Según un estudio publicado por la revista Journal of Neural Engineering, unos investigadores alemanes han conseguido realizar con éxito varias frenadas de emergencia gracias al pensamiento del conductor. El experimento se llevó a cabo en un simulador de conducción, en el que los participantes tuvieron que circular por carreteras con tráfico y curvas a una velocidad de 100km/h detrás de otro vehículo. De esta forma, cuando el coche de delante activaba la luz de freno, el sujeto tenía que pisar el pedal para no chocar contra él.
Para registrar los impulsos eléctricos que se generaban en el momento de la pisada, se colocaron unos electrodos en la cabeza y la pierna derecha de los participantes, y utilizaron tanto la electroencefalografía como la electromiografía para detectar la intención de freno. Estas señales eléctricas se detectaron hasta 130 milisegundos antes de que los conductores pisaran el pedal, con lo que se consiguió reducir la distancia de frenado hasta 4 metros.
Pese al éxito de las pruebas, los investigadores aclaran que los impulsos eléctricos analizados no son específicos del frenado, pero sí de situaciones de emergencia repentinas, y que pueden dar lugar a falsos positivos. Sin embargo, parece que la combinación de la electroencefalografía y la electromiografía reduce la probabilidad de error.
A pesar de todo esto, hay que tener en cuenta que llevar estos experimentos a la realidad supone un reto muy complicado. Entre otras cosas, ni siquiera está claro que la recogida de datos en un espacio fuera de control vaya a funcionar. Por ejemplo, en el laboratorio se pidió a los participantes que no se movieran durante el experimento, pero mantenerse rígido e inmóvil en una situación normal resulta casi imposible, además de contraproducente si lo que se busca es reducir el riesgo de accidentes, pues las posiciones antinaturales aumentan la fatiga.
En cualquier caso, parece que la investigación va a continuar. Sin embargo, no se espera que vayan a realizarse pruebas en vehículos reales hasta dentro de bastantes años. De hecho, puede que nunca llegue a desarrollarse un sistema de frenado totalmente automatizado, aunque sí se podría desarrollar un sistema que tuviera en cuenta los datos del cerebro a la hora de aplicar otras medidas de asistencia de frenado.
Si a esta noticia unimos la que publicábamos hace un par de días, en la que hablábamos del desarrollo de un cambio de marchas con la mente, quizás podamos esperar que algún día estemos capacitados para controlar el vehículo con el pensamiento. Sin embargo, y aunque este tipo de investigaciones son realmente interesantes, parece que el futuro está más encaminado hacia los coches autónomos, en los que ya se ha demostrado su eficacia en carretera, y cuya legalidad se va aceptando en algunos estados de Estados Unidos, como es el caso de Nevada.
Fuente: Technology Review
Foto: Journal of Neural Engineering
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