He encontrado en la web una pequeña noticia de lo más anecdótica y curiosa. Un diseño a partir de bambú que al crecer y añadiéndole un par de cositas más, se convierte en un medio de transporte. Éste me ha hecho recordar ciertas predicciones de profeta que suelo palabrear y que probablemente no puedan ser demostrables hasta que pasen muchísimos años desde que todos nosotros hayamos muerto.
Pedaleando sobre biotecnología y el futuro
Para poneros al corriente a los que no habéis tenido que aguantar cuando divago por unas fantasías de lo más lógicas… os explico mi teoría de la ingeniería biológica aplicada al transporte. Las cadenas de ADN se componen de AGCT (Adenina, guanina, citosina y timina) que son el negativo de una información desde la que se crean las formas y el funcionamiento del ser mediante multiples combinaciones, más bien, demasiadas. En definitiva: es muy complejo pero funciona como el código binario de la informática. Sólo que es cuaternario y no lo hemos escrito nosotros. Lo que quiero decir es que va a costar mucho tiempo y esfuerzo descifrar el funcionamiento. Es como si encontráramos una pantalla con millones de 1,2,3 y 4 deslizándose y a su vez, en otro lugar, desarrollándose un programa que no sabemos ni para qué sirve, en este caso, la vida.
Pues si algún día ese código se pudiera descifrar y programar en un laboratorio. Se podría crear una máquina-biológica que no sería más que un animal capaz de, por ejemplo, alimentarse de C02 y quién sabe, ¡puede que de residuos radiactivos!
Comenzamos con la física con poleas y ruedas, dimos el paso a la química con octanos y litios y, por último, llegaremos a la biológica, la primera y última solución.
Mi teoría queda demostrada gracias a un triciclo de bambú. Es lo que tengo para aferrarme en que hay investigadores que buscan en la biología el futuro de los hombres. Alexander Vittouris ha creado el Ajiro Concept que con unos pedales y un techo de hojas y tres ruedas es el vehículo del futuro… Además, es biodegradable y durante el crecimiento del bambú elimina CO2 de la atmósfera.
Que me quiten el hidrógeno, los paneles solares y los híbridos. ¡La era del bambú ha llegado!
Fuente: Australian Design Award