Via Motors es una empresa apadrinada por Bob Lutz (ex-vicepresidente de GM) que se dedica a convertir en híbridos diferentes modelos de General Motors, con predilección por los más grandes, pesados y menos aerodinámicos. ¿Un paso adelante para la industria automovilística norteamericana?
En el próximo Salón del Automóvil de Detroit, el propio Lutz presentará el primer modelo que saldrá a la venta bajo este esquema, basado en un Chevrolet Silverado pero reconvertido a eléctrico de autonomía extendida y con la denominación de Via Vtrux.
Via anuncia 24 kWh de almacenamiento de energía en baterías de Ion-Litio que proporcionan un máximo de 65 km de autonomía eléctrica (un Nissan Leaf recorre 160 km con esa misma carga). El motor eléctrico tiene 402 CV, necesarios para mover las 2,5 toneladas exactas que desplaza y toda la carga que promete portar y arrastrar.
La mencionada autonomía eléctrica se puede estirar hasta los 640 km de autonomía total; cuando se acaban los electrones entra en funcionamiento un «económico» motor V6 de gasolina de 4,3l de cilindrada, conectado a un generador, que vuelve a dar vida al propulsor eléctrico y recarga las baterías. Se anuncia como económico porque gira siempre en el régimen óptimo mientras hace sus funciones de recarga, pero no hay datos de consumo en «modo gasolina».
Un Pick-up eficiente es una contradicción en los términos, a menos que se reinvente
La pregunta que yo me hago es si podemos «comprar la idea» de tecnología orientada al ahorro de combustible, cuando viaja dentro de un vehículo que por su concepción inicial constituye, probablemente, el formato más ineficiente que se puede concebir para un vehículo terrestre.
La obsesión de los americanos por este tipo de vehículos viene, con toda probabilidad, de la imagen romántica del rancho con caballos grabado en la retina de todo ciudadano estadounidense a golpe de películas y series. El vaquero moderno, vamos.
Transportar utensilios, sillas de montar e incluso ganado a cielo abierto en un clima desértico puede tener bastante sentido. Incluso el gesto de lanzar la carga por encima de la borda sin tener que abrir puerta alguna es genuinamente americano. Así se construyen los iconos culturales, digo yo.
Pero entrados ya en el S.XXI y con una vida razonablemente moderna (que me digan qué porcentaje de rancheros puede haber ahora mismo en EEUU) este formato sigue siendo el más vendido y el más lucrativo en el país de las barras y estrellas, aunque carece de sentido para casi cualquier individuo.
Con el peso de un camión pequeño, la aerodinámica de una pared con recovecos y utilizando acero como para construir un utilitario europeo y otro japonés, me niego a creer que el futuro de la industria automovilística americana (y mucho menos la sostenibilidad del planeta) pase por hacer ver este tipo de coches como amigos del medio ambiente. Aunque hay que reconocer que es mucho peor el V8 que suelen llevar en solitario, claro; en el país de los ciegos, el tuerto es rey.
En definitiva, un gran paso adelante en un callejón sin salida.
Fuente: Via Motors | Autobloggreen
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