La DGT introducirá cambios en el Reglamento General de Circulación una vez establecido el nuevo gobierno. En el futuro pasará a llamarse Reglamento General de Circulación Urbana e Interurbana y viendrá con cambios importantes. Básicamente tanto las motos como las bicis verán mejoradas sus posibilidades de circulación desfavoreciendo a los coches.
Los tres puntos más importantes son:
· La posibilidad de circular por el arcén tanto motos como bicis cuando haya atasco.
· Autorizar a los ciclistas a circular por el centro de la calzada en aquellas vías con un límite máximo de velocidad de 50 km/h.
· Las bicicletas podrán adelantar y rebasar a otros vehículos por la derecha o la izquierda.
Dentro del nuevo reglamento se contemplan actuaciones tanto de ciclistas como de motoristas que ya se llevan a cabo. Ahora, en cambio, están reglamentadas. Por mencionar algunas las motos y las bicis podrán «zigzaguear» entre el resto de los vehículos parados en un semáforo o intersección circulando «con precaución» entre ellos, para situarse delante de éstos en la línea de detención. Para las bicis en concreto se autoriza el uso de remolques de bicicletas debidamente homologados y se obliga a los ciclistas a llevar casco igualmente homologado o certificado.
Un momento para la reflexión: ¿Hacia donde mira la DGT?
La Dirección General de Tráfico no goza de especial cariño entre los conductores. Las bicis y las motos en ocasiones especiales tampoco son las más queridas. En el preciso instante que dificulten la circulación de un coche es cuando se convierte en un estorbo. Algo que ocurre con habitualidad. Para salucionarlo, la DGT no ha encontrado mejor forma que legalizando todas esas actividades que perturban a los conductores.
Resulta irónico y a la vez tiene sentido. Tiene sentido el momento en el que se impulsa el transporte menos contaminante a favor de medios de transporte más limpios. Prioridad a las bicis y motos para su impulso. La parte irónica viene cuando parece que el impulso de estos medios de transporte se convierten en un intento de abolir los vehículos. Siempre se achaca a la DGT de tener fines recaudatorios en sus iniciativas. En este caso no se que pensar.
Fuente: Las provincias
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