El volante está colocado de forma bastante horizontal.

La mayoría de los plásticos tiene un tacto correcto, aunque existen diferencias entre ellos. Por ejemplo los elementos de la consola central, con el que manejamos el sistema de climatización y la radio, dan una sensación de peor calidad que los del volante o el *pequeño joystick* que se encuentra entre los asientos. Los asientos de piel de la versión Dynamique (opcionales) tienen un tacto muy bueno y son muy confortables.

Display de información

Pero lo primero que nos llama la atención al subirnos al Scénic no son los plásticos ni la posición del volante, sino la *gran visibilidad* y lo despejada que esta la línea de visión del conductor. Esto es debido a que *detrás del volante no hay indicadores*, se encuentran centralizados en una *pantalla TFT central*.

Los coches familiares, orientados a compartir la experiencia de conducción con los pasajeros, tienden a compartir el salpicadero con todos, de forma que puedan ver la velocidad, el nivel de gasolina o la información del motor. Los coches deportivos son más egoístas, con «salpicaderos orientados al conductor»:/2011/04/28/eso-no-lo-ve-nadie-solo-lo-ves-tu-o-el-dilema-de-la-fachada-al-comprar-un-coche/.

En este display nos encontramos casi todos los elementos de forma digital, salvo el cuentarrevoluciones que imita una esfera. La parte izquierda, más cercana al conductor, indica también el nivel de gasolina y la velocidad. A la derecha podemos modificar la información que aparece, desde los datos del sistema de radio hasta el consumo medio e instantáneo. En el centro de la esfera del cuentarrevoluciones también podemos ver la recomendación de cambio de marcha para una conducción más eficiente.

Navegador TomTom integrado en Renault

El desarrollo de los coches no es tan rápido como el de la electrónica, y eso provoca un desfase bastante grande entre los *navegadores de los fabricantes de coches* y los que podemos comprar por nuestra cuenta. Los primeros siempre son más caros y suelen ser más antiguos, y los segundos tienen el problema de que no quedan bien integrados tanto visualmente como en conectividad.

Por eso Renault (y otras marcas como Fiat o Volvo) han tomado una interesante decisión: *integrar navegadores de terceros* en sus coches, a un precio razonable. En el caso del Scénic, unos 500 euros (teniendo en cuenta impuesto de matriculación e IVA). No es una solución tan buena como un navegador propio, pero resulta inaceptable pagar más de 1.000 euros por éste, por tanto es la opción más razonable.

Además de tener las funciones habituales de un navegador añade cierta integración específica con el coche.

Por ejemplo, el clásico menu de Renault para configurar los parámetros del equipo de audio y la sincronización con el teléfono móvil se maneja en el display del TomTom.

La cámara trasera de aparcamiento también aprovecha el tamaño de la pantalla para ayudarnos a aparcar.

Y, como curiosidad, es posible elegir el icono del coche en el navegador para que coincida con el nuestro (o con otro que elijamos).

Además de esta integración incluye las funciones habituales del navegador, por ejemplo el servicio Live, que incluyen alertas de radares, tráfico en tiempo real, previsión meteorológica y búsqueda local en Google. Para utilizar estas funciones es necesario estar suscrito, las marcas suelen regalar el primer año y después tiene un coste de 49,95 euros al año.

Segunda parte: «Renault Scénic: motor Energy dCi, equipamiento y precios. Así funciona el nuevo Stop&Start de Renault (II)»:/tecmovia/2011/07/01/renault-scenic-lo-probamos-tecnologia-multimedia-navegador-y-motor/

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Daniel Seijo

Ingeniero técnico en informática de sistemas, desde hace años he intentado aplicar la tecnología para crear medios online especializados en motor. Seguir leyendo...

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