La ciudad de Frankfurt y sus alrededores están a punto de convertirse en un gran campo de pruebas (el mayor del mundo) para la más prometedora tecnología de comunicaciones del momento.
La tecnología car-to-x hace referencia a la comunicación «total» entre los coches y su entorno: señales de tráfico, carreteras, centros de información meteorológica, servicios de emergencia… y lo más importante, comunicación de los vehículos entre sí.
En un artículo recientemente publicado, referido al concepto de Internet de la movilidad, explicábamos en detalle el increíble potencial futuro de esta tecnología. Sólo unos días más tarde, el consorcio alemán SIMTD (entre cuyos miembros se encuentran Daimler, BMW, Audi, Ford, Opel, Volkswagen, Continental, Basf, Deutsche Telekom…) nos presenta este apasionante proyecto de implementación real, fruto de tres años de investigación.
Visión general del sistema
Una flota de 120 vehículos está siendo ya equipada con los sistemas de comunicación correspondientes, además de los equipos de comunicación diseminados por la red viaria de la ciudad y su entorno, que también han comenzado su instalación. Un centro de coordinación de tráfico actuará como director de orquesta, mediante la gestión de datos y toma de decisiones centralizada.
A partir de la primavera 2012 la «red móvil» estará en funcionamiento de forma experimental, con el objetivo de demostrar su potencial real y viabilidad tecnológica. El reto, aunque parezca sencillo, es de enormes dimensiones y gran complejidad técnica.
Las comunicaciones estarán basadas en tecnología WLAN, pero con comunicaciones inalámbricas desarrolladas específicamente para este propósito. Cada nodo de la red, sea éste un vehículo, un semáforo, una señal variable, una intersección… ha de ser emisor y receptor de información, con capacidad de reaccionar ante las circunstancias en tiempo real. Casi nada.
Los objetivos del sistema se pueden agrupar en tres categorías: mejora del tráfico, mejora de la seguridad y acceso a servicios de información.
Mejora del tráfico
Mediante la recolección de datos en tiempo real referidos a incidencias, meteorología, obras, densidad y velocidad de tráfico actual y prevista en cada punto, se pretende llegar a tomar decisiones que optimicen el uso de la red viaria.
Un sistema de esta magnitud debería ser capaz, al menos en teoría, de guiarnos por la ruta más óptima en cada momento, recomendándonos rutas alternativas a través del navegador para llegar al destino que hemos prefijado.
Otro punto sobre el que incidir es la variabilidad de las señales de tráfico, especialmente los semáforos. Tanto unas como otros, podrían dar prioridad a la ruta más sobrecargada en cada momento variando los tiempos de paso de los semáforos o cambiando los límites de velocidad según la meteorología o la previsión de retenciones.
Es evidente que la rigidez actual de las señales de tráfico y la programación fija de los tiempos semafóricos constituyen una solución claramente subóptima para gestionar un tráfico de naturaleza cambiante. Esta tecnología podría cambiar el estado de las cosas e introducir en la red viaria la capacidad de adaptación a las circunstancias.
Mejora de la seguridad
La capacidad de anticipación y la capacidad de reacción ante circunstancias adversas son las claves de la potencial mejora en seguridad que pretende introducir la comunicación car-to-x.
Básicamente, se trata de advertirnos con la suficiente anticipación de que más adelante hay un accidente, una retención, un coche parado o, simplemente, una reducción del ritmo de circulación.
En caso de accidente, por otra parte, el tiempo de respuesta de los servicios de emergencia se vería sustancialmente reducido, al producirse un aviso instantáneo y automático del problema. Los servicios de emergencia podrían incluso hablar con los coches que están llegando al lugar del accidente, para preguntar los detalles que sólo se pueden confirmar visualmente.
Acceso a nuevos servicios de información
En este terreno, las posibilidades ya nos son conocidas gracias a Internet. A la experiencia de navegación habitual habría que añadir el factor movilidad y el resultado sería el acceso a servicios a la medida de nuestra ubicación física.
Nuestro vehículo podría darnos soluciones y posibilidades según nuestra posición y dirección, del estado del tráfico ¿me da tiempo a llegar a la tienda «x» antes de que cierren? Sabiendo dónde estamos, a dónde queremos ir y conociendo la situación precisa del tráfico presente y prevista, las posibilidades son infinitas.
Por supuesto, se abre también la puerta a la segmentación de mercado por ubicación en tiempo real para anunciantes. Me refiero a ofertas de «2×1 los próximos 10 minutos» en la pizzería por la que estamos a punto de pasar, descuentos en el parking que tenemos debajo ahora mismo… Supongo que las posibilidades reales son tantas como las que tenía Internet en sus inicios y es absurdo intentar imaginarlas todas ahora.
En resumen, Alemania toma el liderazgo de la implementación real de esta tecnología (en fase de pruebas) que se puede convertir en una auténtica revolución de la movilidad en menos tiempo del que podemos imaginar.
¿Cuánto habrá que esperar para tenerlo funcionando? Espero que sea muy poco.
Fuente: Green Car Congress
Fotos: Flikr de Bas Lammers | BMW
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