Efectivamente, se llama Beaver XR7 y funciona con pellets de madera o cualquier otra materia orgánica biodegradable, manteniendo su motor original. ¿No parece de otro planeta?
Pues no es de otro planeta, sino del nuestro. Estadounidense, para más señas. Se trata de una curiosa y muy casera transformación, realizada sobre un Mercury Cougar XR7 con motor turbo y 20 años a sus espaldas (me pregunto si lo compraron nuevo para hacer la transformación y han terminado ahora).
Resulta que el maletero del coche ha sido convertido en un gasificador, que es una especie de horno en el que la materia orgánica (preferentemente pellets comprimidos de madera) es sometida a una combustión lenta a alta temperatura, controlada mediante la regulación del oxígeno que entra. De esta descomposición resultan distintas proporciones de monóxido y dióxido de carbono + hidrógeno + metano, combinación que puede ser enfriada y alimentar un motor de gasolina.
El proceso de gasificación es conocido y utilizado en diferentes aplicaciones desde hace casi dos siglos. También tiene lejanos antecedentes automovilísticos, desarrollados en economías de guerra.
La conversión es «similar» a la que se hace al transformar un coche de gasolina para que pueda quemar GLP (un clásico entre los taxis de Madrid) pero en este caso el gas combustible se produce en el propio coche (en concreto, en lo que fue su maletero) a partir de materia orgánica.
El coche es real y, a juzgar por el vídeo, funciona realmente. Se trata de un combustible que entraría, en principio, en la categoría de renovable, por lo que el autor de la transformación y el vehículo en sí merecen todo nuestra atención y tiempo de análisis, por más que el aspecto final de la criatura sea algo caricaturesco.
¿Tiene alguna perspectiva de futuro este invento, acaso tamizado por la producción en serie y cambiando un pelín la estética? En otras palabras, ¿será este el Santo Grial de los combustibles? ¿Llamamos ya a Toyota o esperamos?
Mejor esperamos.
La densidad energética de la madera es muy baja, lo que obligaría a llevar grandes cantidades de pellets en el coche para conseguir autonomías creíbles (a las modernas baterías de Ion-Litio les pasa lo mismo, por cierto, y su densidad energética es muy inferior a la madera). Aproximadamente 100 kg de pellets para recorrer 350 km.
Por otro lado, la gasificación tiene lugar por encima de los 1.300ºC, lo que obligaría a arrancar el proceso con bastante antelación, tomarse un café y, finalmente, poner el coche en movimiento. La reacción tampoco se puede detener instantáneamente (son brasas ardiendo a +1.300ºC lo que transportamos en lugar de equipaje). Supongo que el asiento trasero es del tipo «calefactado sin regulación de intensidad».
Para alimentar con esta modalidad todo el parque móvil mundial habría que consumir muchísima madera. Digamos que, a partir de un cierto nivel de demanda, dejaría de ser un recurso renovable y empezaría a llamarse deforestación.
La potencia obtenida del motor (un 3.8 V6 turbo) también resulta muy mermada por esta transformación. El coche alcanza los 75km/h y es el récord mundial para este tipo de vehículos.
Por último, este tipo de combustión de cosas sólidas y heterogéneas deja residuos inquemados, con lo que habría que limpiar constantemente el «horno» como se limpia una chimenea.
Entonces, ¿qué recorrido puede tener esta modalidad?
Yo diría que si eres un granjero sin mucha prisa, con cantidades abundantes de leña para compactar, puede tener su gracia no gastar ni un céntimo en gasolina.
Y el vídeo está muy bien.
Fuente: Autoblog
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Imagen y Video: Aol Autos – Translogic 64