Científicos del Departamento de Biología y Bioquímica de la Universidad de Gloucestershire, en colaboración con la empresa Aragreen, han desarrollado una planta que utiliza algas para depurar las aguas residuales. Posteriormente, estas algas son recolectadas y utilizadas para la producción de diversos productos, como biocombustibles o biomasa.
El proyecto piloto intentará demostrar la eficiencia de las algas como tecnología de depuración sostenible. Para ello utilizarán aguas de desecho procedentes de la cercana planta de Welsh Water, desde la que se bombeará hasta los fotobiorreactores, unos largos tubos transparentes iluminados por LED en los que crecerán las algas. De momento, el agua limpia se devolverá a Welsh Water sin ningún coste, con lo que los beneficios se verán limitados a los obtenidos por la venta de los productos derivados.
Otro de los objetivos del proyecto será probar las diferentes técnicas y métodos y experimentar con distintas especies de algas para intentar encontrar aquellas que más se adecuen a la limpieza del agua y la producción de biocombustibles, bioquímicos y proteínas.
Rod Scott, profesor de biología molecular y responsable del proyecto dijo que “hay una gran demanda tanto de técnicas sostenibles de depuración de aguas como de métodos de producción de biocombustibles y biomasa”. «En cualquier caso, encontrar un método asequible y efectivo para el cultivo de algas en grandes cantidades ha sido históricamente difícil”. “Trabajando con el Dr. Tom Arnot del Departamento de Ingeniería Química y el Profesor Matthew Davidson del Departamento de Química, hemos conseguido darle a nuestra investigación un enfoque multidisciplinar con el que abordar todos problemas”.
Las aguas residuales contienen grandes cantidades de nitratos y fosfatos que hay que eliminar para producir agua limpia, en un procedimiento que generalmente involucra a una gran cantidad de procesos químicos que impiden que estas sustancias vuelvan al ciclo natural del agua. Estos nitratos y fosfatos son utilizados como nutrientes por las algas, que crecen y se desarrollan a la vez que los eliminan del agua sucia. Una vez se ha completado el proceso, estas se cosechan y se preparan para convertirlas en biodiésel, fertilizantes o proteínas.
Actualmente hay una gran cantidad de proyectos en marcha con el objetivo de conseguir combustible a partir de la producción de algas. Aunque en principio pueda parecer algo trivial, su importancia es vital para miles de personas. Y es que, en la actualidad, una gran cantidad del biodiésel se produce a partir de cultivos que antes estaban destinados al consumo humano, lo que ha contribuido en gran medida a la subida de los precios de los alimentos básicos, y en consecuencia a que una gran cantidad de personas no pueda tener acceso a ellos.
Fuente: Physorg
Imágenes: Microphyt
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