Cada vez es más habitual encontrar algún tipo de GPS en los vehículos. Diferentes marcas y diferentes modelos según el gusto o necesidad del consumidor. Es algo de lo que todos somos conocedores. No obstante pese a ser un elemento que nos guía en nuestra ruta, se ha convertido en algo más. En un juego para los conductores. Las carreras contra los GPS son cada vez más habituales entre los conductores.
Un juego bien sencillo, batir el tiempo estipulado por el GPS que falta para nuestro destino. Una práctica tan universal que solo en Reino Unido admiten jugar a esto 7,2 millones de británicos. De todos ellos, la mitad ha superado los limites de velocidad permitidos y un total 2,3 millones han tenido algún tipo de percance. Si hacemos proporcional en España serían 5,6 millones de conductores.
Las asociaciones y grupos de seguridad vial han puesto el grito en el cielo condenando esta práctica. Si que es verdad que el resultado del estudio solo afecta a Gran Bretaña pero se puede extrapolar a toda Europa y el mundo. Por que al fin y al cabo todos los conductores somos iguales por todo el globo. Con esto no quiero disculpar a los conductores imprudentes. Mal de muchos consuelo de todos nunca ha sido válido.
Los GPS se han convertido en esas armas de doble moral. Como pasa con las pistolas. Al final el culpable de su mal uso es la persona, no la máquina. Por lo que esto merece una visión global del problema para que nos demos cuenta que todos podemos ser esos infractores y miremos un poco más a nuestro alrededor. Si Pere Navarro me viese, estaría orgulloso de mí.
Fuente: Carscoop
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