Los fabricantes y suministradores de las nuevas tecnologías híbridas/eléctricas, están desarrollando nuevos productos que no incluyan la utilización de las conocidas como tierras raras. Las denominadas tierras raras, se tratan de 17 elementos químicos que poseen una gran importancia en la industria eléctrica, electrónica y en el nuevo surgimiento de la automoción verde. Aunque se las conoce como tierras raras, su nombre viene dado por su escasa utilidad hasta la aparición de las aplicaciones eléctricas, y no por su escasez como cabría pensar, ya que estos materiales no sufren problemas de abundancia a lo largo y ancho de la corteza terrestre.
El gran problema que posee la incorporación de estos productos, no es otro que la excesiva dependencia que supone de China. A día de hoy, China acapara el 93% de la producción mundial de estos minerales, lo que significa que posee un poder total sobre: producción, abastecimiento y precio. Debido a la creciente demanda de estos productos en la época actual, el país ha revalorizado su precio y multiplicado sus aranceles, impuestos y demás tasas, hasta elevar su precio en varias veces su valor base hace unos pocos años.
Materiales como el Disprosio, el Neodimio, el Cerio o el Itrio, forman parte imprescindible de productos como los imanes permanentes, capacitadores, acumuladores… ampliamente empleados en los sistemas de propulsión eléctrica de los coches. Por lo que si cada vez que se diseña un nuevo eléctrico, hemos de depender de una serie de materiales que no podemos encontrar en otro lugar, el precio seguirá siendo una tasa obligada, y que seguirá aumentando su precio de forma alarmante. Ante este panorama, países como EE.UU. están comenzando a reabrir sus minas para frenar la dependencia, pero quizás una alternativa mejor sea la de encontrar sustitutos a estos materiales.
Por esta razón, y trabajando a contrarreloj, algunos fabricantes de componentes eléctricos que participan como suministradores de las marcas de coches, están trabajando en diseñar nuevas tecnologías que no contengan tierras raras. Mitsubishi Electric, Toshiba y TDK están desarrollando, de manera unilateral, distintos prototipos de motores eléctricos que emplean imanes permanentes, pero que dan de lado al material rey en este tipo de producto, el Disprosio. De entre las tres, es Toshiba la única que sustituye al Disprosio por otra tierra rara, el Sumerio, un material que se beneficia de una explotación en otros yacimientos fuera de China, como son: EE.UU. y Australia.
Si poco a poco se va reduciendo la dependencia, y la competencia aumenta con el empleo de otras alternativas, el precio final de estas tecnologías podría reducirse de similar manera. Solo queda esperar que los fabricantes sean capaces de trabajar rápido, pues el consumo de estos materiales está presente en cada nuevo producto relacionado con la electricidad/electrónica.
Fuente: GreenCarCongress
Gráfico: Elmundo.es
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