No, no penséis que nos hemos vuelto locos, la noticia saltó hace unos días en la Tulane University de Nueva Orleans, donde los investigadores del Departamento de Bbiología Celular y Molecular han descubierto una bacteria que consigue convertir la celulosa en butanol.
El butanol es un biocombustible mucho más parecido a la gasolina que el bioetanol. Es no corrosivo y puede distribuirse a través de los oleoductos existentes. Este tipo de combustible también puede utilizarse directamente en los coches de gasolina sin necesidad de realizar modificaciones de ningún tipo a los vehículos.
Como muchos de los descubrimientos que se han hecho a lo largo de la historia, el de hoy también es producto de la casualidad. Los investigadores estaban analizando los contenidos celulósicos de los excrementos de un animal cuando se encontraron con la bacteria TU-103. Se cree que es la primera cepa de bacterias de la naturaleza capaces de producir butanol directamente de la celulosa.
La celulosa se encuentra en todo tipo de plantas alrededor del mundo, pero lo mejor de todo es que se encuentra en los millones de toneladas de papel que tiramos cada año a la basura y que no reciclamos.
La bacteria tiene todavía una ventaja más, es capaz de realizar su trabajo en presencia de oxígeno, lo que abarata aún más el coste de la producción al no tener que recurrir a costosas instalaciones libres de oxígeno.
Si a esto le añadimos el excedente de papel que tenemos, se podrían producir toneladas de combustible a un precio mucho más bajo que el de los combustibles fósiles actuales.
Los investigadores argumentan que en comparación con la gasolina el butanol emite menos cantidad de CO2 en su combustión, y que al utilizar papel desechado tiene también un impacto positivo en los vertederos de residuos.
La Tulane University se ha apresurado a patentar este método de obtención del combustible a través de la celulosa, y por supuesto que sólo le ven ventajas al nuevo descubrimiento. Pero si nos paramos a pensarlo detenidamente, quizás este descubrimiento llega algo tarde y habría sido más interesante hace un tiempo.
Entre que se estandariza el método de obtención y se empieza a utilizar comercialmente todavía pueden pasar unos cuantos años, el tiempo suficiente para permitir que los medios de automoción avancen ya libres de emisiones contaminantes.
Sí que puede resultar interesante como sustituto real de la gasolina mientras el parque móvil de vehículos va actualizándose a los nuevos coches eléctricos.
Fuente: CNET | Wikipedia
Imágenes: Valerie Everett | CORE-Materials by Prof Claire Davis and Chris Hardy, School of Metallurgy and Materials, University of Birmingham
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