Del mismo modo en que sigue habiendo discrepancias acerca de qué fue antes, el huevo o la gallina, en el mundo del automóvil existe una polémica parecida, aunque de cara al futuro en vez de al pasado: ¿qué deben de ser antes, los coches con pila de combustible o las hidrolineras? La pregunta puede parecer trivial, pero no lo es, y su respuesta podría marcar un punto de inflexión en el futuro de este tipo de vehículos.
Pongámonos en antecedentes. En octubre de 2010 la empresa SunHydro abrió la primera hidrolinera de las al menos nueve que pretendían construir a lo largo de la costa este de los EE.UU. Sin embargo, también ha sido la última: no se ha construido ninguna más desde entonces. A pesar de todo, Robert Friedland, cofundador y CEO de Proton Onsite, la matriz de SunHydro, afirma que la empresa planea seguir construyendo gasolineras de hidrógeno, aunque agrupando varias en una ciudad en vez de dispersándolas a lo largo de cientos de kilómetros.
Friedland mantiene que “una concentración de estaciones en una misma ciudad permitiría a los fabricantes vender sus vehículos en ese lugar porque el repostaje necesario para los vehículos locales estaría asegurado”. Sin embargo, parece que los planes de la empresa a este respecto no son a corto plazo, o al menos no tan corto como cabría esperar, dada la fecha en la que estamos.
Los fabricantes norteamericanos, por su parte, pretenden empezar a vender coches con pilas de combustible entre 2014 y 2015, lo que implica una total falta de negocio para los propietarios de las hidrolineras que las construyan antes de que las grandes flotas se pongan a la venta. Aunque, por otra parte, si se diera el caso contrario, los fabricantes se encontrarían con bastantes dificultades a la hora de vender su producción. ¿Quién va a comprarse un coche que no puede repostar?
Aparentemente, la mejor solución a este conflicto sería la firma de un acuerdo entre los suministradores de hidrógeno y las marcas para desarrollar sus tecnologías al mismo tiempo, de forma que nadie salga perjudicado. Aunque no es la única.
De la fabricación de coches a la producción de hidrógeno en un paso
Esta misma semana Honda inauguraba el primer punto de recarga para vehículos con pila de combustible de Reino Unido en el complejo que la marca posee en Swindon. La instalación tiene capacidad para suministrar H2 a 50 vehículos al día, aunque presumiblemente el número de servicios se limitará a uno… o ninguno. Y es que en Reino Unido no hay oferta de este tipo de vehículos, ni siquiera por parte de la propia Honda.
Sin embargo, este hecho pone de manifiesto que los fabricantes también están dispuestos a adentrarse en el mundo del suministro de hidrógeno, lo que podría ser bastante beneficioso para sus ventas, ya que supondría transformar uno de los puntos débiles de esta tecnología emergente en un punto fuerte, aportándole al cliente la seguridad de que no le faltará combustible.
La pila de combustible aún está en un estadio bastante precario, si tenemos en cuenta las posibilidades que un mayor desarrollo de esta tecnología ofrecería al futuro de la movilidad eléctrica. Sin embargo, algunas marcas, como Mercedes, le dieron por fin el protagonismo que se merece en el pasado Salón del Automóvil de Frankfurt.
Dado que a la hora de la verdad este tipo de vehículos no dejan de ser «simples» eléctricos, solo falta seguir innovando y mejorando, y comenzar a comercializar esta tecnología que a largo plazo podría convertirse en una de las soluciones definitivas al problema de la autonomía de las baterías.
Fuente: Technology Review
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