Podríamos decir que el grupo PSA (y casi todos los fabricantes europeos) lleva 10 años y 1 millón de vehículos de retraso con respecto a Toyota en el terreno de los híbridos, por lo que es vital que saquen algo muy bueno a la primera.
La configuración HYbrid4, puesta en escena con el Peugeot 3008, se me antoja una solución sobresaliente para un problema al que otros se han enfrentado con complejas propuestas ingenieriles.
Lo que ha hecho Peugeot, en concreto, es tomar un coche ya existente y cambiarle el eje trasero. Así de fácil. Nada de complejos sistemas de transmisión en los que acoplar dos motores o volcar el par de uno sólo. ¿Es una solución peor?
Yo diría que es una solución equivalente pero más sencilla y, por tanto, mejor. Los dos motores de Peugeot (por cierto, uno de ellos diésel, que lo convierte en pionero) carecen de cualquier tipo de conexión mecánica entre sí. Esto significa que funcionan de forma totalmente independiente.
La coordinación de esfuerzos la realiza una centralita, que pone a funcionar el delantero, el trasero o ambos a la vez en función de las circunstancias. A partir de aquí, tenemos varios beneficios de esta aproximación mecánica al vehículo híbrido.
En primer lugar, como ya hemos mencionado, al mantenerlos separados el sistema de transmisión es más sencillo (de la mitad hacia adelante no se modifica nada, de hecho) y simplemente se acopla un motor eléctrico a las ruedas traseras, con un desarrollo fijo. Lo que nos lleva a la segunda gran bondad del sistema.
Puesto que el coche «original» no no se modifica mecánicamente más que en su eje trasero, se puede adoptar esta solución para cualquier vehículo ya existente, sin más que renunciar a parte de su maletero. La extensión de esta opción a cualquier otro vehículo de la gama sería sencilla e inmediata y no requiere, prácticamente, ningún desarrollo adicional.
Por último, al acoplar el segundo motor al eje trasero, obtenemos un vehículo con tracción total, ventaja nada desdeñable y sin las complicaciones de una transmisión de par mecánica entre ejes (sólo una coordinación por software). Por cierto, si las baterías se agotan, el coche puede seguir siendo 4×4 gracias a los 8kW de potencia del alternador/motor de arranque, siempre disponibles para el eje trasero en caso de necesidad.
En definitiva, en la búsqueda del camino más corto para lanzar un híbrido al mercado, Peugeot ha encontrado lo que a mí me parece un fantástico atajo, lleno de ventajas y al que resulta difícil ver los inconvenientes con respecto a otros sistemas de acoplamiento.
Fuente: CAR Magazine – Edición impresa – Octubre 2011
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