Por increíble que parezca, en medio de esta grave crisis que todos los países desarrollados estamos sufriendo, y con tasas de paro que en España rondan el 20%, algunas empresas tienen déficit de personal. En concreto, Porsche y BMW, dos de los fabricantes alemanes que predicen récords de ventas para este año, se han encontrado de frente con un problema difícil de atajar: no hay disponibles suficientes ingenieros para hacer los coches.
Según datos de la Asociación de Ingenieros Alemanes (VDI por sus siglas en alemán), debido al declive de estudiantes de carreras técnicas y el envejecimiento del personal actual, el déficit de ingenieros disponibles en Alemania ha alcanzado el último mes un máximo histórico, llegando a los 77.000. En palabras de Willy Fox, director de la asociación, “es un problema muy serio que podría retrasar la investigación y el desarrollo de nuevos vehículos”. Sin duda, la cifra contrasta enormemente con el panorama económico al que estamos acostumbrados.
El problema ya ha tomado tintes políticos debido a que amenaza la competitividad de los fabricantes alemanes, una gran fuente de ingresos para el país. “Hasta hace unos dos años no había oído nunca que las empresas de la zona tuvieran que luchar para encontrar personal cualificado, pero parece que la escasez de ingenieros se ha convertido en un problema”, dijo en una entrevista Bukhard Jung, alcalde de Leipzig.
Su preocupación no es para menos, y es que BMW pretende contratar a 800 personas en la fábrica que posee en esta ciudad como parte de un plan de expansión que supone la inversión de 400 millones de euros para la producción de los nuevos i3 e i8. Lo mismo sucede con Porsche, empresa que necesita a más de 1000 trabajadores para la planta que tiene a unos 17km de distancia, y en la que pretenden fabricar al hermano pequeño del Cayenne, el Porsche Cajun. Además, estos últimos tienen como objetivo la creación de más de 3.000 empleos en los próximos tres años para respaldar su objetivo de duplicar las entregas a los 200.000 vehículos en 2018.
Como ejemplo de la situación, cabe citar el caso de Jan Assman, un estudiante de ingeniería que, enviando tan solo un par de currículums, tardó menos de dos semanas en encontrar un puesto de trabajo. Su sueldo para el primer año supera los 40.000€. “Iba a quedarme en la universidad para hacer investigación, pero las oportunidades de carrera me convencieron para aceptar un trabajo fuera”. Y es que la creciente demanda ha hecho crecer también los salarios, que se han visto incrementados en un 7.6% desde el año 2005. El pasado año, el sueldo medio de un ingeniero en el sector de la automoción era de 48.725€, y el de un alto cargo de 84.200€.
Ya pudimos comprobar con la visita de Angela Merkel a nuestro país el pasado mes de febrero que el Gobierno federal también trata de resolver la escasez de personal cualificado facilitando la contratación de trabajadores extranjeros. Se busca sobre todo el talento de China, India y otros mercados emergentes, debido a su mejor comprensión de la actualidad de sus países, aunque las posibilidades están abiertas a personas de todo el mundo.
Tal y como está la situación en España, con empleos precarios y una grave necesidad por parte de los sectores tanto público como privado en I+D+i, parece que lo más sensato será hacer caso a la película: ¡Vente para Alemania, (ingeniero) Pepe!
Fuente: Autonews
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