El primer coche eléctrico diseñado y fabricado en Corea se llama Kia Ray EV. Acaba de ser presentado oficialmente, aunque sus aspiraciones comerciales se limitan a la fabricación de 2.500 unidades para consumo interno; pero lo interesante no es sólo el coche, sino lo que significa.
Teniendo en cuenta la evolución de la industria automovilística coreana en los últimos 10 años, este modelo experimental podría ser el paso previo para lanzar un modelo eléctrico a nivel mundial, cuyo desarrollo exige recabar datos de usuarios reales previamente. Esos datos serán obtenidos tras colocar sus Ray EV a administraciones públicas locales.
El Kia Ray EV es la versión eléctrica del Kia Ray CUV, lanzado al mercado coreano hace ahora un mes. Ambos modelos comparten la práctica totalidad de sus componentes (exceptuando su planta motriz) y se fabrican también en la misma línea de producción, lo que constituye una importante (aunque poco comentada) novedad.
Compartir línea de producción significa que no es necesario construir una planta completa independiente para producirlo (como hacen hasta ahora todos los fabricantes que se lanzan a esta aventura) sino que comparte inversión en planta con su homólogo de gasolina.
Esta estrategia permitiría a un posible modelo eléctrico global reducir la inversión necesaria y el riesgo asumido en su lanzamiento, pues bastaría con que el modelo tradicional tuviese demanda suficiente para ocupar y amortizar la fábrica, en caso de fracaso en ventas de la versión eléctrica. Sí se podría perder la inversión en desarrollo tecnológico, sin duda importante, pero al menos no habría una fábrica completa en régimen de subactividad, el terror de todo fabricante.
Por lo que respecta los detalles del Ray EV, se trata de un modelo urbano con una autonomía máxima de 139km y un tiempo de recarga rápida de 25 minutos (que son 6 horas en un enchufe de 220V). Su motor de 67 CV consigue una velocidad máxima de 130km/h y una aceleración de 0 á 100km/h en 15,9s que completan un producto enfocado obsesivamente al ahorro energético como única premisa.
Cuenta con tracción y motor delanteros y 16,4kWh de baterías de Ion-litio alojadas sobre el eje trasero. Su transmisión automática (dudo que tenga marchas, serán más bien programas) plantea tres opciones de conducción: Drive, Eco y Brake (Normal, Económica y Frenado).
El modo Frenado maximiza la retención y la recuperación de energía en las frenadas y está recomendado para circular en pendientes fuertes sin sobrecargar los frenos. El modo normal entendemos que corresponde a la conducción más convencional y el modo Eco viene a ser el nirvana del ahorro energético. La aceleración en el modo económico no ha sido publicada, pero intuyo que en lugar de un cronómetro haría falta un almanaque para medirla.
En fin, bajo la apariencia de un cochecito coreano más bien cuadrado y modesto, se presenta el primer movimiento del gigante asiático en la partida de ajedrez de la movilidad eléctrica mundial. Con los datos recabados en el experimento ¿cuál será la próxima pieza a mover sobre el tablero?
Se ve venir un modelo eléctrico global, que comparta todo con un gemelo convencional (incluyendo la cadena de montaje) evitando a Kia la necesidad de apostar demasiado por el incierto mercado de los eléctricos (es decir, evitando la estrategia Nissan-Renault de todo o nada) al tiempo que reclama un buen trozo de la tarta que pueda repartirse.
Hagan sus apuestas.
Fuente: Autobloggreen
En Tecmovia: Hyundai y Kia desvelan su estrategia respecto a los vehículos de propulsión alternativa | Record Guinness de consumo para el Kia Optima Hybrid
