La compañía británica Vocis, especialista en sistemas de control para cajas de cambio de doble embrague, ha comenzado las pruebas de su caja de cambios de dos velocidades para vehículos eléctricos. La pregunta es ¿Tiene sentido emplear una caja de cambios en un coche eléctrico?
Antes de nada, decir que la compañía Vocis nació a partir del desarrollo de la caja de cambios del Bugatti Veyron. Esto prácticamente responde a la pregunta inicial: algún sentido debe de tener cuando estos tipos se han molestado en desarrollar una. Los argumentos de la empresa justifican la necesidad de una caja de cambios, si bien ningún fabricante (hasta ahora) ha puesto a la venta un eléctrico puro con más de una marcha*.
La idea es que, si bien un motor eléctrico tiene un amplísimo rango de funcionamiento, con un par máximo desarrollado desde 0 rpm, lo cierto es que no en todo ese rango el motor funciona con la máxima eficiencia. La máxima eficiencia se obtiene a regímenes medios y con demandas de potencia medias y altas (en el gráfico sería la zona roja).
Esto significa que con una caja de cambios podríamos mantener el motor en esa banda de revoluciones óptima durante más tiempo. Según vocis, el incremento de coste y complejidad (que sería muy pequeño) se vería compensado por el incremento paralelo de autonomía y la mejora de prestaciones (mejor arranque desde parado y mejor velocidad punta).
Por otra parte, los inconvenientes son obvios: incremento de coste, masa desplazada y complejidad de funcionamiento, tres parámetros especialmente críticos en todo vehículo eléctrico, cuya reducción es vital, como ya hemos comentado en múltiples ocasiones.
A pesar de que la caja planteada no lleva embrague, su funcionamiento sería «similar» al de las conocidas de doble embrague (a efectos prácticos, transición no interrumpida entre marchas). También plantean la escalabilidad del diseño (posibilidad de mayor número de marchas) y la adaptación total del conjunto a múltiples vehículos y prioridades, configurando toda una gama de opciones que ya se encuentran rodando en vehículos reales en fase de pruebas.
La verdad es que la idea de un motor acoplado casi directamente a las ruedas sin caja de cambios me gusta muchísimo. Es una de esas simplificaciones radicales que en ingeniería parecen ser profundamente acertadas. No obstante, los argumentos de Vocis son también muy razonables.
Finalmente, como casi siempre, la conveniencia o no de instalar una caja de cambios (de la que parecía que habíamos conseguido deshacernos) en vehículos eléctricos dependerá de la relación ventajas/inconvenientes que sin duda aporta y no será una cuestión de verdades absolutas.
De momento, los fabricantes prefieren la opción más simple.
*Al menos Tesla sí reconoce haber intentado desarrollar una caja de cambios para su primer modelo (Roadster), pero las pruebas no dieron fruto y se optó por un engranaje único como mejor solución. También existen algunos prototipos (Quimera All Electric GT, Morgan E+ por citar sólo dos) con diferentes cajas de cambios..
Fuente: Vocis
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