ASIMO, el robot humanoide más famoso del mundo, ha sido actualizado para incorporar nuevas tecnologías que, cada vez más, lo acercan y lo alejan simultáneamente de los androides de las películas de ciencia ficción. En esta ocasión, las novedades más importantes han ido encaminadas a transformar el comportamiento automático del robot en un comportamiento autónomo, dotándolo de la capacidad de tomar decisiones en tiempo real en función de las condiciones del entorno.
ASIMO, acrónimo de Advanced Step in Innovative Mobility (paso avanzado en movilidad innovadora) fue presentado en el año 2000, y desde entonces se ha convertido en el principal símbolo de innovación para Honda. Sin embargo, el compromiso del fabricante nipón con el desarrollo de robots funcionales se remonta al año 1986, cuando creó su primer modelo bípedo.
Tres han sido las principales novedades que caracterizan a esta nueva versión de ASIMO. La primera de ellas, el gran equilibrio postural que permite al robot correr a una velocidad de hasta 9 km/h y saltar incluso a la pata coja. La segunda, la capacidad de integrar toda la información del entorno, distinguir a la gente que se mueve a su alrededor, y estimar sus cambios de posición en función de sus movimientos.
El tercero de los puntos, y quizás el más importante de todos, se refiere a la capacidad de ASIMO de hacer predicciones acerca de la información del entorno y determinar de forma autónoma sus movimientos sin necesidad de estar sometido a un control externo: el paso de la automatización a la casi total autonomía.
Entre otras cosas, ASIMO también es capaz de reconocer la cara y la voz de una persona, y relacionarlas en un ambiente en el que diversas personas se encuentran hablando a la vez, determinar en tiempo real una trayectoria alternativa para evitar colisionar con una persona u objeto que se interponga en la inicial, predecir la dirección de objetos en movimiento…
Todo esto es posible gracias a la integración de múltiples sensores que hacen las veces de sentido de la vista, el oído y el tacto, y a una unidad de control especialmente desarrollada para permitirle variar la dirección del movimiento una vez iniciado en función de los parámetros del entorno.
En los 11 años de vida de ASIMO, Honda ha conseguido convertir un sueño en una realidad: un robot que, en un futuro cada vez más cercano, pueda ser útil y enriquezca la vida de las personas. Sin embargo, su producción comercial aún se encuentra lejos en el tiempo. En cualquier caso, al ritmo que avanza la tecnología, es imposible predecir en qué momento podremos empezar a considerar a los androides como un elemento imprescindible en nuestros hogares.
Fuente: Honda
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