Hace mucho tiempo que las cadenas de montaje dejaron de ser un secreto para el gran público. Sin embargo, aún sigue habiendo vídeos que por sus características particulares resultan muy interesantes. El que os presento a continuación nos permite dar un paseo por la fábrica en la que se ensambla el BMW Serie 3… ¡montados en la línea! Porque el coche también tiene su propio punto de vista.
La planta que vemos en el vídeo es la primera y la más importante de la marca bávara. Está situada en el centro de la ciudad alemana de Múnich, junto a la sede central y el museo de BMW, y cuenta con casi 90 años de historia. De ella salen cada día unos 800 coches y 1200 motores, todos ellos fabricados con la tecnología más innovadora. Esto le ha valido en dos ocasiones el primer premio del «Plant Award», que la situó como la mejor planta de producción de Europa y, en consecuencia, como una de las primeras del mundo.
Los Serie 3 que se construyen aquí han de cruzar por seis estaciones independientes. En primer lugar, en la sección de prensa se le da forma a las 600 toneladas de planchas de acero que cada día pasan por ella, y que después formarán diversas partes del coche. Las piezas de acero prensado se transportan hasta la sección de montaje, donde los robots las sueldan con precisión. También se lleva a cabo aquí el control de calidad de las soldaduras, para el que se utilizan desde martillos hasta ultrasonidos y tecnología láser, que detectan y evalúan cualquier imperfección. A continuación se encuentra el taller de pintura, donde el coche se sumerge en grandes piscinas en las que se lava y se le aplica un tratamiento anticorrosión. Después unos robots especializados aplican la pintura sobre el vehículo, y éste pasa a unos hornos de secado.
La siguiente estación es independiente del resto, y en ella se fabrican los motores. La cuarta es la sección de ensamblaje, donde se colocan el cableado, las diferentes piezas mecánicas, los faros, los interiores, etc. Y por último, el coche llega al ensamblaje final. Esta es la sección en la que el motor y el chasis se unen y el vehículo cobra vida. También es aquí donde se revisan todos los componentes y se ponen a prueba la resistencia y el comportamiento del vehículo en el dinamómetro, para lo que se requieren nada menos que un millón de litros de combustible al año. Una vez fuera de aquí, los coches ya están listos para circular y para ser enviados a cualquier parte del mundo.
Fuente: Bimmerpost
Más información: BMW Plant Munich
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