Si hay algo que resulta particularmente contradictorio en el mundo del coche eléctrico son las previsiones de venta de los gobiernos y fabricantes frente a la realidad del mercado global, que ha demostrado ampliamente seguir decantándose por las mecánicas clásicas (diésel y gasolina), o como mucho por mecánicas híbridas frente a los eléctricos puros.
Por eso, ahora que el año 2011 pasa por sus últimos días de vida, parece un buen momento para analizar cuál ha sido el error de cálculo, por qué las cifras reales no coinciden minimamente con las esperadas, qué podría hacerse al respecto y cómo creemos nosotros que será la trayectoria que seguirá el mercado del automóvil eléctrico durante los próximos años.
2011, un año nefasto para la industria del coche eléctrico
316. Ese es el número de turismos eléctricos que se han matriculado durante el periodo enero-noviembre de este año en territorio nacional español. Una cifra aún más irrisoria si tenemos en cuenta que se prevé que el año finalice sin que ni siquiera diez de los aproximadamente tres centenares y medio de vehículos que se habrán vendido antes del próximo día 31 estén destinados a particulares.
A finales de año, el total de ventas entre turismos y vehículos comerciales eléctricos rondará las 800 unidades, muy lejos de las 20.000 que preveía el Ministerio de Industria.
El número es tan asombrosamente ridículo que podemos decir que tan sólo se han vendido diez coches eléctricos más que coches voladores, o por qué no, nucleares, a clientes particulares en todo un año. Vale que la crisis apriete y que las ventas globales hayan bajado un 18,8% en lo que llevamos de año con respecto al mismo periodo de 2010, pero da la sensación de que algo se está haciendo mal. Y no parece que se estén tomando medidas eficaces para solucionarlo.
En cualquier caso, sí resulta muy positivo que las empresas y la administración se decanten cada vez más por vehículos eléctricos puros a la hora de nutrir sus flotas, en un ejercicio de ahorro energético a largo plazo que además les proporcionará una impagable imagen de marca ecológica y comprometida con el medio ambiente. Unos valores muy de moda últimamente.
Intereses nacionales en el mercado de vehículos eléctricos
En la actualidad, y al menos hasta finales de 2012, el gobierno subvenciona con cantidades variables de dinero la compra de vehículos puros eléctricos e híbridos en función de la autonomía de las baterías.
Estas cantidades empiezan en 2.000€ para vehículos cuya autonomía oscila entre los 15 y los 40 kilómetros, aumentan hasta los 4.000€ en el caso de que el modelo soporte una capacidad de conducción en modo totalmente eléctrico de entre 40 y 90 kilómetros, y tienen su límite en los 6.000€ que se otorgan para la compra de vehículos con un rango de autonomía eléctrica pura de 90 kilómetros o más.
Por lo tanto, la cuantía económica permanece inalterada con respecto a las subvenciones que se ofrecían hasta el pasado 30 de noviembre, fecha en la que terminaban las ayudas de forma oficial. La prórroga para el próximo año tiene una dotación total de 50 millones de euros, y oficialmente estas subvenciones servirán para “evitar un estancamiento de la demanda debido al retraso a 2012 de la llegada al mercado de muchos modelos eléctricos”.
Potenciar la venta de vehículos eléctricos es muy importante en términos económicos para España, un país que, como todos, depende totalmente del petróleo, pero que al mismo tiempo tiene un saldo positivo de exportaciones de energía eléctrica.
En términos numéricos, España solamente produce el 0,17% del petróleo y gas que consume, lo que en el año 2010 supuso la salida de 58.000 millones de euros del país. En el mismo ejercicio, las exportaciones de energía eléctrica a países vecinos superaron los 8.300 Gwh según datos de Red Eléctrica de España. Dado que la electricidad es notablemente más barata que el petróleo, la popularización del coche eléctrico supondría un enorme ahorro y un gran respiro para las cuentas del país, sobre todo en momentos tan económicamente difíciles como los que estamos viviendo.
Sin embargo, no parece que los incentivos económicos a la compra de coches eléctricos vayan a propiciar un verdadero aumento de las ventas. Estos vehículos son caros (entre un 33% y un 50% más que un modelo de combustión con las mismas características técnicas) e inaccesibles para una gran cantidad de la población, para la que siguen resultando caros e inaccesibles una vez se han aplicado los consiguientes descuentos.
El verdadero problema de los vehículos eléctricos no es su precio, que también, sino las limitadas prestaciones que van asociadas a él. Según una encuesta realizada por el RACC, el 61% de los conductores piensan que, además de caros, el acceso a los puntos de recarga es difícil y la información es escasa.
Por lo tanto, quizás resultaría más adecuado destinar esas subvenciones a mejorar y expandir la infraestructura ligada a estos vehículos, ampliar el número de puntos de recarga e informar acerca de sus ventajas respecto a los de combustión. Aunque esto nos llevaría inevitablemente a plantear de nuevo el debate sobre qué debe de ser antes, el huevo o la gallina.
¿Qué nos depara el futuro?
El Ministerio de Industria pretende que en 2014 la presencia eléctrica en España supere las 250.000 unidades matriculadas. Si comparamos con los datos obtenidos en este ejercicio, mucho va a tener que cambiar la situación para cumplir con unas previsiones que a todas luces se han pasado de optimistas.
Harina de otro costal son los fabricantes, que conocedores del panorama mundial manejan cifras mucho más asequibles. En previsiones a 2020, el más idealista, Nissan, que ha conseguido colocar 20.000 unidades del Leaf en su primer año de comercialización, espera que el 10% de sus ventas pertenezcan a coches eléctricos.
Por su parte, BMW espera que el 5% de sus ventas para el mismo año pertenezcan a modelos de la división i, aunque esperan que la mitad del 95% de coches restantes sean híbridos. Las expectativas de Audi bajan un punto porcentual con respecto a las de la marca bávara, hasta el 4%, y Volkswagen se quedaría en el 3% de unidades eléctricas vendidas.
Caso aparte es el de Mitsubishi, que pretende que en un plazo de 7 años el 50% de sus ventas pertenezcan a vehículos híbridos o eléctricos.
Mientras tanto, compañías petrolíferas como ExxonMobil prevén que el 90% de los coches que circulen por las carreteras de todo el mundo en 2040 funcionarán con motores de combustión interna. Esto sería posible gracias al aumento de la eficiencia de los motores, que acompañados con mecánicas eléctricas para formar un sistema de propulsión híbrido, reducirían el consumo medio hasta los 4,7 litros / 100 kilómetros.
Personalmente, comparto y suscribo al 100% la opinión de mi compañero David García Artés cuando en este artículo dijo que la completa electrificación del parque móvil se encuentra aún muy alejada en el tiempo. Y es que la desconfianza, las escasas infraestructuras e información, los altos precios y la ausencia de una auténtica revolución energética siguen cotizando a la alza frente a la conciencia ecológica y las previsiones de ahorro energético y económico que la compra de un eléctrico pueda suponer a largo plazo.
Aún queda un largo camino por construir, y otro aún más largo por recorrer. Quizás sea demasiado pronto para vaticinar cómo será lo que nos encontraremos al final.
Fuentes: ABC I, II | REE (.pdf) | MICYT (.pdf) | RACC (.pdf) | Autoblog Green | El País I, II | El Correo
En Tecmovia: Vehículo eléctrico puro: expectativas de los fabricantes para 2020 | Más de 20.000 Leaf en el mundo en sólo un año y un incentivo para su compra en España | Los eléctricos reciben nuevas ayudas en 2011 y 2012